XXVIII

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-¡Oh Alpha! ¡¿Donde te escondes?!

La fría y maliciosa voz juntos a los gruñidos del peligro se escuchaba por todos el laberinto al que Alpha entró luego de haber corrido un buen tiempo hasta meterse ahí. No sabía si estaba lejos de la salida o no, o si la seguían persiguiendo. Ella solo corría y corría ya que parecen estar cerca de ella siempre.

-Alpha, Alpha. Hablemos, lleguemos a una conclusión.- la voz de la niña no hacía ningún esfuerzo por ocultar su maldad. - tal vez yo pueda quedarme con Vengance un tiempo ¿No te parece?

Alpha se asustó al escuchar que Layla tenía interés en su macho. No sabía cómo pero si Layla tocaba a Vengance la mataría. Sabía que estaba en peligro y lo único que le quedaría sería pelear era su única oportunidad.

Debia enfrentarla.

Alpha suspiró y dejo de correr tomó fuerza para ponerse en posición de pelea, notó que había una gran rama en el piso y la tomó.

-¡Aca estoy!- gruñó con toda sus fuerzas.

El silencio se hizo presente y ensordecedor de alguna manera. No sé escuchaban gruñidos o pisadas.

-¡Resolvamoslo! ¡Tú y yo Layla!

-¿Te rindes a escapar?- la voz de la niña vino detrás de ella. Al girarse la vió, su yo de niña estaba mirándola sería pero con malicia mientras los lobos le miraban como si quisieran matarla pero estaban sentados tras la niña.

La niña parecía tierna y hermosa lo único que delataba sus malévolos planes eran sus ojos, negros como la misma oscuridad.

- no ganarás Alpha, Vengance será mío.

- eso no lo permitiré.

- ya veremos.- ella sonrió mostrando sus colmillos.- ataquen.

Los lobos saltaron dispuestos a despedazar a Alpha.

Alpha partió la rama dejando puntas afiladas, al primer lobo que saltó a ella le metió la rama puntiaguda en su garganta provocando la muerte de este. Al segundo le fue difícil pelear ya que se unió con el tercero, tuvo que correr hasta un árbol y subir hasta el tronco para luego tirarse y meter la rama en el abdomen del lobo.

No sabía porque pero no tenía magia, solo sus garras e instinto.

Un lobo la sorprendió por detrás y le mordió el hombro dejando que caiga al piso débil por la gran herida, otro lobo se acercó y le destrozó la pierna. Era su fin eminente, no podía pararse y su hombro estaba muy mal herido.

-eres patética al tener que usar lobos para matarme, ¿Por que no peleas conmigo de cuerpo a cuerpo?- gruñó Alpha con odio.

-porque te mereces dolor, mucho dolor. Me quitaste a mí mamá, a mí papá, a mis hermanos, a mí hijo. Mí felicidad. Puedo matarte pero eso quita la diversión, destrozenla pero que viva.

Los lobos inmediatamente obedecieron, uno a uno se acercaron a morder a Alpha y arrancarle gritos y gritos de dolor.

Layla miraba con felicidad a su obra maestra. Sentía excitación y emoción invadirla, disfrutaba del show. Los gritos eran música para ella, el olor a sangre parecía hacerla llegar hasta el extasis pero no era suficiente, quería mas.

Entonces lo escuchó, su grave y masculina voz susurrando su nombre. Sentía que podía tomar el control del cuerpo y sentir la calidez de la ásperas manos del hombre que la hacia suspirar y sentirse viva aún estando muerta y enterrada en lo más oscuro de su mente. Layla sabía que era Vengance.

-Layla, hablemos...- dijo una voz amable esperando.- ven a mí, pequeña.

-vengance...- dijo Alpha entre jadeos lastimeros mientras veía a la niña sonreír con maldad.

Alpha. Nuevas Especies. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora