capítulo 34

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- ¿Te gusta? -preguntó sonriendo.

- ¿Bromeas? es obvio que me encanta.

Miré a mi alrededor, la habitación del hospital estaba decorada con petalos de rosa y velas que iluminaban de forma tenue y se podría decir que romántica.

- Me-me encanta que te encante -se frotó la nuca de forma nerviosa.

- ¿Tú hiciste todo esto?

- Bueno, tuve alguna ayudadita, pero la intención es lo que cuenta ¿no? -ladeó la cabeza hacia mi dirección.

- Claro, y es una hermosa intención.

- Gracias.

- ¿Estas nervioso?

- ¿Q-Qué? pff..

- Como digas -levanté mis manos en forma de rendición.

- Oh, y quiero saber si te puedes levantar.

- ¿Crees que pueda?

- Si no quieres no, no te obligo a nada-- la verdad-- eeh-- por que no--

- Shh -lo silencie- ayúdame -levanté los brazos en su dirección.

- Vamos -paso un brazo por mi cintura y el otro por debajo de mis piernas, me levantó y caminó conmigo hacia otro lado de la habitación, me dejó cuidadosamente sentada en una silla- ahora vengo.

Noah salió de la habitación y escuché unos ruidos fuera, entraron los chicos cargando una mesa y varias cosas. Estaban bien organizados y como entraron se fueron, espere unos cuantos segundos y entró Noah pero algo diferente. Entró con una bandeja redonda y con un domo encima como si estuvieramos en un restaurante, le dí una mirada rápida de arriba a abajo.

- Wow -le dí una sonrisa coqueta, dejo la bandeja en medio de la mesa, él estaba vestido con un traje formal. Nunca imagine verlo así.

- ¿Te gusta? -elevó ligeramente las manos y dió una vuelta en su lugar.

- Mucho.

- Gracias -sonrió- Tal vez no sea el mejor lugar pero me gustaría tener una cita contigo.

- Cl--claro -parpadee varias veces sin poder creerlo- entonces ¿esto es una cita?

- Solo si tú quieres que lo sea.

- Si.. si, seguro.

- Perfecto -jaló una silla y se sentó frente a mí, solo nos dividía la mesa.

- ¿Y cuál es el propósito de esta cita?

- ¿Tiene que haber una razón? -levantó el domo y dió lugar a fruta picada.

- Lo siento, hubiera traído algo mejor pero no puedes comer nada que contenga grasa por el momento...-se encogió de hombros.

- No te preocupes.

- La cena está servida.

Comenzamos a comer la fruta, el me ayudaba de vez en cuando ya que no podía moverme mucho por el dolor que sentía de repente en un costado de mi pecho.

- ¿Qué hora es? -pregunté cuando terminamos de comer.

- Son como las.. 9:30 de la noche ¿por?

- ¿Qué? ¿Porqué tan tarde?

- Uhm.. Tu cuerpo estaba muy cansado a parte que la enfermera te inyecto en la vena una medicina rara. Tenía algo de somnífero, por eso dormiste mucho.

- ¿Y tú como sabes eso?

- La estuve vigilando, algunas se ponen nerviosas si las miras fijamente -tomó un poco de jugo.

- ¿Amenazaste a la enfermera? -entrecerré los ojos en su dirección.

- Tenía que hacerlo, ¿Qué tal si te hubiera pasado algo?

- Ella sabe que hace con su trabajo -rodee los ojos.

- Como digas.

- Eres irreparable.

- Y tú muy gruñona.

- Si, lo soy ¿y qué? Se balancea con mi adorabilidad -Tomé lo que quedaba de mi jugo.

- Nada, así te quiero -me atragante- ¿estás bien?- se levantó de la silla y fue hacia mí.

- Si, estoy bien -hablé con la voz entrecortada, tosiendo.

- ¿Qué paso?

- Nada, nada -me levantó los brazos e hizo que mirara hacía arriba para que se me pasara.

- ¿Ya?

- Si.

- Claro...

- Ehm, necesito-- necesito ir al baño.

- Seguro -me cargó y me llevó al baño.

- ¿Necesitas ayuda? -me bajo delicadamente al piso, me sostuve de él hasta que pude estar de pie correctamente.

- No, fuera -me recargé en la pared.

- ¿Segura?

- Segura, fuera -señale con mi cabeza hacia la salida del baño.

- Bien, ya...-salió del baño cerrando la puerta.

Me recargué en el lavabo del baño y me miré al espejo. Mi cara se veía pálida y tenía pequeñas ojeras, ¿Qué es lo que le gusta de mí? Siempre he tenido un autoestima alto y soy algo vanidosa, pero en este caso no me siento de ninguna de las dos formas. Me heché agua en la cara, ¿Me quiere? ¿Noah Schnapp dijo que me quería? Tal vez se le salió por que si, tal vez solo es una forma de expresarse... Tal vez se lo dice a todas ¿Y si está jugando conmigo? Ay ya cállate, sal y haz como si nada paso.

Después de secarme la cara abrí la puerta y ví que Noah estaba sentado en la cama con las piernas colgando y recargado en las palmas de sus rodillas, ¿Este hombre en realidad me quiere? Es muy hermoso para ser verdad, él es hermoso. En cuanto me vió se levantó y antes de que me diera cuenta me cargó y me recostó en la cama que seguía reclinada, pude notar que la mesa ya no estaba, si que es rápido.

- Noah..

- ¿Si, amor?

- Tú.. ¿perdón?

- ¿Qué? -se hizo el desentendido.

- Me llamaste amor.

- Oh, bueno.. ¿No te puedo llamar así?

- Pensé que era ángel.

- Tengo varios apodos para tí, gatita -me guiño un ojo y yo puse los ojos en blanco.

- Bien, llámame como quieras.

- No te enojes -se sentó a mi lado.

- No estoy enojada.

- Claro que sí.

- ¿Cómo estás tan seguro?

- Por que arrugas la nariz cuando te enojas -dió un ligero toque a mi nariz con su dedo índice.

- Oh -fué lo único que pude decir.

- Bueno, cambiando de tema ¿Qué me ibas a decir?

- ¿De qué?... ¡Ah! eeh... Quería preguntarte que por que me dijiste que... que tú, ya sabes..

- ¿Te quería? -lo miré extrañada, ¿cómo sabía?

- Si, eso...

- Tal vez por que..

- ¿Me quieres? - Noah se acercó a mí y acarició su nariz con la mía y fundió nuestros labios en un profundo beso.

- ¿Eso contesta tu pregunta? -susurró sobre mis labios.

Mi chico malo (Noah Schnapp y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora