Capitulo 19

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¡Aysel!

Aysel mírame...

¡Aysel joder, abre los ojos, mírame, sal de ahí...

Escucho que me hablan a los lejos, pero hay alguien gritando y llorando. No llego entender bien.

Unas manos me sacuden y los gritos van bajando de volumen, entiendo que me hablan a mí.

¿Soy Aysel de nuevo? ¿Ya estoy a salvo?

Abro los ojos y miro mis manos, son grandes. Soy adulta otra vez. Ya no estoy en ese horrible lugar. Levanto la mirada y veo a Matt frente a mí. Me observa bien y en su rostro veo confusión, tristeza y alivio. Detrás de él Keylan está pegado a la puerta negando mientras mira el suelo. Samara está a mi lado abrazada mi cintura y Demeter de rodillas frente a mí con mirada preocupada también, sus ojitos aguados.

— ¿Qué hice? — mi voz salte ronca, siento la garganta raspada, al parecer quien gritaba era yo. Ellos intercambian una mirada y Matt pasa sus pulgares por mi rostro y entonces noto las lágrimas que había derramado. — ¿Qué pasó? Díganme. — no entiendo nada, ya me estoy preocupando y ellos no hablan.

— Tú... Estabas teniendo una pesadilla o algo así... ni se porque estabas despierta y de momento... te fuiste. — la confusión y duda están más que claras en su rostro. Es como si estuviera leyendo algo en otro idioma que no entiende.

— Una pesadilla o recuerdo horrible cabe aclarar, gritabas como posesa. ¿Qué soñaste? — mientras habla Demeter se puso de pie y me encaró.

— Yo... Yo no sé, no recuerdo nada. No sé qué soñé.

— Déjenme solo con ella por favor. — de momento la voz de Matt es más dura. Lo miro y está enojado, apretando la mandíbula y sin mirarme. Los chicos salen en silencio y solo Keylan me mira y suspira.

En cuanto la puerta se cierra Matt se pone de pie y yo hago lo mismo. Entonces la puerta se abre y entra Morgan.

— Lo siento, pero esto me incumbe más de lo que crees, no hablaré si no es necesario. — Matt lo mira por unos segundos eternos y asiente. Está demasiado serio.

— Te preguntaré algunas cosas Aysel y te voy a pedir que no me mientas. No mientas. Sabré si lo estás haciendo y si me mientes nunca jamás sabrás de mí. Quiero y necesito que seas sincera y me expliques varias cosas.

Yo lo miro por unos cinco segundos, directo a los ojos. Intentando encontrar la broma o los motivos. Pero nada.

— Lo intentaré.

— ¿Quién es Nael?

La respiración se me corta, empiezo a temblar de pies a cabezas. Mi corazón se queda en un latido y luego se desboca. No siento mis piernas y tengo que agarrarme de la cama y sentarme.

No puede ser. No puede ser.

¡NO!

Matt no puede saber eso, no hay forma de que se enterara, a menos...

No... Dios mío no.

¡ME REHUSO!

— ¿Cómo? No entiendo. Tú, tú... ¿Cómo sabes ese nombre? ¿Quién te lo dijo? ¿¡Dime quién!? ¿Qué quieres? no tienes derecho, no puedes meterte así en mi vida. ¡Te lo prohíbo!

— Yo pregunté primero Aysel, estuviste por una hora completa llamándolo, diciéndole que lo amas, que te perdone y un reguero de cosas más. Así que no quieras voltear la hoja y dime Aysel. ¿Quién es ese tal Nael y porqué aún lo lloras?

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