Light Years (BL)

Capitulo 12

Alan llegó a la mansión de Valentino, listo para recostarlo en su cama.
Tenía que hacerlo rápido o el chico se despertaría.

—Dejalo rápido y vámonos de aquí.— Aconsejó Dodge.

—Ya antes había entrado aquí. Me gusta mucho su habitación. — Suspiró Alan.

—¿Acaso me estás escuchando?.— Cuestionó Dodge a Alan.

—Es tan hermoso. Quisiera besarlo.— Alan acarició el rostro de Valentino y este comenzó a despertar.

—Ah... ¿Qué sucedió?. — Preguntó Valentino, sorprendido de ver a Guardián Warrior.

—Oh... Bueno... Te desmayaste... Y te he traído aquí.— Respondió Alan bastante nervioso.

—Eres como mi ángel de la guarda. — Sonrió Valentino.— Sin ti, creo que ya habría muerto.

—No digas eso ni en broma. Yo no dejaría que mueras. Daría mi vida por ti. — Confesó Guardián Warrior.

Esa confesión, evidentemente sorprendió a Valentino. Ya que jamás alguien le había dicho algo así.

—Yo... ¿Yo te gusto?.— Preguntó Valentino.

—Ah... Yo... Lo que pasa es... Es que... Es mi deber protegerte a ti... Si... Eso, debo protegerte a ti y a todos los ciudadanos de la ciudad.— Se excusó.

—Ah... Ya veo. Tienes razón, es lo que tienes que hacer.— Valentino parecía algo decepcionado con la respuesta.

—Bueno... Lo mejor será que me vaya. — Dijo Alan.— Vámonos Dodge.

—Ah... Tienes un perro, ¿Como se llama?.— Preguntó Valentino.

—Si bueno... El es Dodge, mi mascota.

—Es bastante lindo. — Valentino se hincó y le hizo una caricia a Dodge.— Yo quisiera tener un perro así pero... Ahora que lo recuerdo. Creo que he visto a este perro antes. Tengo un compañero en clases llamado Alan y...

—Ah, debe ser una coincidencia. Yo no conozco a ningún perro... Digo, a ningún Alan.

—Es verdad. Seguro hay bastantes perros parecidos.— Valentino siguió acariciando a Dodge.

—Bueno... En verdad tengo que irme...

—Ah... Ok. Espero que tengas una linda noche, Guardian Warrior.— Valentino se acercó y le dio un beso en la mejilla.— Gracias por todo.— Le sonrío.

Alan no podía creer lo que estaba sucediendo. Todo esto parecía un sueño para él.

—Al contrario, gracias a ti.— Alan le sonrió de vuelta.— Vámonos Dodge.— El perro corrió tras Alan y juntos saltaron por la ventana.

—¡Auch!.— Se quejó Alan al caer al suelo y sobre todo porque Dodge cayó sobre él.— Quitate perro idiota.— Se quejó el chico.

—¿Estás bien?.— Preguntó Valentino asomándose por la ventana.

—Ah... Si... Yo siempre caigo así, no te preocupes.

—Ok, nos vemos.— Valentino agitó la mano en señal de despedida y luego volvió dentro, mientras Alan y Dodge caminaban por la calle.

—Oh por Dios, estoy seguro que Valentino se siente atraído hacia a mi.

—Alan...

—Es tan tierno y maravilloso. No puedo creer lo perfecto que es.