Capitulo 26

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El grupo entró en la cueva, y no vieron nada, ni a nadie extraño. Las cosas parecían completamente normales, pero quizás no lo eran del todo.

—Aquí no hay nada ¿Están seguras que esta es su guarida?.— Cuestionó Alan a las brujas.

—No somos unas estúpidas niño, claro que sabemos en dónde estamos paradas.— Reclamó Hecate.

—Bueno, ¿Van a seguirnos o no?.— Preguntó Circe, y todos los demás asintieron.— Entonces deben confiar en nosotras.

Los chicos siguieron caminando, hasta que llegaron a una enorme sala. En su interior, había joyas y piedras preciosas. Este era el sitio dónde aquel demonio había permanecido encerrado durante siglos.

—¡Recuerdo haber visto esta habitación antes!. — Exclamó Diamante.— Aquí encerramos a aquel demonio. Esta habitación es su cárcel. Necesitamos encontrar el orbe en el que estaba encerrado, quizás así podamos sellarlo nuevamente.

—Tienes razón, hay que darnos prisa. No queremos que el demonio aparezca primero que nosotros.— Agregó Dodge.

Valentino se acercó a Alan y lo tomó del hombro, provocándole un buen susto.

—¿Que demonios intentas hacer?.— Preguntó Alan.

—Lo siento, no quería asustarte. Simplemente quería saber... ¿En verdad me consideras un estorbo?.— Indagó Valentino.

—Sabes, no es tiempo de preguntas tontas. Deberíamos estar buscando el orbe o cosas horribles le pueden suceder al planeta ¿Acaso Dodge no te lo dijo?.

—Si, pero creí que sería un buen momento para hablar y...

—Pues no, no lo es. Si no  quieres ser un estorbo, entonces ayuda.— Valentino suspiró y se dio vuelta para segur buscando. Prefirió no molestar al guardian y mantener una distancia entre ellos.

Era verdad que lo quería, pero entendía su comportamiento. Cómo Guardián Zafiro, Guardián Warrior lo trataba cómo un inútil, pero cómo Valentino, el guardián era bastante atento y receptivo con él y eso le confundía.

—Al parecer no hay nada aquí. Él demonio debe tener el orbe, no creo que sea tan tonto para dejarlo en nuestras manos.— Suspiró Diamante.

—Entonces ¿Crees que lo mejor sea irnos?.— Cuestionó Dodge.

—Por el momento sí. Pero debemos estar alerta, porque aquel maligno ser, puede aparecer en cualquier momento.

—Bien, ustedes vayanse, pero nosotras seguiremos investigando.— Replicó Hecate.

—¿No crees que eso es bastante peligroso para nosotras?. — Preguntó Circe, bastante temerosa de lo que pudiese suceder.

—Deberian ir conmigo al paraíso, ahí estarán a salvo por ahora.— Ofreció Diamante.

—Hace milenios que no visitaba el paraíso. Quizás no está tan mal aceptar.— Hecate respondió con indiferencia.

—Pues vamos, desde ahí investigaré el paradero del demonio y les informaré cualquier cosa que surja.— Añadió Diamante.— Vengan chicas, necesito que estemos juntas para transportarnos. En cuánto a ustedes, espero que mejoren su relación para así poder enfrentar al demonio y cualquier cosa que vean, haganmela saber.

—Está bien, prometo llevarme mejor con el nuevo.— Alan parecía algo aburrido.

Diamante levantó su báculo y pronuncio algunas palabras. Pronto un halo de luz rodeó a las chicas y estas, desaparecieron de inmediato.

—Bueno, ahora que Diamante y las brujas se fueron, nosotros deberíamos hacer lo mismo.—  Sugirió Dodge.

—Lastima que tu no tienes un báculo para transportarnos.— Se quejó Alan.

Light Years (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora