"Tortitas"

1.4K 60 4
                                    

-¡Flavio!¡Despiértate!- Canturreó Hugo.

Flavio gruñó y le ignoró. Hugo esperó un momento, al no obtener respuesta, de un salto se estiró encima de Flavio.

-¡Hugo!¡Quítate!-

-¿Qué? No te oigo. El cojín en tu boca hace que no se te entienda.- Se burló Hugo.

Flavio se incorporó un poco.- Está bien, ¿Qué quieres?-

-Hoy me vas a enseñar a hacer tortitas.-

El menor suspiró y se volvió a estirar.

-No hay ingredientes para eso.-

-Fui a comprar ayer cuando te fuiste. Deja de poner excusas.-

-¿Enserio, Hugo?¿No puede ser otro día?-

-No. Este. Ves a la cocina en cinco minutos o volveré.- Dijo marchándose de la habitación.

Cuando el rubio se fue, dio un vistazo a la hora, las ocho. Así que muy probablemente, las chicas seguirían durmiendo. Así que no vendrían a casa hasta dentro de mucho tiempo.

-Oye, Hugo. ¿No podemos posponerlo? Hoy no me encuentro bien.-

-No es mi culpa que ayer llegarás tan tarde. Creo que ni siquiera te voy a preguntar que tal te fue.-

-¿Eh? Ah, cierto. Me has recordado que la novia es una amiga de Samantha.-

-Eh... Qué bien, supongo. ¿Empezamos?- Flavio puso los ojos en blanco ante la energía del rubio.

Quince minutos después, la cosa era así: Flavio tumbado en el sofá mientras le daba las indicaciones, y Hugo en la cocina haciendo más de cinco veces la misma pregunta.

-¿Sabes? Esto no es ayudarme ni enseñarme.- Se quejó Hugo.

-Vaya problema.- Se burló Flavio. Hugo bufó.

-¿Y ahora que tengo que hacer?-

-¿Eh? Pues mezcla.-

-Ya... ¿Esto no está demasiado... Acuoso?- Preguntó Hugo haciendo una mueca. Se acercó un poco.- Y huele a aceite.-

Flavio suspiró.- A ver... ¿Qué coño has hecho?-

Se dirigió a la mezcla de Hugo, pudiendo observar que estaba bañada en aceite.

-¿Cuánto aceite has hecho?-

-60 mililitros.-

Flavio volvió a mirar la massa y luego giró la vista a el vaso donde Hugo había medido el aceite.

-¿Hasta donde lo has llenado?-

-Aquí.- Señaló.

-Eso son cililitros no mililitros.- Flavio volvió a suspirar.

-¿Y ahora qué?-

-Nada. Tu mezcla da asco. Tírala y recoge la cocina. Yo me volveré a la cama. Quiero dormir.- Explicó apunto de marcharse.

-¿Qué?¡No! Esto es tu culpa también.-

-¿Mía?-

-Sí, me has dejado solo en la cocina. Es la primera vez que cocino algo. Me tendrías que haber ayudado.-

Flavio le ignoró y comenzó a irse a la habitación.

-¡Ey!¡No me ignores!-

Hugo se movió hacia Flavio y saltó agarrándose a sus hombros, rodeando la cintura con sus piernas y pegándose como una lapa.

-¡Hugo!- Gritó Flavio por el susto. Sin embargo, puso sus brazos hacia atrás para que no se cayera.- Ya, ¿Qué te pasa?-

-¿Por qué no quieres cocinar conmigo?-

-A ver, no es que no quiera. Es que hoy no estoy de humor.-

-¿Y qué desayunamos hoy?-

-¿Tostadas?-

-Eso es muy aburrido. Ayúdame a hacer tortitas de nuevo, quizás eso te pone de buen humor.-

Flavio lo pensó por unos momentos, llegando a la conclusión de que Hugo no lo dejaría en paz hasta que aceptara.- Venga, está bien.-

-¿De verdad?-

-Sí. Vamos antes de que cambie de opinión.-

-Gracias.- Agradeció Hugo rápidamente para comenzar a darle muchos besos rápidos en la mejilla derecha, haciendo que Flavio se ría.

Luego se dirigieron a la cocina para comenzar a hacer las tortitas, pero esta vez juntos y bien.

Les salió bien, pero estaban quemando, así que decidieron esperar un poco. Hugo se sentó encima de la encimera.

-¿A qué cocinar conmigo no ha sido tan malo?-

Flavio rodó los ojos.- No. Pero es injusto.- Hugo lo miró confundido.- Tú no te has manchado nada, ¿Cómo es posible?-

Hugo rió.- Es que soy perfecto.-

Sin embargo, no le dio tiempo a reaccionar cuando Flavio le manchó la punta de la nariz.

-Así mejor.- Hugo se iba a quejar pero Flavio habló más rapido.- Cómo diría Eva, que cuqui.-

Las mejillas de Hugo se pudieron rosadas.- Yo no soy cuqui. Eva es cuqui, no yo.-

Flavio rió.- Ya, claro.-

Iban a seguir discutiendo, pero la puerta principal sonó, lo que significaba que alguien había

En ese momento entraron Eva y Samantha, hablando de algún tema que no consiguieron distinguir.

-¿Hay desayuno?- Preguntó Samantha.

-¿Eh? Sí, hemos hecho tortitas.- Contestó Flavio.

-¿Hemos? O sea, ¿Habéis?¿Los dos?¿Hugo te ha ayudado?- Preguntó Eva sorprendida.

-Bueno, en realidad yo lo he ayudado a él.-

-¿Y qué hacéis vosotras aquí tan temprano?-

-Anajú tenía algo que hacer y nos ha echado.-

"Pareja perfecta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora