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Realmente querías aprender a tocar guitarra por lo que le pediste a XiaoJun que lo hiciera.
Era un buen maestro... Hasta que se desesperaba y te daba gracia ver como solamente hacia gestos para no gritarte.
—¿JunJun?
—¿Sí, Ying? —él ya tenía entre sus manos su cabello, era la doceava vez que te repetía como se tocaba ese acorde y tu simplemente no te lo aprendias.
—Gracias—él te miro sin entender. —, gracias por no gritarme como a Hendery cuando toca la batería y no aprende, por tenerme tanta paciencia, eres un Ángel Jun.
—Hay...Ying, tu nos has tenido más paciencia de la que merecemos y nos has perdonado cada que por nuestra culpa vas a parar al hospital, no es nada un acorde que te lo he enseñado doce veces.
—Un acorde que va más o menos así.
Lo tocaste perfectamente y XiaoJun se te quedó viendo.
Te reiste y él solo se salió para gritar en el balcón y no gritarte a ti.
No sabias que harías el día que ya no estuvieras con ellos.
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