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Narra Samantha

Miré mi reloj, eran las siete y media, no podía dormir más y para un día que no entraba a las ocho me estaba jodiendo mucho. Me levanté de la cama me metí en la ducha, y una vez cambiada me senté en la terraza con una taza de café y un cigarro. Me quedé mirando la calle, para ser la hora que era había gente o bien que se iba a trabajar o a estudiar. Mire mi móvil, eran las ocho y media, quería darme una vuelta, la mayoría de sitios abrían a las nueve pero mientras bajaba y daba una vuelta me daría tiempo a ver mínimamente algo. Cogí mi libreta por si me inspiraba o algo, y les deje una nota a Mai y Anaju.

No he podido dormir mucho, me he ido a dar una vuelta. Nos vemos en la puerta de la Academia no os preocupeis.

Sam.

Salí por la puerta de casa y empeze a pensar mucho, en lo que paso ayer, tanto en el momento del piano con Flavio como, en la grupal o los gestos que habíamos tenido el uno con el otro. Me gustaba estar así con él me sentía cómoda y segura, y después de saber que le había puesto los puntos claros a Marta algo dentro de mi estaba muy feliz. Ayer después de las clases Hugo se vino a casa a ensayar conmigo y le conté un poco lo que me pasaba porque estaba bastante despistada. Y me dijo que no me comiera tanto la cabeza  y que fuera yo misma. Hablar de eso con Hugo me había ayudado ya que había podido pesar con más claridad. De repente me encontré delante de una pequeña tienda de libros, mire el reloj y eran las nueve, y en ese momento se abrió la puerta.

-Hola, ¿acabamos de abrir quieres pasar?- me preguntó la dueña yo asentí con la cabeza y entre.

Me puse a dar vueltas por la tienda, era pequeña pero tenía un encanto especial, seguía metida en el mundo de los libros cuando me fui a la sección de poesía, a ver si me podía llevar algo nuevo, algo que me inspirase, siempre me había gustado la poesía e incluso alguna que otra vez la había escrito yo misma. Me ayudaba a inspirarme, al final encontré un poemario que llamó mi atención. Lo cogí y lo fui a pagar, en cuanto acabe de pagarlo y salí de la tienda, miré la hora en mi teléfono faltaban veinte minutos para que empezaran las clases y yo no estaría a más de diez minutos de camino. Cogí mis auriculares los conecte al móvil y empezó a sonar "Que tinguem sort" y me fui camino a la Academia.

Cuando llegué no había nadie en la puerta había sido la primera en llegar me senté en un banco y me encendí un cigarro, mientras esperaba a los otros. Pocos minutos después sentí unas manos encima de mis hombros y cuando miré hacía arriba vi a Flavio mirándome con una sonrisa.

-Buenos días Fla- le dije quitándome los auriculares.

-Buenos días Samanzi, ¿te puedo llamar asi?- me pregunto.

-Claro llamame como quieras- le dije, me levanté del banco y le dí un abrazo y un beso en la mejilla.

-¿Qué haces aquí tan pronto y sola?

-Me he levantado pronto y he decidio dar una vuelta y venir hacia aquí- le dije volviéndome a sentar y dejándole un hueco a mi lado- ¿Y tú como que vienes solo?

-Gèrard se quedó en casa de Anne a dormir- me explico

-Así que casa sola esta noche- le dije con una mirada de curiosidad.

-Pues sí, y no sabes lo bien que me lo he pasado- dijo acercandose a mi- Ver Friends y componer me sienta bien...

-Madre mía lo poco que aprovechas tú el estar solo, aunque bueno ver Friends te lo compro- le dije riendome.

-La próxima vez te aviso y me enseñas a aprovechar- me dijo desafiandome

-Si te atreves, yo te enseño a aprovecharlo todo- le dije acercándome a él, cada vez más.

El mundo del DO~ FlamanthaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora