Capitulo 34

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En general estoy bien... creo. Tomo mi cartera y justo se abre la puerta dándome un susto de mil demonios, Keylan se detiene a mirarme, pensaba se había ido hace tiempo, pero al parecer decidió esperarme, mentalmente le agradezco que me esperara.

—Muévete, tienes que desayunar y debo recoger unos papeles en treinta minutos. —dicho eso sale de mi vista. Vaya temperamento tan temprano, ya no le agradezco nada. Bajo a la cocina, Keylan está ahí dando mimos a Tyra, que cuando me ve sale a corriendo a mí, le doy los buenos días y tomo sin muchas ganas la taza de chocolate que Key me entrega, doy un sorbo y es todo lo que necesito para que mi apetito aparezca, tomo la tostada poniéndole un poco de mantequilla de maní y antes de darme cuenta ya no quedaba nada. Morgan toma sus llaves y sale de la casa, tomo una manzana del frutero y salgo detrás de él despidiéndome de Tyra. Cuando salgo ya tiene el vehículo encendido, subo a su lado sin decir nada.

Cuando llegamos a Mega Genios, tomo la manija y le agradezco por traerme.

—Paso por ti a las una, comeremos con Nael. —asegura sin dirigirme la mirada.

—Yo no...

—No te pregunté. —Dice esta vez con su mirada cargada de enojo sobre mí —ahora termina de salir que voy tarde.

Ofendida salgo dando un portazo. No voy a comer con él, tengo cosas que hacer y su actitud de mierda no me gusta. Respiro profundo para no llevar mis malas vibras a la empresa y entro con una sonrisa.

—Buenos días genios, ¿cómo están hoy? —pregunto en cuando entro, todos me devuelven el saludo.

—Buenos días señora Russell, pues algunos están algo... resacados, pero ya tome cartas en el asunto, en unos minutos estarán como nuevos. —Jane habla divertida y muy segura de sí misma.

—Jane, Aysel, soy Aysel. Si me vuelves a llamar señora te dejare sin café. —sonriéndole me acerco a los demás verificando que estén bien y si tienen alguna duda, conforme con sus respuestas voy a la parte de atrás, Masha me examina con la mirada preocupada en cuanto me ve, la ignoro y saludos a todos preguntando como están y si todo está en orden, Dajani que es mi mano derecha me pregunta sobre un formato que quiere usar y lo apruebo. Entonces me acerco a la futura madre y la abrazo fuerte.

—Gracias por venir. Estoy bien, tranquila. Solo me tenía demasiado estrés en el estómago.

—Devadoot, deberías ir al médico Tata dijo...

—Tranquila Masha, esto se me pasa en unas horas, ya verás. ¿Porque no aprovechas y vas a casa a descansar? Yo me haré cargo.

Después de mucho insistir decide irse aunque no muy conforme, no quiero recordar la locura de la Tata diciendo cosas sobre mí.

Esta semana fue algo difícil, pues a pesar de tener armonía a la hora de trabajar había muchas cosas a las cuales acostumbrarse, y las personalidades reales iban saliendo. Teníamos una regla de que si no podemos hacer un trabajo para la fecha establecida no lo tomamos, y quien lo tome se hace responsable de entregarlo a la hora y en condiciones, aunque al final yo me quede ayudando, para eso somos un equipo.

Por ejemplo, Mitchell aceptó el pedido de una madre desesperada cuyos cuatro hijos debían entregar un proyecto de primavera, dos niños estaban en el mismo nivel, uno en media y otro en secundaria, incluso tenían los temas elegidos, el problema es que la señora llenó el formulario a las 5pm e hizo una transacción inmediata. Luego de llamarla por casi una hora logramos contactarla y resulta que es para mañana a las 8am.

Genial ¿no?

Yo personalmente le expliqué que no era posible por el corto tiempo y esas cosas, pero entonces empezó a hacer drama, el real drama, lloraba pidiéndome que no sea desconsiderada, que la más grande tenia beca y si no entregaba el proyecto se la quitarían, luego otra niña apareció llorando al fondo gritando que tendría que repetir el curso y como cereza del pastel dos niños llorando porque las demás lloraban. Estuve a punto de jalarme el pelo. Terminé diciendo las palabras que se supone no debería decir...

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