FINAL

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El demonio observó, cómo las hechiceras y Diamante, destruían a todas sus criaturas. Por lo que decidió actuar para detenerlas.

—Nunca creí que ustedes serían un fastidio. Pero les voy a dar algo que las sacará de balance... ¡Huracán Oscuro!. — Un remolino demasiado violento se dirigió hacía las chicas, quiénes no lo vieron por estar concentradas.

—Sigan concentrándose. — Dijo Diamante, hasta que el remolino las atrapó, haciéndolas girar.

—¡Ay, ¿Qué es esto?!.— Exclamó Circe.

—¡Claramente es un huracán!. — Gritó Hecate.

—¡No se suelten!. — Indicó Diamante. Pero no pudieron resistir y el huracán las separó, haciéndolas volar en círculos.

—¡Chicas!. — Gritó Circe.

—¡Circe, intenta tomar mi mano!.— Hecate intentaba acercarse a su amiga, pero no podía. Mientras tanto, Diamante quedaba inconsciente dando vueltas, incluso en el aire, que era su elemento.

—Trio de estúpidas, eso les pasa por creer que puede meterse conmigo. — Se burló el demonio.

Desdé luego, el hechizo de las  tres se rompió, y aquella bola de energía desapareció. Por lo que los monstruos siguieron saliendo por aquel agujero de oscuridad.

—¡Fuego Solar!.— Alan apareció atacando al demonio por sorpresa.

—¡Agghh!.— El demonio estuvo a punto de caer, pero logró recuperarse para batir sus alas y subir a lo alto.— Maldito, me atacaste por sorpresa. — El huracán que aprisionaba a las chicas, desapareció.

—Alan, que bueno que estás bien.— Dijo Diamante, recuperándose del ataque.

—Ya era hora Guardián. Vamos a derrotar a ese demonio de una vez.— Habló Hecate.

—No... No puede ser.— Se sorprendió Circe.— ¿Acaso no lo ven? El demonio se parece a... Valentino.

—¡Es verdad!.— Exclamó Diamante.— Sentía su presencia, pero no estaba segura. Ahora entiendo todo, mis poderes no me fallaban. Ese horrible ser, se apoderó de Valentino.

—Así es... Y yo lo rescataré. — Alan estaba furioso y su único objetivo, era recuperar a Valentino con vida.

—Ya te dije que la única manera de vencerme, es destruyendo este cuerpo. De otra manera, no lo lograrás.— Se burló aquel horrible ser.— Además, miren a su alrededor. Mi ejercito se está apoderando de la tierra entera. Sus habitantes están muriendo y sus edificios están siendo destruidos. Dentro de poco, no quedará nada, ni nadie en este inmundo planeta.

—Eso ya lo veremos... ¡Ataque del Sol Naciente!.— Una ola de energía salió de la mano de Alan y la disparó contra el horrible ser.

—Qué inepto.— Dijo el demonio mientras detenía el ataque.— El anterior guardián debe sentir vergüenza de ti, no sirves para nada.

—Vamos Circe, hay que ayudar al guardián. — Dijo Hecate.

—Ya sé lo que tenemos que hacer.— Respondió su compañera.

Ambas dirigieron sus manos a la tierra, mientras esta temblaba. Las dos permanecían muy buen concentradas, hasta que del suelo salieron dos enormes enredaderas que se dispararon al cielo, para aprisionar al demonio.

—¡Aghhh Malditas!. — Gritó el demonio al verse atrapado.

—¡Alan, aprovecha ahora y acaba con él!.— Gritó Diamante.

—Eso haré... ¡Atque del Sistema Sol...

—¡Alan, ayudame por favor, no me mates!.— El cuerpo del Valentino volvió a la normalidad y le suplicó a Alan que no acabara con él. — Salvame, te lo suplico, pero no me mates... Yo... Te amo.

Light Years (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora