Light Years (BL)

Capitulo 7

Las clases terminaron y todos los alumnos salieron, corriendo como siempre.

Alan buscó a Valentino, pero no lo encontraba, hasta que lo vio llegando casi a la salida con Alanis pegada a él.

—Esa tipa es tan fastidiosa. Y Valentino es un tonto por dejar que se le cuelgue así.

—¡Oye diota!.... Digo... ¡Guau!.— Ladró Dodge, después de darse cuenta que aun había gente alrededor.

—Perro tonto, estaremos en problemas si alguien te descubre hablar. — Lo reprendió Alan.
Dodge volvió a ladrar mientras movía la cola.
—¡Por tu culpa Valentino ya se fue con esa pesada!.— Alan miró con indignación como el auto de Valentino se alejaba.— Bueno, quizás deba resignarme a que el está lejos de mi alcance.— Suspiró Alan.— Quizás pueda transformarme y alcanzar su auto para llegar a su casa.— Sonrió Alan.

—Ni se te ocurra.— Murmuró Dodge.

—Solo será un momento, necesito alcanzar a Valentino para hablar con él.

—Está prohibido usar...

Antes de que Dodge pudiese terminar, Alan corrió hacía el callejón mas cercano para transformarse.

—¡Alan, estoy hablando enserio! No puedes usar el cristal para...

—¡Transformación!. — Alan se transformó en el Guardián y corrió a toda velocidad detrás del auto de Valentino.

Al parecer, el cristal le concedió algo de velocidad extra, velocidad que pudo aprovechar para igualar la del auto.

—¡Deten el auto!.— Ordenó Valentino al ver al guardián correr a su lado.— Es él...

—¿Él fue quien salvo nuestras vidas?.— Preguntó Alanis.

—Si, fue él. — Sonrió Valentino para después hablar con él guardián. —¡Oye! ¿Aceptarías una rica comida en mi casa?.— Le propuso el chico.

—Yo... Bueno... ¿No será mucha molestia?. — Respondió el guardián.

—Tu salvaste nuestras vidas, estamos eternamente agradecidos contigo.

—¡Es verdad, sube!.— Gritó Alanis bastante emocionada. Ninguno de los dos sospechaba que detrás de ese traje, se encontraba Alan.

—Vale... Gracias...

Alan subió tímidamente y Sonrió mientras saludaba a los chicos.

—Wow, realmente eres genial ¿Como le haces para tener poderes?.— Preguntó Valentino, mientras tanto, Alan se acomodaba junto a ellos y el auto emprendía la marcha.

—Yo... Ah... Bueno... Es por una... Por una piedra.

—¿Una piedra normal? ¿De esas que te encuentras en la calle?.— Preguntó Alanis y Alan quería golpearla por ignorante.

—Es obvio que no.— Respondió Alan algo molesto.— Es una piedra mágica que me da el poder de crear ataques con la energía que irradia el universo y con los elementos que hay en el planeta por supuesto.

—¿Entonces eres extraterrestre?. — Cuestionó Valentino.

—Ah... No... Yo si soy humano.

—¿Podemos saber quien eres?. — Siguió cuestionando Alanis.

—Lo siento, mi identidad es bastante valiosa y por seguridad, nadie debe saberla.

—Ahora que miro tu cara, no puedo evitar recordar a alguien de la escuela. Te pareces un poco a un amigo.— Comentó Valentino.