Alpha. Nuevas Especies. 1

XXXI

Vengance estaba frustrado, había estado 4 horas intentando armar las cunas y no ha podido armar ni una.
Ya había llamado a Valiant y Tiger por ayuda y los estaba esperando con ansías.

- malditos chinos.- gruñó frustrado entonces escuchó la melodiosa risa de su mujer.

- ¿ No que eras un macho que podía con todo?- dijo Alpha comiendo helado apoyada en el marco de la puerta con su volutuosa panza de cuatro meses.- te dije que podría ayudarte.

- no, tú deberías estar descansando, amor.- dijo acercándose.- además las instrucciones están en chino, ¿como podría entenderlo así?- robándole una cucharada de helado.

-¡Hey! Es mío.- dijo haciendo un puchero tierno.- eres malo, tío Ven.

Vengance sonrió coqueto y la atrajo lo más que pudo agarrando de su cintura.

-¿Soy malo, bebé? - dijo coqueto mientras se inclinaba y le olfateaba el cuello para luego lamerlo.

-mmmm si, tío, muy malo.- dijo algo excitada.

A Vengance le encantaba cuando le decía "tío" de forma "inocente", lo ponía muy excitado. Bueno, en realidad cualquier cosa que su compañera hiciera lo ponía. Pero le gustaba cuando le decía tío, generalmente lo hacía cuando estaba buscando sexo o que le cumpliera algún capricho.

- tengo hambre, tío.- dijo Alpha inocentemente.

Vengance gruñó de gusto. Sabía lo que significaba aquello, desde que su mujer estaba embarazada había dos cosas que se incrementaron: el sexo y la alimentación con sangre. Generalmente una cosa llevaba a la otra. Alpha le había explicado que era una cosa de multihibridos alimentarse de su pareja siempre y más durante el embarazo, ya que las hembras se cansaban mucho por compartir la energía con los cachorros y su pareja debía darle de su sangre para reponer.

- vamos a la habitación.- dijo Vengance con voz ronca, para luego tomarla en brazos y llevarla a la habitación en un segundo.

-¿Pero mí helado?- dijo Alpha no queriendo dejar su postre.

- no deberías comer mucho esas cosas pero tengo una idea de que hacer con tu helado.

- a los cachorros les gusta. Debo complacerlos.- dijo excusándose.

Vengance sonrió cuando escuchó la palabra "cachorros". Trisha había dicho que eran tres, aún no sabían los sexos ya que no se veían pero eso no le importaba, estaba emocionados por tenerlos, en realidad nacerían muy pronto.

Vengance la depositó en el borde de la cama y se arrodilló a contemplar a la panza de su mujer dónde sus semillas crecían. Le quitó el vestido de embarazada y se topo con la blanca y deliciosa piel. El primer pensamiento de Vengance al contemplarla fue que era la cosa más hermosa del mundo.
Su barriga llamaba la tención como los deliciosos y grandes pechos de pezones rosados a punto de estallar.

- eres hermosa, Layla.

Alpha le sonrió sonrojada.
Él comenzó a acariciar la panza y a repartir besos.

- hola cachorros.- le susurró Vengance bajo la feliz mirada de su mujer.- papi y mami jugarán un rato, así que cuidado con la cabeza.

-¡ Vengance!- dijo riendo Alpha.- Sabes que los bebés te escuchan ¿no?

- por eso les avisé. No quiero quejas luego.

Hace unos meses descubrió que los multihibridos podían comunicarse con los bebés no nacidos aún y viceversa. Hablaban, Vengance casi enloquece de la emoción cuando escuchó en su mente la palabra "papi" de alguno de sus cachorros.