Adiós Loki

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Despertó al día siguiente, parecía ser mediodía. Estaba algo aturdida pero recordó lo sucedido y se preguntó el por qué había despertado, prefería mil veces estar dormida a estar en este mundo cruel y tan real. Pero no pudo tener lástima de sí misma porque la enfermera llegó a su habitación con el desayuno, por todo lo que había pasado no había comido desde la mañana anterior así que tenía mucha hambre. La comida del hospital no era muy... deliciosa que digamos, pero a Rosy no le importaba mientras saciara su hambre. La enfermera también le dejó sus medicinas y le dijo que tendría que estar internada durante uno o dos días más. Ella aceptó, no había más remedio, y le pidió a la enfermera que prendiera la televisión, quería distraerse un poco, no quería pensar en ese estúpido dios.

«Así es, parece que son seres de otro planeta» decía el presentador de las noticias. «Hay caos y destrucción por todos lados así que recomiendo a toda la población de Manhattan que salga de la ciudad inmediatamente. No sabemos hasta qué punto es la catástrofe ni cuantos sean los muertos y heridos. Así que por favor no sea usted una víctima más».

Rosy quedó en shock, estaba pasando en ese mismo momento, el ejército de chitauris de Loki estaba en la Tierra

-Parece que no le afectó en lo más mínimo lo que pasó ayer ¿eh? -habló en voz alta Rosy.

En ese momento comenzó a escucharse el ruido de unas sirenas y a una voz diciendo «A todos los doctores y enfermeras se les solicita en el área de urgencias. Doctores y enfermeras en urgencias». La enfermera se excusó y salió de la habitación. Rosy no podía desaprovechar la oportunidad, tenía que salir de ahí a como dé lugar. Se levantó de la cama con un poco de esfuerzo, se quitó las agujas que le transferían sangre y salió del cuarto. Ya no se sentía tan débil, la transfusión de sangre además de las medicinas del hospital le habían servido muy bien. Se aseguró que no hubiera nadie en el pasillo para poder salir con tranquilidad.

Una vez estando en la calle se dio cuenta de qué no había nadie, parecía que ya habían evacuado, así que decidió buscar una tienda de ropa ya que llevaba la bata del hospital; estando en la tienda aprovechó para buscar el lugar donde se supondría que Thor llevaría a Loki a Asgard, ya que a pesar de todo parecía que no había cambiado la historia. Cuando supo cómo llegar salió buscando un coche que tuviera las llaves puestas para luego dirigirse hacia aquel lugar. En el momento en que arrancaba el auto vio algo que se dirigía al portal atravesándolo.

-Es Iron Man, no hay duda. Tengo que apresurarme si quiero llegar antes de que se lleven a Loki -hablaba para sí misma-. Pero... ¿qué haré entonces?

Las lágrimas comenzaron a brotarle de los ojos, le nublaban la vista por lo que conducía con dificultad.

-¿Por qué estoy llorando? -decía-. Es más ¿por qué quiero ir a verlo? Me trató pésimo y aun así ahí voy como un perro faldero. ¡Lo odio tanto!

Siguió su camino llena de estos pensamientos. Ella misma se decía que no tenía sentido ir, no podía hacer nada pero algo la impulsaba a ir a verlo. «Tan siquiera una última vez» pensaba. Se sentía muy tonta al dejarse llevar por ese impulso y no seguir a su razón. Cuando por fin llegó no había nadie.

-¡Maldición! ¿Acaso esta única vez la película falló en la ubicación? -chilló bajándose del coche.

Parecía loca hablando sola pero no le importaba. Todo lo que había vivido le sirvió para ignorar los comentarios negativos hacia ella, además de que no había nadie que la pudiera juzgar. Sintió una pequeña punzada en el costado, era la herida, a pesar de que se sentía mejor no estaba como para hacer esfuerzos. Fue cuando estaba a punto de darse por vencida e irse de ahí que unos carros negros con el logotipo de S.H.I.E.L.D. aparecieron. Alarmada, decidió esconderse detrás de un árbol. El corazón le latía a mil por hora. ¿Eran Loki y los demás? Se volvió a asomar, no pasaron ni 2 segundos cuando llegaron también un convertible y una moto.

-¡Capitán! -exclamó la chica pero se tapó inmediatamente la boca y se volvió a ocultar tras el árbol.

Entonces Loki salió de un carro, acompañado por Thor. Estaba justamente igual que en la película; las mismas esposas, el mismo "bozal", hasta las mismas heridas hechas por Hulk. Todos se dirigían hacia un círculo dibujado en el suelo. Ella quería acercarse más pero los agentes estaban resguardando la zona así que tuvo que resignarse a verlo desde donde estaba escondida. Parecía que era la hora, Thor se despedía de sus nuevos amigos antes de hacer que Loki tomara (de mala gana) el contenedor donde estaba el Teseracto. De nuevo cayeron las lágrimas en sus mejillas «¿Por qué me he vuelto tan llorona? Antes no era así» pensó cayendo de rodillas. Antes de irse Loki la miró, fue una mirada fugaz que parecía expresar sorpresa y tristeza a la vez. Esa mirada le rompió el corazón, en el tiempo que habían estado juntos nunca lo había visto así. Se sintió culpable por no haber podido cambiar su destino. Así lloró desconsolada.

Todos los vengadores se despedían. Natasha, Clint y los demás agentes se fueron mientras que Tony hablaba con Steve.

-Un placer Capitán -decía Tony-, espero vernos en el futuro pero en un lugar más tranquilo. Un bar podría ser.

-No cambias Stark -contestó algo divertido-. Nos vemos.

-¿No te vas ya? -preguntó Bruce.

-No, tomaré un poco de aire. Creo que merezco un rato de paz antes de conducir una motocicleta.

-Como quieras -dijo Tony mientras encendía su auto-. ¡Cuídate Capitaleta!

-Qué gracioso eres, Stark -exclamó sarcásticamente, pero Tony ya se había ido.

Conozco tu futuro (Loki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora