{Cap 23} ~Felices~

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CAPÍTULO 23


Narrador desconocido 


—¡Se está moviendo! ¡Se está moviendo!—

—¡Lo sé, puedo verlo! ¡Llámalo! Es la hora—

—¿Qué crees que va a hacer con una niña de 6 años? Ha estado en coma durante 36 meses y se piensa que está muerta— habló la mujer de ojos azules, conocida como Alexa. 

—¿Crees que la devolverán a su familia?— preguntó Marcus, el hombre rubio de ojos verdes. 

Solo cuando la misericordia corra por su sangre

Suspiré, mientras agarraba todo el papeleo que tenía que llenar para esta chica. No sabemos mucho sobre esa familia.
Solo que hubo un accidente, que claramente, se hizo a propósito. Cuando la trajeron al hospital se veía bien... perdón por el tono, muerta. Después de usar el desfibrilador, pudimos hacer que su corazón volviera a latir, pero seguía estando en peligro.
Tuvimos que adentrarnos en una dura cirugía de cuatro horas. El resultado no fue el que pensábamos, puesto que su estado era crítico. La única forma de salvarla, era inducirle un coma. El problema, es que no teníamos claro si volvería a despertar, y si lo hiciera, podría perder parte de sus recuerdos.

La puerta se abrió con una explosión que me sobresaltó y me sacó de mis pensamientos. Alexa se apresuró con un teléfono cerca de sus oídos. Oh dios, ese bastardo enfermo quiere hablar conmigo. Después de una mirada fulminante, Alexa me dió el teléfono. 

Hola— hablé yo

—¿Está despierta?— la voz del bastardo sonó a través del teléfono. 

Ha estado mostrando signos de despertarse desde el año pasado, pero aún nada, aunque se ha estado moviendo mucho durante los últimos días, y ha estado murmurando palabras incoherentes—

—¡¿Pero se despertará pronto?! ¡Eso es lo que quiero saber idiota! ¡Responde la maldita pregunta!— él gritó. Haría cualquier cosa para ver a este hombre detrás de rejas. Sé que va a lastimar a esta pequeña niña, y no lo dejaré. Debería despertarse hoy o mañana. 

No lo creo, podría tardar un poco más. Su ritmo cardíaco es más bajo de lo normal

Lo que sea, ella no recordará a su familia, ¿verdad?— se burló. 

Señor, no podremos determinar eso hasta que se despierte— literalmente, podía sentir las miradas de Alexa y Marcus. 

¡UGH! ¡Ustedes idiotas, no pueden hacer nada bien! ¡Llámenme solo cuando se despierte!¡No me molesten! con eso, colgó. Se me escapó un pequeño suspiro, no puedo dejar que ese hombre lastime a esa pequeña niña. Soy médico, hice un juramento para ayudar a las personas y no lo voy a romper. 

—¡Qué demonios, James! ¿Por qué le mentiste? Si se entera, matará a nuestras familias. Llámalo de nuevo y dile que se despertará pronto. Ambos sabemos que será hoy o mañana. No puedo arriesgar a mi familia por tu lástima— siseó Alexa. 

Hicimos un juramento para ayudar a las personas necesitadas, ¡y lo romperán por sus propios motivos! ¡Egoístas!—

Bien, que podemos hacer para ayudar a la niña— habló Marcus. 

Tenemos que esperar hasta que se despierte, y pedirle que finja que no recuerda nada—

—¿Y si no puede recordar nada?— preguntó Marcus. 

Ahogados en los recuerdos  |EN CURSO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora