Estoy sentada mirando la luna mientras acaricio a los caballos. La brisa fresca me mantiene calma deben ser casi las tres de la mañana, los chicos están durmiendo, cosa que yo debería hacer pero mi mente no deja de analizar. Siento que me he vuelto dependiente de Matthew y eso no me gusta por muchas razones. Yo siempre he sido muy independiente, muy libre y decidida. Ahora siento miedo de lo que sigue con nosotros. Porque de alguna forma le quiero, pero no sé si es cariño u otra cosa. Tengo miedo de un día despertar a su lado y ver la realidad, sin el encanto ni la novedad y que no me guste.
Tal como predijo la detective Montero, cuatro horas después de hacer (la inocente llamada) de mi celular al de Sam, se activaron las alarmas. Al menos una docena de hombres empezaron a coger sus armas, chalecos antibalas y demás útiles. Se armó una algarabía sincronizada, todos acataban órdenes e iban corriendo a sus puestos.
Yo estaba como una espectadora de mi propia vida, en cuanto ese sonido llegó a mis oídos mi corazón saltó varios latidos y luego empezó un frenético pálpito. Mi cuerpo tiembla solo, siento que algo me lastima las palmas, bajo la mirada a mis manos, las tengo en puños y mis uñas se clavan dañando la piel, junto las palmas para evitar lastimarme más y las siento sudadas. Respiro profundo tratando de infundirme valor, debo recordar que no estoy sola, que al menos veinte personas están aquí todas armadas y dispuestas a mantenerme con vida, aunque sinceramente no entiendo por qué. Para mí era más simple dejar me que mandaran a otro lado y conseguir con ello que nadie más muera, quitar la diana que por mi causa tienen quienes más quiero. Pero me dijeron estúpida en resumen de palabras, incluyendo la inhumana por querer el bien de los míos. Después que Matt y Nael me amenazaron con sedarme hasta año nuevo, preferí quedarme callada.
Pensando en todas las cosas que han pasado desde que conocí a Keylan, entro a la casa y me detengo frente al gran ventanal que da a la caballeriza, uno de los uniformados está sacando a los caballos mientras los demás desaparecen entre el terreno. Quisiera estar en el lago mirando el anochecer mientras mis chicos hacen cuentos tontos, como ayer.
Mi vista se ve obstruida por las lágrimas y tengo que hacer un esfuerzo para no derramarlas. Necesito que esta pesadilla acabe, que la vida tome su rumbo sin tanto terror.
— Aysel... — la voz de mujer interrumpe mis pensamientos, disimuladamente limpio mis ojos y la encaro — es hora de que vayas a tu puesto. Todo estará bien, he hecho esto muchas veces. Confía. — yo le asiento y tomo su mano con la mía dándole un suave apretón. — ve, en unas horas estaremos ahogándonos en alcohol mientras nos reímos de esos imbéciles.
— Yo ofrezco una botella de tequila detective, pero ahora necesito dos minutos con mi hermanita — ambas lo miramos sonriendo, es el efecto Nael, si eres mujer y él te mira directamente, vas a sonreír, unos días atrás le dije que dejara de hacer sus hechizos que solo nos traerán problemas y su carcajada lleno el área.
— Te la presto, pero ya debemos ir a nuestras posiciones. Aysel no olvides ponerte el chaleco debajo del abrigo, Nael... nos vemos.
— Vamos, te acompaño a la habitación, queremos decirte algunas cosas. — mi enorme y adorado hermano me abraza por los hombros y poniendo mi cabeza contra su pecho caminamos a mi habitación. Al entrar los dos pares de ojos más dispares del mundo me miran.
— Hola hermosa — Matt se acerca mientras mi hermano le da espacio — te quiero y necesito decirte algunas cosas muy importantes cuando todo esto acabe.
— ¿Y porque no ahora?
— Para dejarte con ganas de verme... — me guiña un ojo y tomando mi mano me lleva a cama mientras yo me burlo de su altanería.
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Detrás de ti
Mystery / ThrillerAlgo en él me asusta, mis instintos me dicen que corra, pero su mirada me deja clavada en el lugar. ¿Que debo hacer ante el misterio que él es para mi? Él quiere salvarme, me sobre protege y eso no me gusta pero me encanta a la vez. El amar signifi...