Conozco tu futuro (Loki)

Odín

Rosy estaba acostada en una enorme cama cuando despertó, la habían dormido ya que estaba muy alterada por el encuentro con Loki. Se sentó con dificultad ya que estaba un poco débil y miró a su alrededor, la habitación en la que estaba le parecía familiar, y estaba en lo correcto; después de examinarla cuidadosamente supo en dónde se encontraba: los aposentos de Frigga. Abrió las puertas de la habitación dispuesta a hablar con Loki, tenía que saber por qué dijo lo que dijo. Sin embargo, apenas puso un pie fuera, dos guardias le impidieron salir.

-Lo siento señorita, no puede salir -se disculpó uno de los hombres-. No todavía.

-¿Por qué? ¿Ahora soy una prisionera? -quiso saber, indignada.

-No es eso -respondió el otro soldado-, el rey Odín quiere hablar con usted, pero también quiere saber si se encuentra bien.

-Entonces llévenme hasta él, me encuentro perfectamente.

-Como diga.

El guardia salió de su vista y volvió unos minutos después anunciándole que podía entrar a la sala del trono. Los dos soldados escoltaron a la chica hasta el lugar y se retiraron, dejando al rey Odín solo con Rosy. Al principio ella se sentía muy segura de sí misma y de lo que iba a decir, pero al estar frente a él, sintió un profundo miedo, Odín tenía una presencia muy fuerte que intimidaba a cualquiera.

-¿Cómo se encuentra? -quiso saber el dios.

-Estoy bien, gracias -respondió un poco nerviosa-. Usted quiere hablar conmigo ¿cierto?

-Así es, tengo algunos asuntos que atender con usted -reveló con voz calmada-. En primera, debo agradecerle en nombre de todos los asgardianos y criaturas de los nueve reinos por sus actos tan heroicos, como fue salvar a mi esposa, la reina de Asgard, y sacrificar su vida por todos nosotros. Estamos en deuda con usted. El otro asunto es más delicado, es sobre Loki.

-Yo también quería hablar sobre él -dijo con un hilo de voz, después de haberle dado un vuelco el corazón al oír ese nombre.

-¿De qué se trata?

-Pues -tragó saliva y se armó de valor-, quisiera hablar con él.

-Sabía que pediría eso. ¿Qué hay entre Loki y usted?

-Con todo respeto, usted está muy equivocado, no hay nada entre nosotros.

-Es muy valiente al enfrentarse a mí de esa manera -reconoció Odín-, ni siquiera los asgardianos son capaces de decirme que me equivoco; pero nadie puede engañar al padre de todo. Ustedes dos se conocieron desde antes, quizá desde que quiso invadir Midgard -Rosy dio un respingo que no pudo disimular- Bien, estoy en lo correcto, lo conoce desde entonces. Aunque parecen muy cercanos, hábleme de esa promesa ¿por qué Loki haría tal cosa?

La muchacha estaba muerta de nervios. Odín había descubierto cuándo se conocieron ella y Loki, no faltaba mucho para que supiera lo demás. Así que, sin pensarlo, decidió contarle todo. Narró de principio a fin lo que pasó con Loki; cómo lo conoció, cómo trató de cambiarlo con la decisión equivocada de ayudarlo con su invasión a la Tierra, incluso le explicó la razón por la cual quiso llegar hasta Asgard.

-... y esa es toda la verdad. Él cambió, ayudó a salvar a todo el universo arriesgando su vida cuando pudo haber huido dejando solo a Thor con el problema, pero no lo hizo, es por eso que merece ser perdonado. Además, por esa razón no puedo creer lo que me dijo antes de ser encerrado, necesito hablar con él.

-Ha sido sabio hablar conmigo de todo eso. Ciertamente Loki tiene una gran suerte de tener a alguien como usted. Aunque no lo crea yo lo estimo mucho, después de todo, yo lo crié desde pequeño, no quisiera que pasara el resto de su vida solo en esa celda. En cierta manera, yo soy el responsable de lo que se ha convertido y tengo tanta culpa de sus acciones como él.

La chica estaba impactada. Nunca creyó que el gran Odín admitiera su error, y mucho menos esperaba que pasara por alto lo que ella hizo al ayudar a Loki. Sentía que había juzgado mal al padre de todo, le tenía tanto resentimiento por Loki, que nunca había visto la posibilidad de que se arrepintiera e incluso se sintiera mal por su hijo adoptivo.

-Usted ha sido la que más lo ha apoyado -continuó el rey de Asgard-, por eso, le daré la oportunidad de hablar con él, pero no puedo dejarlo libre.

-¿Por qué no? -chilló-. ¡Se lo merece! Debe haber una recompensa por sus acciones.

-Es por sus acciones por lo cual no puedo dejarlo ir. Si bien hizo lo correcto en esta ocasión, invadió Midgard.

-¡Ahí está! -señaló ella-. Se podría decir que sus acciones están "equilibradas".

-No es así. Antes de que lo conociera, él robó el destructor poniendo en riesgo la vida de algunos mortales y la de Thor.

-Cierto -susurró la chica-. Significa entonces que su condena es debida solamente a ese hecho -Odín asintió-. Entonces será menos el tiempo que pase en la prisión... ¿Cuánto será?, ¿cinco, diez, quince años?

-Cien años -anunció el dios.

Rosy abrió los ojos por inercia, estaba pasmada. Cien años era demasiado, sobre todo si eres una mortal que en promedio viven alrededor de ochenta años. No dejaría las cosas así, tenía que hacer algo o nunca lo volvería a ver. Puso a trabajar a toda velocidad a su cerebro para que se le ocurriera alguna solución, hasta que lo logró.

-Quiero pedir mi recompensa.

-Adelante -contestó Odín con voz calmada pero sintiéndose un poco extrañado ante el aparente cambio radical de tema-, pida lo que quiera.

-No quiero ninguna fiesta, ni una estatua, ni siquiera vivir con todas las comodidades. Lo único que pido es la liberación de su hijo adoptivo, Loki -declaró firmemente.

El padre de todo ya esperaba eso, ella era una chica muy inteligente, ciertamente.

-Sabe bien que no puedo hacer eso -se negó el rey.

-¡Pero usted lo prometió! -le espetó-. Dijo que lo que quisiera, y eso es lo único que quiero. Si se preocupa por lo que digan sus súbditos, sólo dígales la verdad, que esa fue mi petición. Aceptarán ya que todos me deben la vida.

En su mente, la chica se maldecía mil veces. Odiaba chantajear, y más si lo hacía con prepotencia. No obstante, estaba dispuesta a hacer lo que fuera con tal de sacar a Loki de prisión.

-Es una joven bastante obstinada. Está bien, le daré lo que pide y con eso la deuda estará pagada.

-¡Muchas gracias señor Odín! -gritó como una niña pequeña a quién le acabaran de regalar el juguete que quería-. Después de todo, no es tan malo como yo creía.

-A veces nuestros sentimientos hacen que no veamos la verdad -dijo Odín con una cálida sonrisa-. Ahora regrese a los aposentos de Frigga, hay mucha gente que ha estado preocupada por usted, yo daré la orden de que liberen a Loki ahora mismo.

Inclinando la cabeza, Rosy salió de la sala del trono, se sentía tan feliz como si hubiera ganado la lotería. Loki al fin libre, sin tener que responder a sus acciones, bueno excepto a una: tendría que explicarle por qué le dijo cosas tan crueles cuando lo iban a llevar, y claro, se llevaría un buen golpe por haberla hecho sufrir.