Hoy era martes y me encontraba en un starbucks con Mariana tomando un capuchino con un muffin de chocolate, nuestro pedido favorito.
- ¿Entonces irás el viernes?
- Si, tengo que verme con el abogado Kennedy y ver sobre ese papeleo.
- ¿y qué relación tiene con tu tía?
- No lo sé, creo que son pareja aunque no estoy muy segura.
- Vaya, ¿Quién lo diría?
- El punto es que ella confía en él pero yo no tanto, no lo sé, no me da buena espina- hice una mueca mientras tomaba de mi café.
- Tengo que conocerlo, sabes que soy buena en eso de intuir.
- ¿Enserio? ¿Recuerdas la vez que intuiste que ese perro era manso y terminamos corriendo 6 cuadras?
- Si, lo recuerdo- rió y se le salió un poco de café de la boca.
- Asquerosa- le puse la servilleta en la boca que quedó pegada por el café.
- Como sea- se limpió la boca- serás rica- hizo un baile raro.
- Si, pero lo ahorraré para mis estudios y mi futuro.
- Aburrida ¡el dinero es para las compras!
- En parte, si- Sonreí.
- ¿Y Noah qué piensa sobre eso?
- ¿Sobre el dinero? Bueno, él dice que el dinero cambia un poco a las personas pero tú sabes que yo no lo haré. Aparte creo que no está muy de acuerdo con eso de la herencia - hice una mueca.
- Claro, hay excepciones- mordió su muffin- además creo que te está protegiendo.
- ¿De qué?- pregunté confundida.
- No lo sé, de lo que te puedes llegar a convertir- se encogió de hombros- O si te alejarías de él.
- ¿Tú crees? Pero eso no tiene sentido.
- Los hombres son así, nunca les hayas el sentido.
- Cierto- asentí mientras seguía tomando de mi café.
- Mira- susurré y jalé del brazo a Mariana haciendo que juntáramos nuestras cabezas.
- ¿Qué? Auu - se quejó.
- Calla, ¿ves a ese hombre de traje con maletín en la caja?
- Si, que tiene - susurró.
- Ese es el abogado.
Mariana se separó de mí y me vió sorprendida, tapó su boca y gritó silenciosamente.
- Esta para comerse- dijo mirándolo.
- Tu tienes novio - tosi falsamente.
- ¿Y? No estoy diciendo que le voy a poner los cuernos- rodó los ojos.
- Es algo guapo, pero no lo sé.
- Viene para acá- dijo disimuladamente.
- Buen día, señorita Cyrus- saludó y lo voltee a ver.
- Buen día señor Kennedy, uhm ¿gusta sentarse?
- Claro- sonrió y se sentó en una de las sillas.
- Ella es Mariana, pero le decimos Mariana.
- Que tal- saludó.
- Lindo nombre, señorita- mi pelirroja amiga se puso prácticamente del color de su pelo.
ESTÁS LEYENDO
Mi chico malo (Noah Schnapp y tú)
Fiksi Penggemar"Sinopsis" No me hables. No me mires. Ni siquiera te atrevas a respirar cerca de mi. No me agradas, no te agrado. Por que te empeñas en pasar aunque sea un segundo de tu día conmigo? Hablarme, molestarme, aunque sea mirarme? Somos como él agua y é...