Conozco tu futuro (Loki)

¡Por fin!

Frigga, Thor, Jane, Lady Sif y Rosy estaban en los aposentos de la reina, riendo y platicando. Estaban felices por las recientes victorias. Incluso Jane había decidido dejar de lado su resentimiento hacia Rosy y se divertía con los demás.

-Todo el reino está de fiesta gracias a ti -le informaba Lady Sif-. Estamos en deuda contigo.

-En realidad... -Rosy vaciló un poco, ellos no se tomarían tan bien la noticia como ella lo hizo-. Su deuda está saldada.

-¿Cómo? -se asombró Thor-. ¿Qué es tan grande para poder pagar todo lo que te debemos?

-Pues yo...

Fue interrumpida por la llegada de unos soldados (que abrieron estrepitosamente la puerta) junto con una persona esposada. Todos se sorprendieron al ver de quién se trataba. Nadie se atrevía a pronunciar una palabra, incluso el propio Loki se veía confundido. Los guardias, así como llegaron, se fueron, dejando al dios con los demás.

-¡Vaya! No creí que ustedes me recibirían con esta... linda reunión -dijo sarcásticamente el dios.

-¡Loki! Me alegra tanto que estés aquí -exclamó Frigga-, creí que nunca te volvería a ver. Pero, ¿cómo es que Odín te dejó salir?

-Pensé que tú me lo dirías.

Había un ambiente extraño en la habitación, nadie sabía nada (excepto Rosy) y el hecho de que los guardias lo hubieran dejado ahí y se hubieran ido sin decir ni una sola palabra los inquietaba más. Aunque no pasó mucho tiempo. Recordaron la charla que estaban teniendo antes de que llegara Loki y, girando la cabeza en dirección de Rosy, supieron la verdad.

-¡Tú lo liberaste! -le gritó Jane-. ¿Cómo pudiste desperdiciar una recompensa tan grande soltando a ese monstruo? ¿Acaso no recuerdas que él fue el que quiso acabar con toda la humanidad?

-Sí, yo... lo recuerdo -dijo sintiéndose apenada, como si la hubieran encontrado robando algo.

-¿Entonces por qué pedir una estupidez como esa?

-También debemos recordar que él fue quien más se preocupó por salvar a Rosy -rebatió Sif.

-Creo que lo mejor será dejar a Rosy y a Loki solos -razonó la reina-, después nos podrá dar explicaciones a nosotros.

Todos obedecieron a la reina sin chistar, salieron de la habitación cerrando las puertas tras sí. Rosy se mostraba incómoda, fue su idea dejar salir a Loki de las prisiones pero la situación en la que se encontraba no la hacía sentir bien. El dios la miraba fijamente como si solamente así pudiera obtener una respuesta.

-Las esposas no fueron parte del trato -reveló Rosy deshaciéndose de su incomodidad y dándose valor para todo lo que tenía que decirle-, aunque debo decir que me agradan. Así no intentarás...

-Tú hiciste que Odín me liberara, ¿por qué?

-Quería hablar contigo -dijo mientras se acercaba a él.

-¿Y no pudiste simplemente visitarme en mi celda?

-No, porque también quería hacer esto -le dio un fuerte puñetazo en la cara-. ¿Por qué dijiste cosas tan horribles?, ¿por qué mentiste?

Loki se tocó el cachete, la chica había mejorado mucho su fuerza. Se sintió apenado por las palabras de ella, tanto que ni siquiera se molestó por la sangre que brotó de su boca. Rosy estaba claramente enojada y de sus ojos se asomaban unas lágrimas que amenazaban con salir.

-¿O acaso era cierto? -continuó, sollozando-, ¿no cambiaste para nada y sigues siendo el mismo dios egoísta? ¿No significó nada lo que pasamos juntos?

Loki no soportó más verla así; sus manos (aún esposadas) las colocó en las mejillas de la chica y la besó, todo en un rápido movimiento que a ella no le dio tiempo de reaccionar. El beso de Loki fue tierno y sincero. Había temido que ese momento nunca llegaría, primero porque pensó que ella moriría y después porque creyó que jamás saldría de las prisiones.

-¿Qué fue eso? -preguntó la joven en un susurro después de separarse unos centímetros.

-Es cierto -afirmaba el dios-, lo que dije fue una mentira. Lamento tanto todo lo que te he hecho. Con lo que dije, yo sólo quería protegerte, ya que conmigo solamente has tenido desgracias. Creí que lo mejor para ti sería que no me volvieras a ver jamás y quería que me odiases para que no trataras de ir por mí... como lo hiciste.

-Eres un idiota -le espetó antes de besarlo.

El príncipe de las mentiras le correspondió el beso, estaba incómodo debido a las esposas que no lo dejaban abrazar a la chica, pero no le importaba demasiado ya que el beso era más que suficiente para él.

-¿No sabes que mantenerte lejos de mí sería la peor desgracia que me pudiera suceder? -declaró Rosy, sonriente-. Te amo, Loki.

-Yo te amo más, mi pequeña -respondió mirándola a los ojos.

El asgardiano pasó sus manos por arriba de la cabeza de la chica, permitiéndole abrazarla. Ella lo imitó y se quedaron así unos minutos, abrazados. Era como si nadie más que ellos existiera en todo el universo.

-¿Qué hiciste para que Odín me dejara libre? -Loki rompió el silencio.

-No fue difícil, tomaré tu lugar en el calabozo -bromeó la muchacha.

-¡¿Qué?! -se sobresaltó haciendo que soltara a la chica.

-No es cierto -trataba de tranquilizarlo-, fue una broma. No me llevarán a ningún lugar.

-No eres graciosa -dijo frunciendo el ceño.

-Lo siento... Pero esto prueba que ya soy inmune al dios del engaño ¿no? -observó sonriente.

-No es así -contradijo aún con el ceño fruncido-, estaba distraído.

-Bueno, perdóname ¿sí? No quería que te enojaras.

-Está bien -aceptó sonriendo-, sólo porque eres tú. Pero ahora sí dime la verdad.

-Pues según parece, estaban en deuda conmigo por arriesgar mi vida y así evitar que Malekith obtuviera el aether. Así que pedí mi recompensa, y aquí estas.

-¿Y Odín no se opuso? ¿Aceptó sin objetar? -cuestionó perplejo.

-Al principio no quería, pero exigí lo que me merecía. Además, descubrí que sí te quiere -el dios iba a replicar pero ella hizo una seña para que la dejara terminar-. Yo también le tenía rencor por lo que te había hecho, pero me confesó que sabía que había cometido errores contigo, y al parecer quiere recompensarte.

-Eres muy ingenua al creerle.

-Vamos con él -propuso-, te lo demostraré.

Rosy tomó la mano de Loki, decidida a ir hasta la sala del trono y probarle que lo que decía era verdad.