✦. XXIV

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Chan no sabe si debería de llamar aquello felicidad, pero así se siente cada momento

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Chan no sabe si debería de llamar aquello felicidad, pero así se siente cada momento. Cada día se siente mejor que el anterior, siempre nuevo y aun así familiar. Lo ama. Dios, lo adora demasiado.

Siente que cambia lentamente. Para mejor, de seguro, pero aun así le sorprende. Aún se siente copiando algunas de las acciones de ambos, chasqueando la lengua un poco más que antes, riéndose un poco más fuerte. Descubre que puede distinguir la respiración de Jun de la de Donghun, puede distinguirlos por el sonido de sus pasos y podría trazar en su mente sus cuerpos en perfecto detalle.

Entonces hay una noche en la que despierta sin aire en sus pulmones, tomando las sábanas, su cuerpo lleno de sudor y su piel ardiendo. Aun temblando con toques fantasmales, ojos en blanco mirándole aún presentes en su mente.

Chan intenta hablar, pero no sale nada, se ahoga en el aire y aprieta el brazo de Jun lo suficientemente fuerte como para lastimarlo, para que se despierte. Junhee se remueve un poco y luego abre un ojo.

—¿Qué? —dice soñoliento. Yuchan se acurruca en sí mismo y aprieta aún más el brazo de Jun—. Mierda —Park se libra del agarre de Chan y lo sostiene contra él, acariciando su cuello—. Está bien, solo respira —murmura suavemente y mira al pelinegro que está durmiendo—. Donghun. Donghun, despierta.

El nombrado murmura algo antes de que Chan le sienta moviéndose desde atrás.

—¿Qué? ¿Qué hora...? ¿Qué pasa?

Tal vez es el hilo de temor que adorna la voz de Donghun la que destroza a Chan. Solloza contra el pecho de Jun hasta que todo su cuerpo tiembla. Su mandíbula tiesa y adolorida y sus ojos arden.

Lee pone sus brazos en su cadera y presiona sus labios en su nuca.

—¿Qué pasa, Channie?

Yuchan no responde y sigue llorando con ambos hombres sosteniéndolo y susurrándole cosas dulces mientras acarician su cabello. Chan encuentra la mano de Donghun y entrelazan sus dedos.

No duermen por el resto de la noche, pero Junhee sigue tocándolo como si fuera de porcelana y Donghun lo sostiene como si tuviera miedo de que escapara de él y, de alguna forma, eso funciona. Chan puede respirar de nuevo, su cuerpo para de temblar y, por un terrible momento, piensa que no será capaz de vivir sin ellos. 

epoch | dongjunchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora