Capitulo 33

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Al final contraté a los once mejores en la evaluación. Damilla (la psicóloga Sánchez) me ayudó con la evaluación psicológica, el equipo de Rainer estuvo a cargo del entrenamiento de los chicos y se encargó de ponerlos en cada área dependiendo de sus cualidades.

Jane tiene una capacidad de comunicación y servicio al cliente envidiables, nuestra secretaria.

Tamara sobresalió en cotizaciones, organizando fechas y demás, tiene su puesto de consultora a la derecha de Jane, frente a ella se encuentra Joseph.

Joseph tiene una mente ágil a la hora de crear, por eso está a cargo plasmar las ideas de nuestros clientes.

Mitchell es muy rápida buscando información y encontrando temas, por lo que está en la otra esquina a la izquierda de Jane como encargada de tareas.

Ivanna está frente a ella con toda la empresa sobre sus hombros, ya que es quien se encarga de la caja, la contabilidad y el almacén. Pero el mismo Mario aseguro que la chica de ojos verdes y rostro inocente era una mente maestra que pronto le hará competencia.

Ya dentro tengo a los digitadores y editores más capaces.

Leonardo, Nathan, María, Dylan, Jesús y Dajani. Todos perfectamente capacitados para rotar por cualquier área de la empresa y hacerse cargo, saben usar las maquinas que tenemos y sobre todo, compaginaron muy bien; saben trabajar en equipo.

Se preguntarán dónde está mi puesto, pues a Demeter se le ocurrió que siempre andaría inmiscuyendo la nariz en el trabajo de los demás por lo que solo puso sillas extra en la parte de atrás y a mí que me resuelva.

Una vez inaugurado fuimos a un restaurante a celebrar, cortesía de Masha, la cual se desligó de todo lo que tuviera que ver con el negocio, abogando que demasiado tiene ya con los suyos y que está a punto de dar a luz a un pequeño genio.

Observo a todos a mí alrededor en las cinco mesas que tuvieron que unir para poder sentarnos juntos. Todos felices compartiendo y tomando, Nael y Demeter haciéndose bromas, Samara muy entretenida hablando con Mario y Karlos. Keylan tratando de convencer a los chicos de tomar clases de autodefensa en su compañía ofreciendo descuento, Denali ruborizada con un ruborizado Rainer.

Sonrío al ver la locura desatada en la mesa. Tantas personalidades unidas, conviviendo por una idea, tantas personas que quizá nunca se hubiesen detenido a mirarse en un panorama normal.

Estoy tan emocionada que tengo el estómago cerrado para cuando llega la comida. Estos días han sido sumamente estresantes y a pesar de tener todo un equipo trabajando muchos detalles dependían de mí. Apenas he comido en los últimos tres días, sin contar que dormir es un lujo que no me es concedido.

Para las ocho de la noche ya no aguanto los ojos, estoy muerta del sueño, o tal vez sean las cuatro copas de vino. Nael me mira frunciendo el ceño cuando pongo un codo en la mesa, él y Keylan intercambian una mirada y asienten. El segundo se pone de pie y se acerca a mi silla.

—Vamos, no quieres que los empleados vean a su jefa babear mientras duerme en un lugar público en su primer día de trabajo. —dice tomando mi mano y ayudándome a ponerme de pies. Él es tan amable que despide por ambos y yo solo debo mover la mano diciendo adiós. Keylan me conduce a su auto con una mano en la cintura, la verdad estoy muy cansada.

Me acomodo en el asiento del copiloto y pongo el cinturón, Keylan sube a mi lado y pone el auto en movimiento.

—Entonces resulta que ahora estas a dieta, pero tomas alcohol. Déjame decirte que es una mala combinación, considerando que no duermes. ¿Acaso te quieres enfermar o qué? —su tono de voz es acusatorio, pero justo ahora no tengo ánimos de nada, todo da vueltas o pasa muy rápido, mi estómago se reciente y da revoltones.

Detrás de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora