Long Way Home - Marco Reus. {Editando}

Capítulo 11.

"I could fly a thousand oceans, but there’s nothing that compares to what we had, and so I walk alone. I wish I didn’t have to be gone, maybe you’re already moved on, but the truth is I don’t want to know.”

-Estaremos aquí mínimo 1 hora, luego tu decides si quieres quedarte o volver a casa. -Asentí sin prestarle mucha atención a Maddison.

Luego de aterrizar en Dortmund, pensé que iríamos a un hotel, pero no, Patrick había rentado una casa. Sabía que era más cómodo y práctico, pero también que debía quedarme aquí por el tiempo que él dijera.

Ahora iba en el auto junto a Maddison, la ayudante de Patrick, era de mí edad y confiaba mucho en ella, al final la veía más que a mi madre. Estábamos rumbo a una cena de una de las fundaciones de caridad. Conocería a muchos de los socios de la fundación, según Maddison. Pobre, tenía todo tan planeado que me preocupaba.

Cuando llegamos,  un hombre de seguridad que estaba en la entrada del lugar abrió la puerta del auto y nos ayudó a bajar. Me dí cuenta de que habían un par de periodistas, así que puse una gran sonrisa y saludé para luego entrar.

Ahí estaba una señora de unos 65 años, vestía muy elegante y se presentó como la presidenta de la fundación y agradeció por mi donación, que sería para algo sobre niños. No estaba prestando mucha atención, solo quería saber si él estaba aquí.

-Te va a doler el cuello. -Deje de mirar alrededor del salón para prestarle atención a Maddison.

-¿Ya nos podemos ir? -Pregunté.

-Apenas tenemos 20 minutos aquí. -Suspiró- Mira, no creo que venga, ya conocimos a todas las personas del BvB que están aquí y no hay ni un solo jugador.

Tenia razón, debía dejar de preocuparme por cosas estúpidas. Ni siquiera tenía motivos para hacerlo.

-Disculpa ¿eres Annette Giesler? -Miré a la chica que hacía la pregunta que tanto había escuchado antes, aunque esta vez fue en alemán.

-Sí. -respondí con una sonrisa.

-Oh, es un placer conocerte. Yo soy Ann-Kathrin.

Iba a responder cuando un chico interrumpió. Le dijo algo a Ann-Kathrin y luego puso su mirada en mí.

-Amor, ella es Annette Giesler. Annette, él es mi novio Mario Götze.

Lo saludé, aunque las presentaciones estaban de más. ¿Quién en Alemania no sabía quién es Mario Götze?

El que hizo el gol de la victoria.

Y por supuesto, uno de los mejores amigos de Marco.

Ambos se sentaron con nosotras, hablamos mucho, aunque Mario no tanto. Cuando no estaba en su teléfono, me miraba extraño. Algo me decía que él sabia exactamente quién era.

Como buena seguidora del fútbol, sabía que Mario ahora estaba en el Bayern München, por lo cual me extrañó su presencia aquí, aunque a Ann no le importó mucho explicar que Mario aún estaba relacionado con la fundación.

Un gran grupo de hombres en traje, entró consiguiendo la atención de todos y sabia muy bien quiénes eran.

Los jugadores del Borussia Dortmund.

Busque al chico rubio en el que tanto había pensado estos últimos días y lo encontré. Para mi sorpresa caminaba hacía nuestra mesa, los nervios volvieron a mi, así que deje de mirarlo.

Cuando llegó,  Mario se levantó para saludarlo con un gran abrazo. Al parecer no había notado mi presencia hasta que Mario se lo dijo.

La sonrisa que tenía se borró de inmediato al verme, al principio pude notar su sorpresa, pero luego me dio esa dura mirada, pude notar su desprecio. Sentí mis ojos arder, no podía llorar frente a él.

Desvío su atención hacía Ann para saludarla y luego siguió su camino sin mirar atrás.

Dolía más de lo que esperaba.

No dejaba de pensar en que quizás él ya había superado lo nuestro, aunque no quería saber la respuesta.

Miré a Maddison, que me miraba preocupada.

-¿Podemos... -No fue necesario hablar más, ella se levantó agarrando nuestras cosas y diciéndole a Ann que debíamos retirarnos.

Me despedí de la pareja con la promesa hacía Ann de seguir en contacto y salimos de ahí.

Era una cobarde, lo sabía.

Había esperado esto por un largo tiempo y solo huía cuando nuestros caminos al fin se encontraban de nuevo.