epoch | dongjunchan

✦. XXXIX

—Dijiste que Byeongkwan te debe un favor —Donghun dice una vez que están en la cama. Yuchan está entre ellos casi durmiéndose.

—Sí —Junhee asiente—. Un gran favor.

—¿Cuál es?

—No estaría con Sehyoon si no fuera por mí.

—No pensé que fueras un cupido —el pelinegro arquea una de sus cejas.

—Eso es porque no lo soy —el pelirosa sonríe—. No, es más complicado que eso. Byeongkwan solía estar en Imoogi Pa.

—Oh... —Donghun le mira con interés—. Cuéntame.

—Solía ser uno de nuestros proveedores —Jun responde mientras se acomoda en la cama—. Él era el que tenía toda la cosa de las drogas cuando el viejo Dragón decidió hacer grandes negocios. Byeongkwan siempre había estado en cosas así, conoce a personas, así que tenía contactos. Un día, le dijo al jefe que podían comenzar a importar drogas desde China si le proveían mulas, es decir, contrabandistas, y allí es cuando Sehyoon entró en la escena.

—¿Kim Sehyoon era una mula? —pregunta Donghun, claramente sorprendido—. ¿En serio?

—Bueno, en realidad, Sehyoon era uno de los amantes del Dragón. Era como una relación secreta que no era secreta del todo... Solo es una forma linda de decir que el viejo Dragón tenía montones de hombres y mujeres con los que tenía sexo a veces, con promesas de dinero y seguridad, pero Sehyoon también es un buen actor y podía salirse con la suya. Entonces, comenzó a trabajar como mula para Byeongkwan. Supongo que allí comenzó, porque claro, nada grita romance más que meter un condón lleno de drogas en el trasero del amor de tu vida.

Donghun le golpea el muslo y Yuchan se mueve un poco, pidiéndoles que dejen de moverse tanto.

—No seas asqueroso.

—Lo siento —sonríe Jun mostrando todos sus dientes perlados—. Se enamoraron y todo eso, así que Byeongkwan vino a mí un día y me dijo "Si alejas a Sehyoon del Dragón nos haré desaparecer" —el pelirosa intenta hacer la voz de su amigo y el mayor se ríe suavemente—. Y honestamente, no podía decirle que no. Sehyoon odiaba trabajar para él y Byeongkwan estaba tan enamorado que era casi doloroso... así que los ayudé —Park se encoge de hombros—. En realidad, le pagué a muchos vendedores que conocía para que hicieran un largo trato con el jefe e incluso organicé la cosa en un restaurante costoso. Les di tiempo para que salieran y Byeongkwan hizo toda la desaparición. Funcionó y, déjame decirte, me sorprendió que haya funcionado. Estoy feliz de que lo haya hecho.

Donghun asiente, sonriendo sinceramente y mira al pelirosa como si fuese la obra de arte más preciosa en el mundo entero.

—Eres tan romántico, Park Junhee.

—Dios, cállate —el nombrado se muerde los labios para reprimir una sonrisa—, por eso me debe una.

—Así que, vamos a desaparecer... —Lee asiente para sí mismo.

—Eso parece

—¿A dónde iremos?

—A donde queramos, supongo.

—París —añade una voz adormilada.

Jun mira a Yuchan, que lo observa con ojos soñolientos.

—¿Qué?

—Deberíamos ir a París —murmura el menor—. Nunca he estado allí.

—¿Hablas francés?

Yuchan duda por un momento antes de sonreír coquetamente y responderle:

—Bonjour mademoiselle, mon mon baguette.

Donghun ríe a carcajadas, cubriendo su boca para no hacer tanto ruido y pegándose en su propio muslo.

—Qué tal si no vamos a París —lo molesta Jun y el pelirrojo hace un puchero.

—Voy a estudiar francés, luego veremos quién va a París.

—Sí, seguro.

—Besa mi omelette.

—Duérmete, escargot.

—Dios —Donghun se relame los labios—. Los amo tanto, me hace tan feliz que no me hayan matado cuando me atropellaron.

Junhee mira al mayor, tratando de ver algo en sus ojos, pero sólo puede observar su suave sonrisa.

—Donghun —Yuchan se vuelve un poco para mirarlo—. Esa noche, ¿por qué...?

—No —Donghun niega con la cabeza y pone una mano sobre su cintura, cerrando sus tristes ojos—. No arruinemos el momento.

—Nunca hablas de eso —el menor pone su cara en la expansión del cuello de Donghun y toma las manos del pelirosa—. Deberías contarnos.

El mayor mira a Junhee y sonríe. Este puede notar lo falso que se ve.

—Mejor en otro momento —murmura—. Mejor durmamos.