Capítulo 34

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Narra Joshua

Abrí los ojos lentamente y con algo de pereza. Estiré los brazos y bostecé. Hoy tenía especialmente sueño, y ni idea del porqué. Retiré las sábanas y me puse en pie. Cogí mi móvil y vi que era más tarde de lo habitual.

—¿Por qué no se ha encendido la alarma? —dije alterado. —¡Encima hoy es la graduación!

Me fui corriendo al lavabo, junto a mi ropa y me cambié lo más rápido posible. Me peiné muy rápido y volví a mi habitación para coger mi mochila. Bajé las escaleras y a paso rápido me dirigí a la cocina. Cogí una manzana y miré la hora, faltaban cinco minutos, y de media tardo diez minutos en llegar al instituto. Salí como un rayo, aun con la manzana, me la iría comiendo por el camino. Una vez fuera, cerré la puerta con prisa y salí corriendo en dirección al instituto.

—Por qué me pasa esto a mi... —dije agotado mientras corría.

Después de unos minutos logré llegar. Paré en seco una vez en la puerta. Apoyé las manos sobre las rodillas y me dejé caer. Estaba agotado, había sido una carrera llegar. Me incorporé y peiné mi cabello. Seguidamente caminé hacia la entrada. Según la profesora, nos dijo que se daría un discurso a primera hora y este sería en el gimnasio. Este se daría para los alumnos que dejarían la institución ese año y era uno de ellos.

Entré disimuladamente en el gimnasio, ya había empezado. Busqué con la mirada algún asiento hasta que vi a Dino llamar mi atención con su mano. Me acerqué sigilosamente hacia él y me senté en el asiento libre a su derecha.

—Por fin llegas, mira que llegar tarde a tu graduación... —me miró cómico.

—Ni me lo digas, no tengo idea de por qué no ha sonado la alarma. —dije pensativo.

Estuve prestando atención, algunos alumnos elegidos de diferentes clases dijeron algunas palabras, a lo que nosotros aplaudimos. Después de que un chico diera su discurso, vi como entró Sana al escenario.

—Ah, es verdad, me dijo que hoy hablaría. —comenté.

Dino y yo la observamos coger el micrófono.

—Hoy toca decir adiós a nuestros compañeros, profesores y a esta institución, de la cual nos llevaremos grandes recuerdos. Aunque nuestros caminos tengan que separarse, nunca olvidaremos los preciados momentos que hemos vivido aquí, ni tampoco a las grandes personas que hemos conocido. Personalmente, no he estado tanto tiempo aquí como otras personas, pero es un lugar que se ha ganado un espacio en mi corazón. Mucha suerte a todos y a todas, y seguid con la cabeza bien alta para obtener grandes logros. —dicho esto hizo una reverencia y dejó el micrófono.

Después de su discurso tan motivador, toda la sala aplaudió. Esta bajó del escenario y se dirigió hacia nosotros.

—Lo has hecho muy bien, por poco se me saltan las lagrimas y todo. —dijo Dino con una sonrisa.

—Gracias. —le devolvió la sonrisa y se sentó a su izquierda. —Y menos mal que has aparecido.

—Ah, yo... perdón, ha sido una mañana de locos. —me rasqué la nuca y solté una pequeña risa.

Las luces se encendieron, se podía ver como algunos alumnos se abrazaban, otros lloraban y otros se despedían. Pese haber entrado este mismo curso, había sido uno intenso, ¿quién diría que conocería personas tan maravillosas? Mi estancia aquí había sido algo inolvidable, y aunque a veces lo he pasado mal, no me he dado por vencido.

Una vez acabó la ceremonia, se nos permitía recoger algunas cosas de nuestras aulas, despedirnos de los profesores y de nuestros compañeros antes de volver a casa.

¿Nunca lo has pensado?  {Joshua & Tú} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora