CAPÍTULO 25
Las emociones en su interior se arremolinaban como un torrente de agua helada cayendo por un desagüe de metal, cada gota más punzante y desgarradora. El calor le subía a las mejillas, como si rayos de fuego atravesaran su piel, quemándola con cada nueva ola de agonía. Su cuerpo temblaba de manera incontrolable, los hombros delgados sacudiéndose al ritmo de los sollozos que la recorrían. La oscuridad la envolvía de nuevo, implacable y sofocante.
—Sé que lo que hice estuvo mal, y lo llevaré conmigo el resto de mi vida. Nunca lo olvidaré—murmuró entre sollozos, su voz rota por la culpa.
Sus manos temblorosas se apretaron contra su cabeza, como si intentara contener la tormenta de emociones que amenazaba con consumirla.
—¡LO SIENTO! ¡Debí haber sido yo! ¡¿Por qué te metiste Alba?!— gritó, el fuego de la vergüenza y la ira quemando bajo su piel, mientras un vacío profundo la llenaba, desgarrando su interior.
Los sollozos se intensificaron, y su cuerpo se sacudía como si intentara escapar del peso aplastante de sus emociones. Hayden, sentado a su lado, la miraba sin comprender. Confusión y preocupación llenaban sus ojos.
¿Qué estaba pasando? ¿Por qué lloraba? ¿Quién era Alba? Las preguntas lo atormentaban mientras trataba de entender, pero lo único claro era que Astrid no estaba bien.
—¡Por favor! ¡Lo siento! ¡Detente! ¡No quiero ver!— gritó Astrid, su voz quebrada, mientras se agarraba la cabeza con fuerza, como si intentara bloquear algún recuerdo.
El pánico comenzó a apoderarse de Hayden. La sacudió suavemente, su voz temblorosa.
—Astrid, por favor, despierta... es solo una pesadilla, Ast —rogó, pero los sollozos de ella se transformaron en gritos desgarradores, cada uno perforando el silencio de la habitación como un eco de desesperación.
Sin saber qué hacer, la sacudió más fuerte, su propia desesperación creciendo con cada segundo que pasaba.
—¡ASTRID! ¡ASTRID!—gritó con todas sus fuerzas, su voz llena de angustia.
Finalmente, un fuerte suspiro escapó de los labios de Astrid. Su cuerpo tembló mientras se incorporaba, jadeando y empapada en sudor. El alivio los envolvió a ambos, como una ola cálida que barría la tormenta. Había despertado, había escapado de su pesadilla.
—Ast...— susurró Hayden, su voz suave como una caricia, mientras ella se lanzaba a sus brazos, aferrándose a él como si fuera su único refugio. Él la abrazó con fuerza, atrayéndola contra su pecho, susurrándole palabras tranquilizadoras al oído. —Estoy aquí, todo está bien— decía, su voz baja y cálida, mientras sus dedos recorrían suavemente su cabello.
Ella se sentía a salvo en sus brazos, su pecho subiendo y bajando mientras recuperaba la calma. Pero el miedo seguía latente, una sombra que no se disipaba por completo.
—¿Qué pasó, Astrid?— preguntó Hayden con delicadeza, su preocupación evidente.
Ella no respondió de inmediato. El silencio llenaba la habitación mientras ambos intentaban recuperar el control, pero la cicatriz de la pesadilla seguía presente en el aire, un recordatorio de lo frágil que era el límite entre el dolor y la realidad.
Narra Astrid
¡Dios, fue horrible! Nunca quiero volver a ver eso. ¿Por qué ahora? Lo hice para protegerla, como ella me protegió a mí. No sabía que pasaría esto...
—¿Astrid?— preguntó Hayden.
—No estoy segura— mentí.
—Estabas sudando y murmurando palabras. Astrid estuviste fuera de combate por más de media hora por el amor de dios. Dijiste que ibas a llamar a tus padres y no volviste en 2 horas. Pensé que te había pasado algo..—
—Fue una pesadilla— al menos esto era en parte cierto.
—Astrid, eso fue más que una pesadilla. ¿Sabes lo que pasó verdad? ¿Por qué no puedes decirme? ¿Estás enferma? Podemos hacerte revisar si ese es el caso. ¡Astrid, por favor, solo di algo!— habló frenéticamente mientras se pasaba una mano por el pelo.
No lo entendería. Él me odiaría. Lo amo, pero no puedo contarle sobre mi pasado. Aún no, no quiero perderlo.
—Hayden, fue solo una pesadilla. Lo prometo. Nada más. Estaba hablando por teléfono con mis padres y tuvimos una discusión. El problema no se resolvió. Me cansé porque no tenía nada de energías, vi la cama y ya sabes el resto. Tuve una pesadilla. Estoy bien y a salvo— dios, cuánto odio mentirle.
"Debiste habérselo dicho"
"Me habría odiado"
—No te creo, Astrid. Realmente no te creo, pero lo aceptaré por ahora. Sé que algo te ha estado molestando por un tiempo. Desearía que me lo dijeras, pero estoy esperaré lo que haga falta— dijo tranquilo mientras me acariciaba el hombro con suavidad —Simplemente, no confía en mi. Te amo, te amo más que mi propia vida, y te prometo, te juro, que nunca voy a permitir que te pase nada—
Hice lo único que pude haber hecho. Me acurruqué contra su pecho y esperé lo mejor. Solo quiero que esta felicidad dure un poco más. -Yo también te amo- le dije.
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Narra Hiccup
No puedo más, no puedo esperar a que confíe plenamente en mí, si yo le guardo secretos. Además, cuando lleguen las finales, prefiero no mentirle. Quiero poder llevarla conmigo. Voy a llevarla a ver a Chimuelo. Sé que lo amará. Probablemente me odie por mantener algo tan grande como esto durante tanto tiempo, pero sé que le encantará.
Pero ahora, la abrazaré. La abrazaré mientras necesite que la abrace. Se ve muy tranquila. ¿Qué le habrá pasado? Esto no fue solo una pesadilla. Algo grande está sucediendo. Se ha estado escondiendo de algo desde el primer día. Estoy seguro.
Ella me lo dirá, y cuando lo haga, no importa lo malo que sea, la apoyaré.
Siempre estaré a su lado.
¦HcP¦
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¡HASTA AQUÍ!
¿Cómo se tomará Astrid el secreto de Hayden? ¿Le dirá lo que le pasó hace años?
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Ahogados en los recuerdos |EN CURSO|
Fiksi PenggemarSi quieres definirla con una sola palabra, esa sería, hermosa. ... Astrid es una joven atrapada en una vida sombría y sin salida. Criada en Oslo, Noruega, su belleza natural no ha sido suficiente para compensar la soledad que la rodea. Sin el apoy...