Loki no tiene clemencia

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Caminando por la calle Rosy encontró una pequeña tienda donde podía comprar algo para comer y de paso vería si vendían algún suéter o algo similar que la calentara. Lamentablemente y como esperaba no tenían nada más que comida, pero al menos esa necesidad estaría cubierta. Ahora le faltaba abrigo y un lugar donde dormir. «¿Por qué me habré metido en este lío? Hubiera dejado que disparara y saliera todo igual que en la película. Ahora estaría en Alemania, calientita en una cama sin preocupaciones de un dios engreído y demente» pensaba mientras seguía caminando. Ella AMABA dormir así que el estar con sueño sin tener la seguridad de que podría descansar no ayudaba en nada.

-¡Ojalá que se pudra! -gritó la chica a la nada refiriéndose a Loki.

De pronto se escuchó un ruido, la chica había caminado sin rumbo, no se dio cuenta de que se encontraba en una calle sola y oscura en la que cualquier persona desearía no estar ahí. De la rabia pasó rápidamente al miedo. No conocía la ciudad por lo que no sabía dónde podía estar segura. Decidió dar media vuelta con la esperanza de encontrar un lugar más transitado donde pudiera estar a salvo. No obstante escuchó pasos atrás suyo y una voz masculina diciendo:

-Ven preciosa, sólo queremos platicar.

Apretó el paso pero no le sirvió de nada puesto que alguien se cruzó en su camino impidiéndole el paso. Instintivamente ella dio una zancada hacia atrás.

-No queremos hacerte daño -aseguró el hombre que le impidió pasar, con una sonrisa pervertida en el rostro. Los que estaban detrás rieron maliciosamente.

Estaba en problemas y ella lo sabía muy bien. Nunca se había enfrentado a una situación como esta. Tenía miedo, más que eso, tenía pavor. Sentía que le temblaban las piernas y las manos además de que se puso pálida y más fría de lo que ya estaba. No sabía qué hacer de modo que trató de hacer lo que mejor se le daba: esquivar el problema.

-Hey ¿a dónde crees que vas? -cuestionó el sujeto atrapándola del brazo. Ahí fue cuando lo vio de cerca; era una persona horrenda, era alta pero robusta, su ropa estaba sucia al igual que su rostro desaliñado, se notaba que no se había rasurado en mucho tiempo y al parecer su aseo general era tan malo como su asquerosa verruga en la mejilla. Y no quería quedarse a averiguar cómo eran sus amigos.

-¡Suélteme! -chilló la chica tratando de zafarse de las manos de aquel tipo.

-No deberías ser maleducada -comenzó el tipo-. Nosotros que amablemente venimos hacia ti porque te veías tan sola y triste. Dime ¿quién es el que quieres que se pudra? ¿Tu novio te dejó chiquita? No te preocupes, nosotros te consolaremos.

-Antes muerta a dejar que me toquen ¡viejo inmundo! -gritó, no sin antes haberle escupido en la cara.

-¡Uy! La chica tiene agallas -dijo otro de los tipos acercándose más a la chica la cual seguía peleando por soltarse del otro hombre-. Eso me gusta.

Entonces ese hombre la tomó de la cintura por atrás mientras el otro se limpiaba la saliva de la cara. Ella era tan delgada y pequeña que la pudo sujetar con una sola mano, no podía liberarse por más esfuerzo que hiciera. Él acercó su cara para oler su cabello castaño oscuro, lo tenía suelto y alborotado, era entre china y ondulada por lo que siempre se le esponjaba. La joven no soportó ese acto, sintió unas nauseas tremendas que casi vomitaba.

-A mí también me gusta que tengan valor para desafiar a seres más fuertes que ellas.

Todos voltearon instantáneamente hacia el sujeto que habló desde un rincón oscuro. Rosy quedó impactada. No podía creer lo que sus ojos veían era...

-Loki -susurró la chica al ver quién había hablado.

-Disculpa amigo, pero esta chica ya la estamos usando nosotros. Búscate otra -explicó el hombre que la sujetaba.

-Me disculparás tú, "amigo" pero esa humana es de gran utilidad para mí -rebatió Loki.

-Pues lo lamento, tendrás que esperar tu turno. Primero la usaremos nos...

-¡No soy un objeto! -replicó la joven harta de que hablaran como si no pudiera entenderlos ni tuviera sentimientos.

-Ahora entrégame a la chica -siguió Loki ignorando los argumentos de aquellos dos- y nadie saldrá herido.

-Qué miedo me das -exclamó uno sarcásticamente- ¿Con qué nos vas a herir con esa... lanza con luz? Nosotros si tenemos verdaderas armas -se burló sacando una navaja de su bolsillo. Los otros imitaron la acción de su compañero sacando sus armas, uno también tenía navaja, otros dos tenían cuchillos y los últimos dos unas pistolas.

-Entrégamela, he dicho. No te daré ninguna advertencia más que esta.

Dicho esto, Loki disparó con su cetro a uno de los hombres que tenía la pistola, este último cayó al suelo por el impacto, al parecer estaba muerto.

-¡No! ¿Qué has hecho Loki? -chilló ella con un tono de miedo y tristeza.

-Ahora que tus insignificantes ojos mortales han visto lo que puedo hacer. Pienso que no tienes duda de lo que debes hacer. -afirmó dirigiéndose al que tenía aprisionada a la joven.

-¡Atrás demonio! -gritó el hombre que sujetaba a Rosy. Este, en un movimiento desesperado apuñaló a la chica en el costado del abdomen-. No te acerques o juro que no sólo voy a herirla, sino que la mataré.

Al momento de sentir la navaja atravesándola, Rosy soltó un débil grito de dolor. Enseguida comenzó a sangrar, era mucha sangre la que brotaba de su cuerpo.

-Te lo advertí -dijo Loki sin inmutarse al momento que levantaba su cetro y apuntaba al sujeto.

La persona que tenía la pistola comenzó a dispararle, entonces Loki se dirigió hasta él encajándole la punta del cetro en el pecho. Enseguida miró al que tenía a Rosy.

-¡No por favor! -imploraba llorando-. Mira te la devuelvo, ya no la quiero -le ofrecía a la chica quien al estar débil por la pérdida de sangre se cayó al piso-. ¡Sólo déjame vivir!

-Tuviste tu oportunidad -decía Loki- Ahora, ¡acepta las consecuencias!

Nuevamente le apuntó al hombre con su cetro pero un segundo antes de matarlo sintió algo en el pie e inmediatamente miró abajo.

-No lo hagas -suplicó Rosy débilmente, se sujetaba el costado y su rostro tenía una expresión deplorable-. No lo mates por favor.

Se vio en la cara de Loki una expresión de ira, parecía que echaba chispas e ignorando la súplica de la chica disparó al hombre dejando otro cadáver en el pavimento.

-¡Escúchenme bien! -se dirigió a los tres hombres restantes, quienes estaban congelados ante la escena, se les veía pálidos y se podía ver que uno estaba sollozando-.Yo soy Loki, de Asgard. Y no tendré clemencia con ninguna criatura que se atreva a desafiarme.

Dicho esto, tomó a Rosy en sus brazos para finalmente transportarse a su guarida.

Conozco tu futuro (Loki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora