epoch | dongjunchan

✦. IV

Mentalidad positiva, vaya mierda.

Junhee mantiene sus manos en el volante con los ojos adheridos al camino y con la determinación de no golpear nada más con su auto al menos por esa noche. Sentado a su lado está Chan mirando por la ventana, su expresión es neutral y sus ojos están desenfocados. Jun aún no tiene idea de porqué decidió tomar al chico y llevarlo consigo, pero lo hecho, hecho está.

En ese momento, cuando vio lo dañado que estaba Chan, sintió que era lo correcto, no se arrepiente aún, pero Donghun por otro lado... Él está en los asientos traseros y no parece estar cansado. Se mantiene moviéndose en el pequeño espacio, bajando las ventanas y sacando la cabeza casi como un perro, para después, hacer lo mismo del otro lado. A pesar de que, se lo pasa quejándose en agonía con cada movimiento que hace, no se queda quieto.

Junhee suspira. Esto fue una mala idea.

—¡Oh! —exclama Donghun repentinamente, Yuchan se estremece sorprendido—. ¡Amo esta canción, súbele el volumen!

—No —responde Jun.

—¿Por qué no?

—Odio esta canción.

—¡No puedes odiar "365 Fresh"!

—Sí, sí puedo.

—Es un himno —replica Donghun.

—Dios mío, te sacaré de este vehículo en movimiento.

—Si lo haces asegúrate de ir a toda velocidad. No quiero perder otra oportunidad —dice Donghun con una gran sonrisa.

Está loco, probablemente es un psicópata.

Esto fue una mala idea.

No, no. Mentalidad positiva.

Yuchan, silenciosamente, toma tres cigarrillos y le da uno a Jun, encendiéndoselo. Chan usa anillos de plata en su dedo medio y anular y sus uñas son un poco más largas que las suyas. El pelirrojo también se voltea para darle uno a Donghun.

—Gracias —el chico fuerza una pequeña sonrisa y se sienta, encendiendo el suyo.

Fuman en silencio por un rato con 365 Fresh apenas sonando de fondo.

—Así que... —Donghun habla nuevamente, exhalando una nube de humo—, ¿a dónde van?

—No lo sabemos —responde Chan.

—¿Están en una relación?

—Lo conocí hace dos horas —Jun contesta.

—Bien, estoy confundido —manifiesta Donghun.

Jun hace una mueca.

—Estamos escapando.

—¿De qué? —asiente el mayor de todos.

—Yuchan mató a un pedazo de mierda.

—Sí —suspira el nombrado.

—Y yo estoy escapando de uno de los carteles de droga más grande de Daegu —el silencio sigue y Junhee siente las miradas de Chan y de Donghun en él.

—¿Qué dijiste? —pregunta el menor de los tres.

—Me oíste —silencio de nuevo.

—Esperen, esperen, déjenme ver si entendí —Donghun apunta hacia Chan—. Tú mataste a alguien y tú... —mueve su mano hacia el pelinegro—, tú básicamente eres parte de una pandilla.

Yuchan frunce el ceño.

—Bueno, si lo miras así...

—Mierda —Donghun se cruza de brazos—. Me siento bastante fuera de lugar.

—¿Ese es tu problema con todo esto? —Jun pregunta desconfiado.

—Bueno, sí. Siento que soy el perdedor del grupo con amigos demasiado geniales, como si ustedes fueran los chicos que fuman y beben y yo fuera el chico con lentes, un corte raro y asma —el más pequeño ríe y Jun le da una rápida mirada.

—Esa es una analogía extraña.

Donghun hace un sonido y luego se inclina hacia adelante, moviendo su cabeza para ver bien a Chan.

—Bueno, mierda, eres muy guapo.

—Oh —él sonríe y baja la mirada—, gracias.

Junhee arquea una ceja. Esto fue un error, siente que una migraña se aproxima. Donghun vuelve a su asiento mientras toman otra calada.

—Así que, ¿no sabemos exactamente a dónde vamos?

—No tenemos idea —responde Junhee—, lo cual se está convirtiendo en un problema.

—No pensemos en eso por ahora —dice Chan levantando sus piernas. Pone sus pies en el borde del asiento y pone sus brazos cruzados sobre sus rodillas—. Solo conduzcamos, siempre y cuando nos alejemos de Daegu.

Jun no podría estar más de acuerdo.