Capítulo 31

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Mis ojos se abrieron como platos al ver uno de mis mejores amigos delante de mí. Me levanté de un salto y me lo quedé observando fijamente a los ojos.

—Pero ¿cómo? O sea, ¿eres tú? —Pregunté muy sorprendida por su aparición.

—Anda ven a darme un abrazo. —Me dijo con una sonrisa.

Lo pude confirmar, era él. Debido a la emoción no pude evitar que mis ojos se cristalizaran y las lágrimas cayeran por mis mejillas. Me abalancé hacia él, correspondiendo a su abrazo. Este me envolvió en sus brazos, era una sensación cálida, la cual no había experimentado desde que llegué a este lugar.

—No has cambiado nada ¿eh? Sigues siendo una llorona. —Me dijo con una risa mientras me acariciaba suavemente la cabeza.

—No te rías de mí. No sabes cuanto te he extrañado, tonto. —Me aferré más a su camisa, inflando mis mejillas por su comentario.

Este me alejó lentamente de él y me miró a la cara con una sonrisa de oreja a oreja. Sacó un pañuelo de su bolsillo y me lo dio. Lo acepté y me limpié las lágrimas.

—¿Cómo sabias que estaba aquí? —pregunté con la voz un poco entrecortada.

—Hace un tiempo dijeron que vendrían unos alumnos nuevos. Al ver tu nombre me quedé impresionado la verdad. —Explicó. — También me enfadó ver el nombre de Chan, ¿sigue siendo igual de irritante?

—Bueno, parece ser que ya no es tan insoportable como antes. Pero no te preocupes, puedo cuidarme de él. —asentí.

—Ya veo, pero si te molesta otra vez, no olvides decirme, que se va a enterar. —frunció el ceño, algo que me pareció divertido y tierno a la vez.

—¿Quieres ir a tomar algo? Conozco una cafetería aquí cerca.

Asentí repetidas veces. Dicho esto, nos fuimos los dos hacia aquel establecimiento. No había podido investigar mucho, pero ese sitio era realmente grande y lujoso. Tenía una biblioteca privada, un polideportivo, tiendas de comida, etc.

Después de unos minutos, llegamos al lugar. Se veía muy acogedor. Entramos y la dependienta nos saludó amablemente. La cafetería parecía estar ambientada en los años 70, con música de la época, y algunos discos de las bandas más reconocidas de esos tiempos. Nos sentamos los dos en una mesa y al cabo de unos segundos vino una chica a pedirnos la orden.

—Yo quisiera un smoothie de fresa. —dije viendo la carta.

—Pues yo me conformo con un café latte. —Dijo Kihyun a la chica.

Esta tomó nota y se retiró. De mientras, él y yo estuvimos hablando de como nos había ido este tiempo, curiosidades y anécdotas. Realmente, era increíble poder volver a reunirme con él. Nos trajeron el pedido y le agradecimos a la chica.

—Y dime, ¿encontraste a alguien especial en Corea? Ya sabes a que me refiero. —me miró con una sonrisa un tanto pícara.

Mis mejillas tomaron un leve tono rosado y di un sorbo a mi batido.

—Eso quiere decir que sí ah. —Dio un sorbo a su café.

—Seguro que no me dejaras tranquila si no te lo cuento todo. —dije en un suspiro con una leve sonrisa. —Pues él... se llama Joshua, es castaño, piel de tez algo clara y una estatura media. He de decir que al principio nos llevábamos algo mal, pero bueno, distintas cosas surgieron.

—Ya veo ya veo. —sonrió. —Siempre esperé que encontraras a alguien especial, y me alegro de que así haya sido, sisi.

—Sí, la verdad es muy buena persona, descubrí muchas cosas al estar con él. —Miré mi batido con una sonrisa. —Pero bueno, el hecho de que me haya tenido que mudar ha dificultado las cosas, y no se con certeza si lo volveré a ver. —suspiré con algo de tristeza.

—No te desanimes (TN), si el destino os quiere juntos seguro que os volveréis a encontrar. —me dijo esperanzado.

—Eso espero... —levanté mi vista y lo miré a los ojos. —¿Y tú que tal en el amor?

—Ah, bueno... —se rascó la nuca, mirando a otro lado.

—Como esperaba, sigues siendo igual de malo para ligar. No vas a cambiar nunca, a este paso vas a morir solo.

—No digas eso. —dijo con un leve puchero. —Seguro encuentro a alguien tarde o temprano.

—Eso espero. —sonreí.

Las clases terminaron. Chan se había marchado antes, debido a que tenía algunos recados pendientes. El sol se estaba escondiendo lentamente, dejando ver un cielo anaranjado realmente hermoso. Sonreí con algo de melancolía mirando el horizonte, mientras una suave brisa chocaba con mi cuerpo. Había dejado atrás a todas las personas importantes, las cuales me habían ayudado en muchos momentos. Las cosas de ahora en adelante serían un poco más complicadas, y seguía sin saber que era lo correcto. Debía llamarle, e intentar que nuestra relación saliese adelante, o simplemente dejarlo ir y que construyese una nueva vida con alguien mejor. Una pequeña lágrima acechó en salir y un nudo se formó en mi garganta.

—Ojalá estuvieses aquí conmigo. —logré pronunciar en un susurro.



Lo sé lo sé, he tardado más de lo que creía, soy una horrible persona :( pero lo prometido es deuda, aquí os traigo un nuevo capítulo. Hacía mucho tiempo que no la retomaba, así que he perdido un poco el hilo de la historia, pido perdón por si hay algunos errores argumentales. Aún así, espero que lo disfrutéis, gracias por todo el apoyo, nunca pensé que este fanfic fuera tan bien recibido.

Bye <3

¿Nunca lo has pensado?  {Joshua & Tú} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora