✦. XII

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Es la luz que se aparece entre las cortinas la que hace que Chan se despierte

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Es la luz que se aparece entre las cortinas la que hace que Chan se despierte.

Se queja un poco, cerrando los ojos, deseando volver a dormir, pero aún puede sentir el sol contra sus orbes pintando sus párpados de naranja. Entonces se da cuenta de que su cabeza duele demasiado y de que su boca sabe a muerte, así que suspira y abre los ojos.

Todo está borroso, pero se puede reconocer un nido rosado en frente suyo. Cierra sus párpados y vuelve a abrirlos. Oh, cierto, es el cabello de Jun. Es un desastre, completamente revuelto y saliendo en ángulos extraños. Chan sonríe al ver el puchero que tienen los labios de Jun cuando está dormido, entonces también se da cuenta de que se encuentra definitivamente más cerca de él que antes, que sus rodillas se rozan y que la mano del mayor se encuentra muy cerca de la suya casi como si la hubiese tomado durante la noche.

Entonces también nota el peso en su cadera y, volteando un poco la cabeza, puede ver que Donghun tiene un brazo sobre esta. Su respiración suave cosquillea en su cuello. Donghun luce relajado, sin ninguna de esas sonrisas falsas en sus labios y con sus largos cabellos negros cayendo sobre sus ojos.

Kang respira profundamente y lentamente comienza a apartarse de ambos, en silencio.

Donghun se remueve un poco pero no se despierta. Chan sale de la habitación y esta vez tiene tiempo de observar el departamento. Luce bien con esa vibra retro que a Kwangsuk parece gustarle tanto: sus paredes están pintadas de durazno pálido.

Se encuentra en la sala de estar, hay un mueble rojo con demasiadas almohadas, un televisor y una mesita, también demasiada basura en todas partes que hace que se sienta muy Feeldog. Luego, se encuentra con un cactus en la mesita junto al sofá y Chan sonríe.

La cocina está junto a la sala de estar, y grita ¡estética de los 60! Es muy linda a excepción de las cortinas amarillas, esas lucen asquerosas.

Chan encuentra la cafetera así que busca café instantáneo, abre un compartimiento y lo ve una caja nueva que aún no ha sido abierta. La toma, pone la cantidad apropiada, vierte agua y la enciende, ésta inmediatamente comienza a zumbar.

Chan abre otro estante, buscando algo de comer y, como prometió Kwangsuk, hay poptarts. A pesar que Kwangsuk es más bajo que él, el imbécil puso el estante demasiado alto, ¿Cómo se le ocurrió? Chan se para sobre las puntas de sus pies y levanta sus manos como puede, gruñendo irritado.

Salta cuando otro brazo aparece al lado del suyo y se voltea, Donghun se encuentra detrás de él sobre una silla con una sonrisa.

—Jódete, ¿cómo haces eso? —pregunta.

—Soy silencioso — responde Donghun dejando la caja de poptart en las manos del menor—. ¿Hiciste café?

—Sí, me siento de la mierda. Odio las resacas —Chan toma la bolsa de poptart y la abre, saca dos y las pone en la tostadora—. Necesito todo el azúcar y cafeína del mundo.

—Te entiendo —Donghun va a dejar la silla en su lugar y luego se inclina en el mostrador—. ¿Acaso este departamento solo tiene comida chatarra?

Chan hace un sonido, encuentra tazas en uno de los estantes inferiores y toma tres.

—Tal vez queramos hacer compras.

—Podemos ir cuando el bello durmiente se despierte.

Chan ríe mientras llena dos tazas con el líquido, le pasa una a Donghun y entonces se sienta en el mostrador, cruzando las piernas y tomando un sorbo de su café.

—No recuerdo nada con respecto a anoche. Solo recuerdo que fumamos hierba en baño, que asco.

Donghun asiente, bebiendo su café. La tostadora timbra una vez que está lista, Chan toma un poptart y se lo da a Donghun, luego también toma uno para sí mismo. Comen en silencio por un rato, el azúcar y un sabor que solo pueden venir de químicos en sus bocas.

—También recuerdo haberlos besado.

—Lo recuerdo.

—Se sintió bien.

—Era necesario, como dijiste —Donghun mira su café—. Te gusta, ¿No es así?

Chan observa a Donghun.

—¿Junhee?

—¿Quién más?

—Me gustan ambos.

Habla en serio, esta vez sí que lo hace.

Donghun sonríe y esta vez no parece tan forzado.

—Que gracioso.

—¿Qué cosa?

—Que ambos te gustemos —Donghun muerde su poptart—. También me gustan ambos.

Chan sonríe, mirando su café de nuevo.

—Pero él te gusta un poco más —añade Donghun.

—¿En serio?

—Eso parece.

—No lo creo —dice Chan con honestidad —. Creo que me gustan ambos de formas diferentes. Tal vez me siento más... ¿apegado a él de alguna forma? Puede ser que tenga que ver con que él me encontró, porque me ayudó cuando pensé que nadie lo haría, pero no creo que me guste más de lo que me gustas tú. Solo diferentemente.

Donghun lo observa por unos segundos, casi como si quisiera leerlo, solo para ver si lo que dice es cierto y Yuchan casi se siente ofendido por la falta de confianza. ¿Por qué mentiría? Le gustan ambos, y ambos son buenos a su manera. Está Donghun, con sus sonrisas brillantes que tal vez sean forzadas, pero se sienten genuinas con esos labios gruesos que se mantiene relamiendo cuando está distraído, piel algo tostada y una risa fuerte y rasposa. Entonces está Jun, callado, tal vez un poco amargado, pero bondadoso. Tan bondadoso que no parece real, extremidades pálidas que simplemente se ve bien en él, una cara de belleza delicada y únicas sonrisas que puede que hagan que quieras verlas de nuevo. ¿Por qué no les gustaría?

—Bien —dice Donghun finalmente asintiendo—. Bien, Chan.

Chan sonríe, limpiando las migas de sus muslos.

—Bien.

Después de algunos minutos de silencio, Jun camina hacia la cocina, con los ojos aún cerrados, dando pasos ciegamente.

—Buenos días —canturrea Donghun, Jun refunfuña y sube sus manos.

—Café —murmura—, puedo olerlo.

—Toma —Chan se inclina y llena la tercera taza de café, luego la sostiene y Jun, que abre un ojo, la mira y la toma casi con urgencia.

—¿Quieres un poptart también? —pregunta el mayor de todos mientras Jun asiente desde su taza.

Mientras esperan a que la tostadora se apague, Chan habla.

—Tenemos que comprar comida, Kwangsuk tiene literalmente solo poptarts, papas y oreos.

—¿No hay ramen? —pregunta Donghun y Chan niega con la cabeza—. ¿Qué clase de monstruo es?

—No preguntes.

La tostadora suena y Jun toma su poptart, mordiéndolo inmediatamente y masticando lentamente.

—Luego buscamos el auto y vamos a un supermercado, una tienda de conveniencia o alguna mierda cómo esa. Estaremos bien con comida instantánea, no sé cocinar en lo absoluto.

—Ni yo —dice Donghun y Chan rueda los ojos.

—Yo sí y quiero comida de verdad. Vamos a un supermercado, vi uno en el camino al club ayer.

—Por mí está bien— Jun se encoge de hombros.

epoch | dongjunchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora