Preparativos para el funeral

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En ese momento iba llegando Odín y Jane salía de su escondite. El padre de todo miraba la escena con profunda tristeza mientras caminaba hacia su esposa, creía que ya no había esperanzas.

-¿Qué hacen? -gritaba Rosy-. ¡Ella sigue viva, vayan por un doctor, un sanador, O LO QUE SEA!

Thor no esperó ni un segundo, salió en busca de los sanadores para regresar lo más rápido posible y salvar a su madre. Rosy oprimía fuertemente la herida para no dejar que se desangrara.

-¿Necesitas algo, quieres ayuda? -se ofreció Jane quien había estado en shock por un momento, pero ante la situación reaccionó.

-No sé qué es lo que le harán. Por lo pronto necesito unas toallas, eso contendrá más la sangre.

Jane obedeció inmediatamente dejando a Rosy prácticamente sola con Odín. Este estaba algo desconcertado, nunca había visto a esa chica y no sabía por qué estaba ayudando, además de que parecía estar muy afectada por el hecho de que Frigga estuviera herida, a punto de morir.

-¿Quién eres y cuáles son tus intenciones? -cuestionó amenazante.

-Por favor, ahora no.

-¿Quién se cree para hablarme así? -preguntó enfadado-. Yo soy Odín, el rey de Asgard...

-Sí, ya sé quién es usted -interrumpió-. Pero este no es momento para interrogatorios.

Ella lo aborrecía, al estar con Loki se dio cuenta que la verdadera razón por la que se había vuelto "malo" era por Odín, quien lo había menospreciado desde pequeño, lo cual le trajo a Loki un sentimiento de soledad y envidia. Si este lo hubiera tratado verdaderamente como su hijo, el dios de las travesuras no se hubiera convertido en un asesino sin corazón.

-Aquí están las toallas -anunció Jane antes de que el padre de todo pudiera replicarle a Rosy.

Tomó las toallas y las colocó sobre la herida de Frigga presionando fuertemente. Por suerte, Thor no tardó en llegar con las sanadoras, quienes la atendieron rápidamente evitando su muerte. Al terminar la dejaron recostada en su cama, todavía no despertaba. Todos estaban muy conmocionados por la situación, sobre todo Rosy, había evitado la muerte de la reina de Asgard pero no de algunos guardias y civiles que perdieron la vida a causa de un estúpido deseo de destruir el universo. Odín mandó a hacer los preparativos para el funeral de todas las personas que habían fallecido ese día, tenía que ser esa misma noche. Pidió estar a solas con su esposa y así lo estuvo. Thor, Jane y Rosy estaban ayudando con todo.

-Yo tengo que agradecerte -le decía Thor a Rosy en cuanto tuvo la oportunidad de hablar con ella-. Si no hubiera sido por ti... no quiero pensar en lo que hubiera pasado. Así que gracias por salvarle la vida a mi madre, señorita Rosy.

-Sólo hice lo que tenía que hacer. A pesar de que todavía no despierte, me alegra que esté viva. Aunque no pude hacer nada para evitar que escaparan esos... esas criaturas.

-¿Bromeas? Te enfrentaste a ellos con mucho valor, esa nariz rota lo comprueba -dijo sonriendo tratando de levantarle el ánimo.

-¿Interrumpo? -preguntó celosa Jane.

-No, claro que no -contestó inocentemente Thor que no se había dado cuenta de la molestia de Jane.

-Thor solamente me agradecía -explicó Rosy tratando de calmarla.

-¿Ah sí? Pues yo también te quería agradecer por quitarme un gran peso de encima, quiero ver cómo es que lidias con esperarlo todo el tiempo y preocupándote por él.

-No Jane, estás muy equivocada, yo nunca podría quitártelo. Además, siendo honesta, yo no estoy interesada en él.

-¿De qué están hablando? -preguntó Thor, confundido.

-¿Lo ves? Esa es la razón por la que no me interesa -declaró divertida, la chica-. Yo los prefiero... ¿cómo lo digo? Más despiertos, por decirlo de alguna manera. Así que no te preocupes, Thor es todo tuyo.

La científica ya no supo qué responder pero cada vez que hablaba con ella la detestaba más. Por fin terminaron los preparativos, ya era de noche y todos se dirigieron hacia el lugar donde sería aquel funeral nórdico. Todo lo que se hacía era demasiado bello e impresionante, las luces que arrojaron al cielo daban una vista espectacular, si no fuera la muerte el motivo por el que hacían eso, todos disfrutarían la vista.

*

Por otro lado, la noticia de que la reina de Asgard había sido atacada y estaba gravemente herida se esparció por todo el reino. Un par de soldados, de los que custodiaban las prisiones, estaban hablando sobre el tema.

-Espero que nuestra reina se recupere, escuché que se enfrentó con esos malditos ella sola.

-A mí me dijeron que una de las midgardianas que vino con el príncipe Thor, la ayudó.

-¿Y en qué la ayudó? -preguntó indignado-. Los mortales son débiles, si nuestra reina no pudo contra ellos, la chica no hubiera resistido ni siquiera un segundo.

-Odín ordena que informen al prisionero Loki sobre la situación en que se encuentra la reina -les informó otro soldado.

-Entendido -contestaron ellos al unísono y el otro se retiró.

-¿Por qué tenemos que hacer esto? Ese bastardo es un traidor, ni siquiera agradece por lo que los reyes han hecho por él durante todo este tiempo.

-Cuida tu boca -advirtió a su compañero-, nosotros no debemos reprochar nada, sólo obedece.

-Lo haré -contestó cortante.

El soldado caminó hacia la celda de Loki con mala cara, pero en el transcurso se le ocurrió algo que podría ser una insignificante venganza a todo lo que había hecho.

-¡Prisionero! -llamó a Loki una vez que estuvo frente a su celda.

El dios estaba sentado leyendo uno de los libros que Frigga le había llevado, cuando escuchó al soldado giró un poco la cabeza para prestarle atención

-Por órdenes del rey Odín, se te informa que la reina Frigga ha muerto.

El soldado esperaba alguna reacción de Loki, tal vez violenta. En cambio, Loki solamente asintió con la cabeza. El soldado se retiró de ahí quedando desconcertado al ver que el prisionero no se había inmutado ni un poco, al menos eso fue lo que creyó. Cuando ya no estaba el soldado ahí, Loki dejó a un lado el libro y se levantó del asiento, caminó unos cuantos pasos y, con magia, arrojó todos los muebles que estaban en la celda.

Conozco tu futuro (Loki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora