✦. XXI

322 53 7
                                    


Tres semanas más continúan y Jun decide que no puede seguir escapando, así que llama a Rayoon

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tres semanas más continúan y Jun decide que no puede seguir escapando, así que llama a Rayoon.

Donghun y Chan discuten por la cena cuando Junhee abandona el departamento lentamente y se recarga sobre la pared, la brisa tardía yendo hacia su piel y el sol poniéndose naranja tras el horizonte.

—¡No quiero ramen! —dice Yuchan, su voz increíblemente baja a pesar de que Jun dejó la puerta abierta—. ¡Hemos estado comiendo ramen instantáneo por días! ¡Estoy adquiriendo peso!

—¡Bueno, yo no quiero sopa de miyeok, siempre está demasiado caliente!

—Cómela fría entonces.

—¡Pero sabe asquerosa si está fría!

Jun enciende el celular y, mientras espera la tanda de notificaciones y llamadas perdidas enciende un cigarro. Toma una calada, exhala y luego presiona el número de su amigo.

Espera, un timbre, dos...

—¿En dónde estás?

Jun sonríe. Extrañaba su voz.

¿En dónde has estado? —Rayoon suena calmado, lo cual es totalmente preocupante—. ¿Qué mierda hiciste? Leedo no me ha querido contar nada. ¿Has estado ignorando mis llamadas todo este tiempo? ¿Y qué mierda se supone que haga con todo ese dinero? Yo...

—Se siente bien oír tu voz, Kim.

Hay silencio por un rato, entonces Jun puede oír un sollozo y su corazón se contrae.

—No llores.

¿En dónde estás? —pregunta el otro chico con la voz rota por el llanto—. Estaba tan preocupado, ¿en dónde estás?

—No puedo decirte.

¿Por qué te fuiste? ¿Por qué..?

—Te dejé una nota.

Oh sí, la nota, ¡gracias, fue muy útil! —explota Rayoon en sarcasmo—. «Necesito escapar, Donju jodió el esquema. No te metas en problemas y cepíllate los dientes». En serio, Junhee, vete a la mierda.

Jun hace un mohín. Al oír la nota de nuevo, sí que sonaba bastante mal.

—Estaba en apuros.

¿Por qué no me llamaste?

—Tuve que dejar que las cosas se calmaran, no podía arriesgar entrometerte. Mira, Rayoon, no puedo decirte detalles, pero seguí mi instinto, Xion arruinó todo y ahora no puedo regresar a Daegu, pero estoy bien, ¿sí?

—dice el muchacho luego de una pausa—. Ahora, sobre el dinero...

—Eso es para ti.

¿Qué se supone que haga con eso?

—Cómprate algo caro, comida decente, no lo sé. Mierda, ve a la universidad y suelta ese trabajo de mierda en el restaurante. Haz algo bueno por ti mismo.

Kim Rayoon murmura algo que Jun no puede oír.

—¿Sabes algo de lo que sucede en Daegu? —Jun pregunta y Kim hace un sonido de afirmación.

Leedo me dijo que empezaron a buscarte fuera de Daegu, en Seúl. Piensan que es más fácil que te escondas allí porque es una ciudad más grande. Esto fue hace una semana aunque ya se están rindiendo.

—Bien.

Jun, ¿estás bien?

—Sí, estoy a salvo. Tenemos un amigo que nos ayuda, así que estaremos bien por un tiempo.

¿Estaremos?

Jun muerde su labio inferior.

¿Estás con alguien?

—Pasó en el camino...

Así que no estás solo, estás con alguien.

Junhee mira la esquina de la cocina que puede ver desde donde está parado, Chan empuja el hombro de Donghun juguetonamente y el mayor le sonríe.

—Sí —responde Jun—. Estoy con alguien.

Okey —Rayoon suspira—. Qué bueno que no estés solo.

—Sí, también lo creo. Escucha, no es una opción inteligente quedarse al teléfono por mucho, así que...

Lo sé, lo sé. Solo prométeme que vas a llamar de nuevo, ¿sí?, por favor.

—Lo haré. Cuídate, come, alimenta a los malditos gatos. ¿Aún llegan aunque me fui?

Claro que sí y los he alimentado, el negro siempre me lastima.

—Eso es porque eres un mocoso, ese gato sabe lo que hace.

Cállate —ríe su amigo, Jun puede imaginarlo en su cabeza, lleno de grandes ojos inocentes—. Llámame cuando puedas, ¿sí?

—Lo haré. Lamento todo esto, Kim.

Solo haz lo que tengas que hacer. Vuelve pronto, si puedes, claro. O dime en dónde estás y te visitaré.

—Cuando sea más seguro, sí —Jun cierra sus ojos—. Cuídate, Rayoonnie.

—Bien.

Junhee termina la llamada y rápidamente apaga el teléfono, poniéndolo de nuevo en el bolsillo de sus jeans. Termina su cigarrillo y luego vuelve al departamento y se dirige a la cocina.

Donghun parece haber ganado el argumento, pues hay ramen cocinándose en agua hervida mientras Chan corta unas salchichas.

—Hey, ¿estás bien? —le pregunta Donghun.

—Estoy bien —Jun sonríe y asiente.

—Qué bueno —Donghun alza su muñeca y la besa. Chan hace un puchero hasta que Jun le besa los labios.

Está bien. En serio. Ahora sí está bien.

epoch | dongjunchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora