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Estás a punto de entrar en un terreno peligroso: el amor, ese juego que desgarra y embriaga. Muchos creen conocerlo, pocos salen ilesos. Hazte un favor y aléjate mientras puedas. Ve a correr, aprende a tocar la guitarra, mira una película... cualquier cosa que no implique desarmar y remendar tu corazón una y otra vez.
Pero si sigues aquí, si quieres sentir esa mezcla de dolor y deseo que solo una historia de amor puede dar, entonces prepárate. Esta novela no promete consuelo; promete arrastrarte al abismo.
¿Aún dispuesto? Entonces respira hondo y adelante...
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AHOGADOS EN LOS RECUERDOSCAPÍTULO 1
El reloj en la pared marcaba los últimos minutos de clase, a los cuales Hiccup no prestaba atención. Sus ojos verdes recorrían la ventana a su derecha, donde el sol filtraba algo de luz a través de las cortinas, creando destellos dorados en el aire polvoriento. El aula estaba en completo silencio, salvo por el sonido del bolígrafo del profesor Harwood que raspaba la pizarra.
Hayden Haddock, Hiccup, para los amigos; de semblante relajado y una postura ligeramente desganada, tamborileaba sus dedos sobre el pupitre, mostrando el mismo desinterés que siempre. Su cabello castaño, despeinado de manera casi intencionada, caía sobre su frente, enmarcando un rostro anguloso con una mandíbula marcada. Los pómulos altos y los labios ligeramente curvados en una mueca irónica completaban una expresión que parecía desafiar el mundo que lo rodeaba. Era el tipo de chico que no necesitaba esforzarse demasiado para llamar la atención. Y lo sabía.
-Sr. Haddock, ¿quiere usted compartir con la clase el motivo de su distracción? -La voz del profesor Harwood interrumpió la calma con una mezcla de cansancio y sarcasmo, llamando la atención de todos hacia Hiccup.
Hiccup desvió la mirada de la ventana y fijó sus ojos en el profesor, sin molestarse en disimular su indiferencia. Una leve sonrisa se formó en sus labios, como si la situación le divirtiera más de lo que le incomodaba. Podía sentir las miradas de sus compañeros sobre él, pero eso no lo afectaba. De hecho, parecía disfrutar de ese pequeño momento de protagonismo.
-No me distraigo, profesor. Simplemente... ya lo sabía -respondió con una voz calmada, cargada de confianza.
El profesor Harwood lo observó durante unos segundos, visiblemente frustrado. Era un hombre de mediana edad, con una paciencia que solía ser legendaria entre los estudiantes, pero Hiccup lograba poner a prueba los límites de cualquiera.
-Supongo que entonces no habrá problema en que responda la pregunta -replicó el profesor, cruzando los brazos y esperando, como si finalmente fuera a poner a Hiccup en su sitio.
Pero Hiccup, sin inmutarse, apoyó los codos en el escritorio y, tras un breve silencio, respondió con exactitud la respuesta correcta, como si fuera lo más natural del mundo. El profesor no pudo ocultar una ligera mueca de fastidio antes de volver a su lección, mientras los murmullos de la clase se apagaban lentamente.
Hiccup volvió a recostarse en su asiento, cruzando los brazos sobre el pecho con una actitud despreocupada. No era la primera vez que se encontraba en esa situación, y no sería la última. Esa era su forma de demostrar que las reglas del aula no iban con él, que podía sobresalir sin siquiera intentarlo. El mundo parecía moverse a su alrededor, y él, con su mirada irónica y su sonrisa medio escondida, se mantenía siempre un paso más allá.
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Ahogados en los recuerdos |EN CURSO|
FanfictionSi quieres definirla con una sola palabra, esa sería, hermosa. ... Astrid es una joven atrapada en una vida sombría y sin salida. Criada en Oslo, Noruega, su belleza natural no ha sido suficiente para compensar la soledad que la rodea. Sin el apoy...