Capítulo 37

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—Vale, los platos están listos, la comida también, he ordenado y limpiado la casa, me he arreglado... —dije enumerando la lista de cosas que había hecho hoy para esta misma noche.

Hoy por fin teníamos nuestra primera reunión formal entre Joshua y yo desde nuestro reencuentro. Cogí mi teléfono para comprobar la hora, faltaban unos cinco minutos para su llegada y estaba bastante nerviosa. Hoy había optado por ponerme un vestido negro, el cual llegaba hasta mis rodillas. En cuanto a zapatos, unos con un poco de tacón, pero nada exagerado. Me acerqué al espejo del propio comedor y confirmé que mi peinado estuviera perfecto. Hecho esto, de repente el timbre sonó. Tomé aire y me dirigí a la puerta. Al tomar la perilla, me intenté tranquilizar y la abrí. Detrás de esta se encontraba aquel chico castaño tan perfecto para mis ojos. Vestía una camisa azulada, junto a unos pantalones oscuros los cuales combinaban bastante bien.

—Bienvenido, pasa. —dije con una sonrisa.

—Buenas noches. —dijo este con una amigable sonrisa al observarme directamente a los ojos.

Me eché a un lado para dejarle pasar. Una vez el estaba dentro cerré la puerta.

—Siéntete como en casa. —le regalé una sonrisa risueña.

Joshua miraba con admiración el interior de mi hogar. —Wow, tu casa es enorme. —giró para verme. —La mía comparada con esta no tiene nada que ver.

Reí levemente ante su cumplido. —Bien, si quieres puedes tomar asiento. —dije guiándolo hacia el comedor. —Espero que hayas venido con hambre.

—Por supuesto, mi estomago esta listo para probar tu deliciosa comida. —dejó su chaqueta en el sofá y seguidamente se sentó.

Me dirigí hacia la cocina para traer los platos, había preparado una ensalada fresca, acompañada de un poco de pescado. Llevé ambas cosas al comedor.

—¿Te gusta el vino? —pregunté. Él asintió. —¿Cuál te apetece?

—Vino tinto ya me parece bien.

Cogí una botella de este y lo llevé también a la mesa. Una vez ya todo listo, me senté enfrente de él.

—Bueno, espero que te guste. —sonreí.

Ambos empezamos a comer. A mi gusto el pescado había quedado en su punto, haciendo que favoreciera el sabor de este.

—Está muy bueno. —dijo para después llevar otro trozo a su boca. —Yo aún estoy aprendiendo a cocinar, pero creo que voy mejorando, ya no quemo la cocina.

Reí ante su comentario. —Bueno, algo es algo. No tengo ningún problema en enseñarte.

—Pues me encantaría recibir de tus clases.

Comí un poco de la ensalada para cambiar de sabor, la cual era bastante apetecible en ese momento.

—¿Qué tal está Dino? Hace un tiempo que no sé de él.

—Pues hace poco me dijo que empezó a trabajar en una empresa de diseño gráfico, espero que le esté yendo bien.

—Seguro que sí, él es muy avispado, se adaptará rápido. —bebí de mi copa, sintiendo el sabor amargo del alcohol en mis papilas gustativas. —¿Y qué tal tu? He estado un poco ocupada y no he podido preguntarte.

—Bastante bien, me costó un poco al principio adaptarme y organizar todo, pero ahora ya le he cogido mejor el tranquillo.

—Eso es bueno, sigo sin creerme que estemos trabajando en la misma empresa.

—Cierto, ni yo lo pensaba. —bebió de su copa.

—Te extrañé mucho... —lo miré a los ojos tímidamente.

¿Nunca lo has pensado?  {Joshua & Tú} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora