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Las noches después de la llamada habían sido especialmente malas: Los oídos le zumbaban, sentía la presión en el pecho y una extrema ansiedad que no le permitía mantenerse quieta.

Lo miraba fijamente, cómo si deseara derribarlo.

Con frecuencia se preguntaba, ¿Por qué tenía que relacionarse todo con él? Desde el momento en qué lo conoció hasta sus encuentros casuales... cómo todos sabían sobre Hiram Lodge excepto ella... y lo que más la mantenía alerta: El extraño vínculo que se estaba formando entre ellos

Pero un vínculo se estructura cuándo existen algunas o varias cosas en común entre dos personas, y ¿Cómo podía formarse algo si no lo conocía?

No, no lo conocía. Pero había estudiado todas y cada una de sus expresiones: La forma en que fruncía el ceño cuándo leía, el relamer sus labios cuándo estaba a punto de hablar, el cómo evitaba sonreír en público a toda costa e incluso el tono de voz que usaba con ella, un poco más grueso y bajo... Pero sobre todo cuando cruzaban miradas y las arrugas en su frente se enmarcaban, movía los hombros hacía atrás y dirigía su atención hacia otro lado

De alguna forma le despertaba sensaciones. Es decir, era un hombre inteligente, de buen físico y misterioso.

Sin embargo, todo eso también la hacía sentirse loca

Y sí. Probablemente estaba loca. No conocía al hombre y sentía un cosquilleo cada vez que se dirigía a él

- ¿Te quedarás después de clases?

Mercy la sorprendió por atrás. Cruzó los tobillos y rodó los ojos

- ¿Quieres mi agenda?

-Sólo era una pregunta. Digamos que esta vez tengo asuntos con el señor Lodge

-De cualquier manera dudo que tuvieras algo más interesante qué hacer.

Se puso de pie rápidamente dirigiéndole una mirada a él, quién la esquivó. Casi colapsando con las emociones de ella

Y es que cada vez le costaba mayor esfuerzo dirigirse a Selina. Estaba cruzando una línea que podía alejarla o, incluso peor: Acercarla hasta descubrirlo

Pero no hay mayor fracaso en un hombre que intentar reprimir sus emociones.

- ¿Acaso usted ha tenido el deseo de arrancarle las extremidades a alguien? -. Mercy se sentó frente a él, con suma molestia en el pálido rostro

-Se le olvida que trabajo en una escuela, con niños

-A usted le pagan-. Arqueó una ceja, con una sonrisa de dientes para afuera. - Yo vengo a ver cómo ella mueve su cabello de un lado hacia otro todos los días y encima a endulzarle los oídos a todos con mentiras

-Yo le pagaré con una buena calificación si deja este asunto de lado, ¿le parece? Yo no le arranco las extremidades a nadie y usted tampoco lo hará

La chica frunció el entrecejo, confundida

- ¿También discutió de esto con ella? -. Preguntó con aquellos ojos verdes y calculadores que tanto la caracterizaban.

-Le dije que no me gustan los conflictos y ella pareció entenderlo

Asintió mientras mantenía una sonrisa apretada. ¿Por qué el hombre le mentiría?

Por supuesto que no le reclamaría, decidió conservar la calma y esperar.

-Excelente. ¿Le importa si me retiro ya?

-Por favor-. Señaló hacia la puerta y se puso de pie

Selina caminaba a través de los pasillos de una escuela ya casi vacía, con las mismas preguntas taladrándole la cabeza. No estaba segura de lo que haría, pero igual continuo hasta el estacionamiento, que permanecía desierto. Entonces lo vio, de pie junto a su Ford Mustang negro, quitándose el saco y guardándolo en la parte trasera

Nights Without MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora