Under the Rain °[IT- Eddie Kaspbrak]

XII

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LEALTAD INDUDABLE

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—No, definitivamente no pediré un deseo, ve bien esa porquería.

—Si no fuera el caso y este fuera un pozo muy higiénico a tu estilo ¿Vaya deseo que pedirías no es así mi buen amigo Kaspbrak? —Richie trató de molestarlo, no entendí bien el porque lo hacía hasta que movió ligeramente su cabeza hacia mí "disimuladamente", no pude evitar sonreír, agradecí que no fue muy notorio.

Ahora buscábamos la forma de bajar por el pozo sin salir heridos, no mucho al menos.

—¿Beverly, me escuchas? —Preguntó Ben sin obtener respuesta alguna, el eco de su voz se oyó chocando con la paredes de piedra, lo que nos decía que era profundo. Él y Bill son los más inquietos y preocupados entre todos, personalmente yo en parte me sentía igual con la ligera variación que también estoy nerviosa pero como grupo debíamos ser fuertes por nuestra amiga, creer que pudo pasarle algo aún peor no es una opción.

—¿Cómo vamos a bajar?

—Con esto —Encontraron un gancho atado a una soga lo suficientemente resistentes como para sostener bien a cada uno, los chicos lo colocaron y ajustaron, Bill decidió ir primero.

—Eddie, tú sigues.

—Yo... creo que seré el último en bajar, mejor ve tú Morgan.

—... Está bien pero, ni pienses que serás el último.

—¿Y por qué no?

—No podremos ayudarte con tu brazo.

—Tengo un increíble argumento contra eso.

Suspire —Bien ¿Cuál es?

Infló su pecho son determinación y luego se rindió —Pues ninguna, no encontré una.

—Propongo que como dijo Eddie, vayas primero y luego él, así aseguramos que no le pase nada y tú junto con Bill lo esperan abajo ¿Les parece? —Sugirió Mike —Y así dejan de discutir como niños pequeños —Ambos asentimos sin decir más.

Me sujete de la cuerda y cuando estaba a punto de descender Stan se me acercó —Ten cuidado ¿Sí?

Eddie al instante lo miró y también se acercó —Lo mismo iba a decir yo, cuídate —Sonreí sin abrir los labios.

—Ustedes igual, los veo en un momento —Sin más que decir bajé poco a poco hasta llegar donde debíamos volver a reunirnos. Con Bill nos fijamos para que uno por uno bajen ilesos pues nunca habíamos hecho esto; ahora sólo faltaba Mike, estábamos expectantes a su presencia cuando oímos un golpe seguido de un quejido de dolor de su parte, nos alarmamos. En el caso que no se haya lastimado ¿Quién más estaría aquí? Si nosotros apenas reunimos el valor para hacerlo.

—¡Muere! —Nos miramos entre todos, no hacía falta tratar de adivinar de quién provenía esa voz pues la conocíamos bien, Henry Bowers.

—¡Mike!

—¿Que sucedió?

—¿Estás bien? —No hubo respuesta, nos asomamos por donde entramos a este lugar para tratar de ver que sucedía hasta que vimos al causante.

—Bowers...

—¿¡Qué hiciste con Mike?! —Grité, él solo se reía de manera muy cínica al mirarnos, ni si quiera parpadeaba, jamás lo habíamos visto llegar a ese punto. De pronto, quitó la soga por la que bajamos.