El escritor de novelas románticas se encontraba caminando hacia una cafetería con su libera de ideas en la mano, entró al lugar donde se acercó a la barra y pidió lo de siempre, un batido de café con crema y caramelo.
Espero junto a la barra luego de pagar el batido, miro curioso el pequeño lugar con una sonrisa, pronto una idea llegó a su cabeza. Estaba por anotarlo cuando su celular comenzó a sonar.
─ ¿Hola? ─contestó, mientras tomaba su lapicera para anotar la idea en su libreta.
─ Jimin, ¿Cómo estás? ─la voz ronca del otro lado lo hizo tenes un escalofrío.
─ Suga, eh bien ¿y tú? ─preguntó, terminó de anotar la idea y guardo la lapicera─. Lo siento estaba inspirado, ¿Qué pasó? ─se golpeó la frente─. Ash, digo ya se para que llamas, sólo que.
─ Calmate Jimin ─lo corto y soltó una risa─. Llame para acordar el día, ¿recuerdas?
─ Si, si, lo recuerdo, lo siento ─tomo entre su manito el batido cuando se lo entregaron─. Gracias ─susurro y se fue del lugar.
─ ¿Gracias? ─pregunto confundido.
─ No a ti, se lo dije a otra persona, me entregó un batido de café ─sonrio, comenzó a caminar hacia la casa de su amigo.
─ Entiendo, ¿puedes hablar o llamo más tarde?.
─ No, no ─rio─. Podemos hablar, sólo me dirijo a la casa de un amigo.
─ Bien, tu mensaje me preguntabas si para dentro de dos semanas, podíamos hacer otro encuentro, ¿es así? ─su voz se escucho relajada y sexy.
- Ahm...Si es así ─miro hacia ambos lados antes de cruzar la calle, bebió de su batido─. Bueno, ¿Estás libre para esa semana?.
─ Claro, sólo preguntaba ya que me parecía curioso que sea tan lejos la cita ─soltó una risita haciendo sonrojado a Jimin─. ¿Te parece el martes dentro de dos semanas? como dijiste.
Jimin estaba cerca de la casa de su amigo, bebió nuevamente el batido y pensé un poco, ¿qué raro que esperara tanto? Tal vez se vio muy desesperado en el primer encuentro.
─ Claro, me parece bien ─sonrio─. ¿Esperabas que te vea la semana que viene? ─preguntó curioso-. Tengo un libro que escribir aún y usaré está semana para hacerlo.
─ Uhm, para ser sincero si ─del otro lado se escucho un suspiro─. Esta bien, cambiando de tema, ¿qué deseas está vez?.
─ ¿Deseo? ─Jimin suspiro.
Mordió levemente su labio inferior, dijo deseó, su deseo era ser penetrado hasta que lo partan en dos, que lo hagan tocar el cielo con sus dedos y que no pueda manitas en días. Pero obvio eso no le diría, los pantalones algo ajustados de Jimin comenzaron a molestar.
─ Si, ¿qué deseas? ─casi susurro, la voz del menor se escuchaba nerviosa─. ¿Probaste los juguetes sexuales?
─ Oh...si, si ¿Crees que eso debería probar antes del sexo? ─casi susurro, estaba en frente de la casa de su amigo.
─ Excelente Jimin, entonces ¿nos vemos entre dos semanas?
─ ¡Si! ─golpeó la puerta de su amigo─. Nos vamos Suga.
─ Adiós, cariño ─con esas últimas palabras corto la llamada.
Una gran sonrisa apareció en los labios del pequeño Jimin, sus mejillas estaban rojas de vergüenza. Probaría de otra manera los juguetes, sería más especial, se lo haría Suga. Nuevamente se encontraba ansioso.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por su amigo abriendo la puerta de su casa, lo recibió con una sonrisa.
─ Ah...picaron escuche todo ─soltó una carcajada cuando el otro se sonrojo.
─ Cállate Taehyung, ocupante mejor de porque Jungkook no te la mete ─su expresión paso a ser una con indignación, entró a la casa de su amigo.
─ Olvidemos eso y cuéntame como fue el primer encuentro, quiero saber ─lo siguió con una sonrisa─. ¿Te la metió? ¿la tiene grande? Oh joder...dime algo.
─ ¡Taehyung, tienes novio! ¡y no es de tu incumbencia! ─se sonrojo hasta las orejas, sacando otra carcajada del castaño.
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. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Este Taetae, es todo un atrevido pero ya enserio, ¿la tendrágrande?
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