La fabrica

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Ya era de día, Rosy se había quedado a pasar la noche en un pequeño hotel no muy lujoso, cerca del lugar donde encontraría a Jane. La noche anterior no durmió muy bien pensando en qué es lo que le diría para convencerla de que ella no era ningún peligro y necesitaba tenerla a su lado.

-Hoy es el día -suspiraba-. No sé nada de física, nunca fue mi materia favorita. Espero poder convencerla con algo más que física. No quiero utilizar lo mismo que con Loki, me creerían loca, pero si tengo que hacerlo... lo haré.

Salió del hotel directo al parque en el que había visto a Ian. Cuando llegó ya estaba ahí Jane, Darcy e Ian. A Rosy le incomodaba toda esta situación, no le gustaba mucho hablar con desconocidos y menos hacer tratos con ellos, no obstante, haría lo que fuera para verlo de nuevo.

-Buen día -saludó la muchacha tratando de sonar segura.

-¿Quién eres? ¿Por qué sabes tanto de nosotros? ¿Qué nos quieres hacer? -Darcy lanzó las preguntas como si fueran balas.

-Tranquila, yo...

Se interrumpió, la verdad era que tenía miedo. Ellos eran tres y ella nada más una, por otra parte, no dejaría que su intento quedara ahí, así que se armó de valor y continuó:

-Vengo a ayudar a Jane. Sé que has sufrido mucho por Thor, por eso yo te ayudaré para que lo veas de nuevo.

-Pero ¿de qué estás hablando? -interrogó Jane indignada-. Tú... eres de SHIELD ¿cierto? ¿Acaso no me dejarán en paz?

- No, no tengo nada qué ver con SHIELD. Como le dije a tu amig... a él -dijo apuntando a Ian-, yo estaba en Nueva York cuando pasó toda esa catástrofe, tengo unos asuntos pendientes con Loki. Créeme, no soy de SHIELD, no soy ninguna estafadora, no soy nadie más que una persona desesperada por ver a ese maldito.

Hubo un momento de silencio, fueron tan solo unos segundos aunque a ellos se les hicieron eternos.

-¿Cómo puedo confiar en ti? -Jane la cuestionó.

-Sabía que no sería fácil. No puedo darte una prueba convincente para que me creas, sólo te diré que en unas tres semanas, tal vez, tendrás una cita con Richard y Darcy la interrumpirá para informarte sobre unas anomalías. Cuando llegue ese día háblame por favor, responderé a todas tus preguntas.

Le dio un papel con su número celular, acto seguido, se marchó del lugar. Jane y los otros se quedaron perplejos, no sabían cómo reaccionar ante lo que acababa de ocurrir. Cuando Rosy estuvo lo suficientemente lejos pensó preocupada: «Espero no haber echado todo a perder».

Pasaron las tres semanas que había dicho pero no sucedió nada. Se sentía devastada, esa era la única oportunidad que tenía para volver a ver a Loki. No obstante, al quinto día después, Jane Foster la llamó:

-¿Cuál es tu dirección? Pasaremos por ti.

A Rosy se le dibujo una gran sonrisa que no le cabía en la cara. Después de darle su dirección comenzó a brincar y a bailar por todo su cuarto de hotel, aunque no fue por mucho tiempo ya que no quería perder ni un segundo, así que salió rápido de ahí para esperar por Jane. No tardaron mucho, en cuanto se subió al carro se dirigieron hacia la fábrica abandonada. Desde el momento en que puso un pie en el carro no pararon de hacerle preguntas. Estaban intrigados pero asustados a la vez debido a que su predicción se había vuelto realidad. Ella contestó todo cuanto supo, quiso inventar alguna historia al principio pero seguía sin dársele lo de engañar a la gente. Notó que Jane no le había creído completamente, sin embargo, ya no hizo más preguntas, lo cual la tranquilizaba. Por fin llegaron a la dichosa fábrica abandonada.

-Aquí es donde pasará, no debo perder mi oportunidad -se recordó a ella misma mientras bajaba del coche.

-¿Qué dices? -preguntó Jane

-Nada, nada -contestó nerviosa-. Entremos ¿no?

Jane no contestó, sólo siguió a Darcy. Al entrar encontraron a unos niños, todo estaba saliendo de acuerdo al plan; ellos les enseñaron los lugares donde ocurrían las cosas extrañas. Todos estaban asombrados por lo que veían excepto Rosy, ella estaba más concentrada en observar los movimientos de Jane, no podía dejar que se fuera ya que ella era su pase a Asgard. Como ella esperaba, Jane se alejó del grupo con su aparato científico, por consiguiente ella la siguió.

-¿A dónde vas Jane? -preguntó fingiendo inocencia, curiosamente eso era lo único que sí se le daba bien.

-Estas lecturas son muy extrañas, hace mucho tiempo que no veía algo así -contestó Jane más para ella que para Rosy.

Siguieron caminando y al doblar en una esquina el aparato comenzó a sonar repetidas veces, entonces apareció una extraña ventisca y algo comenzó a jalarlas hacia una pared. Ambas cerraron los ojos, al abrirlos se encontraban en medio de la nada, en un lugar oscuro.

-¡Darcy! -gritó Jane asustada.

-Tranquila ¿sí? Saldremos de esto y te encontrarás con Thor, ya verás.

Trataba de calmarla pero al mismo tiempo sabía lo que pasaría: Jane absorbería el aether. «Pero estoy cambiando la historia -pensó-. ¿Qué tal si ésta vez no sale viva de esto? Yo sé que eso es una piedra del infinito, es algo muy peligroso, no debería dejar que ella corra ese riesgo, creo que tendré que absorberlo yo, será más seguro». Cuando terminó de pensar en la situación miró a Jane, estaba demasiado cerca de la piedra. Corrió para evitar que el aether se le impregnara pero fue muy tarde. O al menos eso creyó, prácticamente tacleó a la científica y cuando se levantaron, Jane se miró la mano tratando de quitarse la sustancia que sentía que le ardía como fuego. Rosy se percató de eso, pero al mismo tiempo ella sintió un poco de ardor en el brazo. Ella también tenía el aether dentro.

Conozco tu futuro (Loki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora