Joshua empieza una nueva vida en otra escuela. En su antigua escuela, sufrió de algún acoso escolar. Llegó el primer día. Todo iba bien, pero conoció a (TN). (TN), la chica popular que tenía todo a su alcance. Ella decidió hacerle la vida imposible...
—Dame un beso. Pero no en la mejilla ni en la frente, en los labios.
Suspiró. —¿Con eso dejarás de comportarte así?
—Sí, rápido —estaba muy nerviosa pero no lo aparentaba.
—Como tú quieras.
Se fue acercando a mí. Me cogió de la cintura y me puso contra la pared. No podía creer que esto pasara. Se le veía sonrojado pero seguro. Se fue acercando hasta que quedó un espacio mínimo entre nosotros. Podíamos sentir la respiración del otro. Sentí algo en mis labios, eran los de él. Cerró los ojos, yo estuve un rato con los ojos abiertos por la sorpresa. Al final los cerré y acabamos en un lindo beso. Se separó de mí y me miró a los ojos.
—¿Ya estás contenta?
—S-sí. —Me tapé la cara con las manos de la vergüenza.
—Bien. —Me acarició el pelo y subió las escaleras—. Estaré en mi habitación.
No respondí nada ya que estaba muy sorprendida. Subí las escaleras después de él y entré a mi habitación corriendo. Cerré la puerta y me tiré a la cama. Cogí un cojín y hundí la cara en él. Hice algunos gritos.
—(TN), (TN), ¿por queeeeé? —Separé mi cara del cojín y me toqué los labios—. Me-me ha besado... —Volví a hundir la cara en el cojín y suspiré. Comencé a dar patadas al colchón.
Me calmé y alcé la cabeza.
—No puedes decir que no te ha gustado, pero...
Me pasé toda la tarde así, cuestionándome lo que acababa de pasar y preguntándome si me había gustado o no y si estaba bien.
Narra Joshua
Al subir a la habitación me senté en la silla del escritorio y me tapé la cara con las manos. Seguramente estaba muy rojo. Al fin podía haber hecho algo que había deseado, des de aquel día que estábamos estudiando.
—¿Deberías decir qué te gusta? No, no, no... ¿O sí? Ahhh.
Me tumbé en la cama para descansar. Después cogí un libro y me puse a leer; Llegó la hora de cenar así que salí de mi habitación y bajé a cenar. Allí me encontré a (TN) en la mesa ya comiendo.
—Hola —me senté.
—Hola —dijo ella algo nerviosa.
Comenzamos a comer, empecé a recordar lo del beso. ¿Cómo podía estar tan seguro?
—¿Te gustó? —pregunté.
—¿El qué? —dijo algo confundida, pero parecía que ya sabía de lo que hablaba.
—El beso.
—Ah, esto... S-s-sí. —Escondió la cara.
—Ya veo. —Sonreí.
—¿Y a ti? ¿Te gustó?
—Se podría decir que sí. —La miré con una sonrisa.
Dejamos el tema y hablamos de otra cosa. Al acabar de cenar dejé mi plato en la cocina. Ella venía detrás de mí . Me giré y la miré.
—Si te comportas así de bien, tendré que darte besos todos los días. —Se giró y me dio un leve golpe en el hombro a lo que yo me reí.
—Ni se te ocurra.
Salimos de la cocina y subimos a la habitación.
—Te voy a curar ahora, por qué después me dará pereza. Espérame en tu habitación y ahora vengo. —Se fue a su habitación.
Yo entré en la mía y me senté en la cama para esperarla. La vi entrar y se sentó al lado mío. Hizo lo de ayer tranquilamente. Una vez acabó, lo guardó todo.
—(TN).
—Dime. —Se giró a lo que yo rápidamente le robé un beso— ¿Qué haces?
—Dijiste que te gustaba.
—... Mejor me voy, buenas noches. —Se levantó.
Antes de que se fuera la abracé por la espalda y le empecé a dar pequeños besos en la mejilla.
—Joshua, ya pasó. —Me miró sonrojada.
—¿Tú no me darás uno? —le dije con una sonrisa.
—Sigue soñando. —Rodó los ojos.
—Algún día me darás uno.
—Lo que tú digas. —Salió de mi habitación.
Sonreí mirando hacia la puerta. No había sido tan cariñoso con una chica después de... mucho tiempo. Debía cambiarla y no enamorarme, pero creo que lo segundo sería muy difícil. Lo bueno es que ella no se molestaba, le podía dar todos los besos que quisiera y ver su tímida cara, esa que me gusta tanto.
Narra (TN)
El que Joshua se volviera tan lanzado para darme me sorprendió, pero no me disgustó. Mmm... Sus besos son muy bonitos y... Quien diría que me acabarían gustando los labios de alguien al que hace unos meses odiaba.
Ya era otro día. Me levanté y la rutina diaria. Antes de salir de casa Joshua me dio un beso en la frente.
—¿Desde cuándo tanta seguridad?
—Desde que supe que te gustaban.
—Ok, vámonos ya.
Al llegar a la clase, me senté en mi sitio mientras hablaba con Lisa y Wendy.
—¡Me he enterado de que el chico del que os hablé vendrá hoy! —dijo para después hacer un grito de emoción.
—Ya, relájate —le dije a Wendy.
La profesora llegó y nos sentamos todos.
—Se ve que otro alumno ha llegado. He de decir que ha venido mucha gente nueva este año.—Soltó una risa—. Entra por favor.
Fue en ese momento, en el que lo vi entrar por la puerta, donde supe que no podría estar tan feliz como antes.
—Hola, mi nombre es Bang Chan, un gusto. —Hizo una reverencia.
Yo estaba demasiado sorprendida, no podía ser él. Se sentó en un asiento libre, dos lugares al lado del mío. Pasó por mi lado, me miró y se paró un momento a mirarme con más seguridad. Hizo una sonrisa ladeada y me dijo algo que hizo que perdiera mis esperanzas para que no fuera quien estuviese pensando.
—Ha pasado un tiempo, ¿verdad?
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