-Entonces... ¿Me decís cómo es que habéis acabado así?- Preguntó Flavio señalándoles.- Se supone que solo os mandé a hacer la compra.-
Flavio había estado sentado en el sofá, leyendo un libro, cuando de repente llegaron Eva, Hugo y Samantha.
Samantha había perdido las gafas de sol que llevaba consigo, además de tener espaguetis crudos en su moño mal hecho.
Hugo llevaba todo el pelo y cabeza mojados por algo que no reconoció como agua. Encima, llevaba puesto un solo zapato.
Eva estaba manchada por ketchup y mostaza.
-¿Y? Comenzad a explicar. Supongo que será una historia larga.-
Los tres se miraron entre ellos. Samantha comenzó hablando.
-Pues mira...- Comenzó su relato.
Eran las once de la mañana cuando Samantha, Eva y Hugo entraron al Mercadona con una lista en sus manos, todo a petición de Flavio, quién casi les obligó a que fueran ellos.
-Joder... ¿Por donde empezamos?- Preguntó Hugo mirando la cantidad de diferentes pasillos que habían.
-De momento vamos a dividirnos.- Propuso Eva.- Yo llevaré el carrito y cogeré las bebidas. Samantha, tú- Fue interrumpida por Hugo.
-Un momento, ¿Por qué tienes que llevar el carro tú?-
-Bueno, no me importa. Lo puede llevar cualquiera.- Explicó Eva.
-Genial, entonces lo llevaré yo.- Hugo sonrió triunfante.
-¿Y por qué lo tienes que llevar tú? Yo también quiero...- Se quejó Samantha.
-¿Qué tienes, cinco años?- Se burló Hugo.
-Mira quién lo dice... Para tú información, soy mayor que tú.-
-Y por eso mismo, yo llevaré el carrito.- Dicho eso cogió el carro y se marca corriendo por los pasillos.
-¡Hugo!¡Ni siquiera te he dicho lo que debes coger!- Gritó Eva, calló cuando notó que la gente la miraba.
-Maldito niñato... ¿Qué debo de buscar yo?-
-¿Podrías coger algo de frutas?-
-Por supuesto. Haré cualquier cosa por ti.- Samantha le guiñó un ojo y luego se fue.
Eva se quedó estática por apenas unos segundos, pero luego se puso en marcha por los pasillos.
Estaba apunto de ir a por las bebidas, cuando vio a Hugo allí y decidió ir a por lo siguiente en la lista. Salsas. Pensó que Hugo podría encargarse de las bebidas.
-¿Así que dejaste a Hugo, allí solo?¿A cargo de los refrescos?- Interrumpió Flavio.
-Bueno, sí. No pensé que fuera a pasar nada.-
Flavio suspiró.- Continúa.-
-Oh, mierda. Me cago en todo...- Se quejó alguien que estaba en el mismo pasillo que Samantha.
Lo primero que pudo observar, era que al chico se le había caído un sobre con espaguetis, los cuales estaban esparcidos por el suelo. Lo segundo fue que el la persona no era tan desconocida como pensaba.
-¿Nick?¿Qué haces aquí?- Preguntó la rubia emocionada.- Hace bastante que no te veo.-
-Lo sé. Habéis estado ocupado con lo de la mudanza.- Contestó distraídamente mientras intentaba guardar los espaguetis.
-¿Eh? Ah, sí. He venido aquí con ellos.-
-Ah, pues me encantaría verlos.-
-Ahora te acompaño, si quieres. Pero primero debo ir a coger naranjas.- Explicó Samantha.- No entiendo por qué las han puesto al otro lado de la tienda de dónde están el resto de frutas. No tiene sentido.-
-Ya es raro.-
-Eh... Señora... No es por ser maleducada, pero ese pote de ketchup lo había cogido yo.- Comentó Eva tranquilamente.
-De hecho... No. El pote estaba allí cuando lo cogí.- La señora, que era bastante más mayor que Eva, señaló un estante.
-Lo estaba dejando apartado para compararlo con otros. Pero sí, ese me gusta más.-
-Pues, cariño. Es muy tarde. Ahora es mío.- La señora de dio la vuelta para marcharse.
-De eso nada.- Murmuró Eva.
Cogió el pote de salsa y ambas forjecearon por él.
-¡Serás bestia!- Gritó la mujer.
-¡Pues sí!¡Esta bestia hoy cena en casa, y quiere ketchup en su cena!-
Mientras Samantha sacaba las pegatinas para ponerlas en las bolsas de las frutas, sintió algo en el pelo.
-¿Qué estás haciendo?-me
-Adorno tu moño.- Respondió Nick poniéndole otro espagueti.
-¿Sabes qué? Viviendo con Hugo esto ya no es raro.-
Justo en ese momento pasó el nombrado a toda velocidad empujando el carrito.
-¡Hugo!¡Vuelve aquí!-
El rubio le hizo caso.
-¿Qué pasa?-
-Hay que hacer la compra.-
Hugo bufó.
-Tengo una idea mucho mejor que esa.- Comentó Nick.
-¡Será idiota!-
El bote de ketchup había acabado reventando en la camisa de Eva.
-Joder, que era nueva. Me las pagarás, ancianita...-
-¿Qué has dicho, niñata?-
Ambas se dieron un duelo de miradas interrumpido por un carrito que pasó a toda velocidad.
-¡Hola, Eva!-
-¿Hugo?- Preguntó la mencionada preocupada.
-¡Hugo!- Eva se giró y distinguió a Samantha y Nick corriendo detrás del carro donde estaba subido Hugo.
-¡Gira, gira, gira!- Gritó Nick.
-¡No puedo girar, idiota!-
Todos vieron como Hugo cayó encima de un montón de refrescos con gas, los cuales reventaron y empaparon a Hugo.
-¿Y tus gafas?- Preguntó Flavio.
-¿Ah? No sé, supongo que las tiene Nick. También hicimos un pase de modelos improvisado.-
-¿Y tú zapato?-
-Lo debí de perder mientras huía.-
-¿La mostaza?-
Eva recordó.
-Esta vez no, hija de...- Eva saltó encima de la señora y la tumbó al suelo.
-¡Quítate, demonio!-
-Las dos se pelearon por el suelo del pasillo tres.-
-Esa maldita ancianita...- Murmuró Eva.
Flavio suspiró.- ¿Algo más?-
-Tenemos prohibida la entrada a Mercadona de por vida.- Dijo Samantha.
-Estais que dais asco, habéis tardado dos horas y no traéis nada de comida... Perfecto comienzo del día.- Comentó Flavio.- Iros a arreglar, yo pediré que nos traigan algo de comida.-
-Un final feliz para todos.- Comentó Hugo.
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"Pareja perfecta"
Fanfic¿Y si gracias al primo de Eva, ahora su pareja y ella compartirían casa con dos desconocidos? Donde ambas parejas creen estar con el amor de su vida y buscan compañeros de piso. ¿Y si tal vez fue una mala decisión? O tal vez fue la mejor.