"Propuesta"

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Era sábado por la mañana, y quién dice por la mañana, dice que era la una del mediodía. Hora en la que se levantaron Hugo y Samantha.

Había pasado una semana desde el accidente del primer día de trabajo de Hugo. Durante el tiempo que había pasado desde el día que llegaron, habían ido trayendo las pertenencias que les faltaban y que se habían dejado en casa de sus padres.

También, sorprendentemente, durante este poco tiempo habían podido pasar mucho tiempo juntos. El suficiente tiempo como para poder conocerse bastante. Lo bastante como para que Flavio no se sorprendiera de la propuesta que los otros tres le hicieron esa mañana, esa propuesta que llevaba evitando desde que llegó al piso.

-Entonces, Fla, ¿Qué te parece la idea?-

-Mirad, no es por joderos el plan. Pero aún creo que no es una buena idea. Nos acabamos de instalar.-

-¡Pues por eso mismo! Hay que celebrar la mudanza y que por fin he conseguido un trabajo estable.- Le intentó convencer Hugo.

Y sí, Flavio había conseguido que Capde no echara a Hugo del trabajo. Le costó casi una hora, pero finalmente acabó cediendo. Durante la semana había estado ayudando al máximo a Hugo para que mejorase, lo cual pareció funcionar con los días.

-Además, no tienes ninguna excusa. Ninguno de los cuatro trabaja ni hoy ni mañana.- Explicó Samantha.

-Eva sí.-

-Mañana me cojo día libre, y hoy me está cubriendo una amiga.-

-Tú trabajas.- Dijo Flavio apuntando a su novia.

-No. La fiesta empezará a las ocho y yo terminó a las siete.-

-¿Vais a traer alcohol?-

-¿Cómo lo has sabido?- Se rió Hugo.- A ver, Flavio, dime tú qué es una fiesta sin alcohol.- El mencionado puso los ojos en blanco.

-¿Cuántos van a venir?-

-No te preocupes por eso. Nosotros nos encargamos de todo.- Le aseguró Eva. Es lo menos que podían hacer.

-Tú tranquilo.- Dijo Samantha poniendo sus manos en los hombros de Flavio.- Puedes invitar a Gerard y Bruno.- Le animó.

-No los voy a involucrar.-

-Si no lo haces tú lo haré yo.-

El tiempo pasó rápido y pronto llegó la noche.

Flavio había conseguido que vinieran Gérard y Bruno. Samantha había invitado a Anajú y Maialen, dos amigas suyas desde casi siempre. Eva invitó a Anne, su compañera de trabajo, además de traer a Nick. Este último insistió en invitar a su amiga Ari y a su pareja, Eli. Por parte de Hugo, él quiso traer a Rafa, Javy y Jesús, tres amigos suyos. Aunque Jesús, como era obvio, trajo a su novia, Nia. Demasiadas personas en un lugar tan pequeño. O eso es lo que pensaba Flavio.

Aunque no había pasado mucho tiempo desde que la fiesta había empezado, algunos ya estaban demasiado bebidos, como era el caso de Hugo, Bruno, Rafa, Anne, Anajú y Maialen. Esta última no se había pasado con las copas, sino que tenía poca resistencia al alcohol, y es por eso que se encontraba en ese estado. Por otra parte, el resto, aunque también habían bebido, se seguían manteniendo sobrios, o al menos lo suficiente como para no decir o hacer estupideces como los otros. Además, se reían de lo mal que se veían sus amigos.

La música sonaba alta por los altavoces, y Flavio se preguntaba por qué ningún vecino había venido a quejarse. Cuando por fin pensaba que la fiesta se estaba terminando, alguien propuso una idea que casi le aterró. Y más le aterró aún más cuando pudo observar que no quedaba casi nadie sobrio.

-¡Ey, chicos!- Llamó Jesús con una botella en la mano.- ¿Y si jugamos a un juego?-

-¿Cómo si fuéramos críos?¿Qué quieres?¿El escondite o la bomba?- Se burló Eli.

-¡Un juego picante!- Propuso Samantha.- ¡La botella!-

Flavio suplicó mentalmente que no le obligaran a jugar, lo cual no funcionó, ya que rápidamente, Hugo y Samantha lo arrastraron para sentarse en el círculo que se estaba formando. Llegó a la conclusión de que sería una noche larga para él.

"Pareja perfecta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora