Capítulo 27.

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"Wake me up now, and tell me this is all a bad dream. All the wrongs that I hope would erase from your memory, holding onto a broken and empty heart. All the hours I lost, wish I could bring it back to the start."

Cerré la puerta y me giré para ver mí apartamento, nada había cambiado, las mismas paredes blancas con costosos cuadros, el gran sofá blanco en forma de L, la pequeña mesa de vidrio en medio de la sala, el gran televisor en la pared, la biblioteca donde estaban todos mis preciados libros, las fotos, todo era igual a como lo había dejado hace un par de meses atrás.

Pero no se sentía como casa.

Caminé hasta mi habitación y deje las maletas sobre la cama, comencé a sacar todo y ponerlo en su lugar. Después de un viaje siempre quiero dormir, pero hoy solo sentía que quería desaparecer. Necesitaba distraerme.

Era la suficientemente fuerte para irme de Alemania como si nada fuese pasado, pero también lo suficientemente estúpida como para necesitarlo conmigo.

Odiaba sentirme de esta manera.

Él tenía una vida en la que no estaba incluida, él sí había pensado en alguien más todos estos años, él me había dado esperanzas solo para que la decepción fuera más fuerte.

Quizás me lo merecía, por no haberlo intentado. Por haberme rendido tan fácilmente. Por elegir mis sueños, olvidando que él era parte de ellos.

Y me arrepentía, porque dolía como el infierno.

Y ahora, justo aquí mientras lloraba en el piso de mi habitación, solo puedo hacer la misma pregunta que ha rondado en mi cabeza desde hace 5 años, ¿qué fuera pasado si decidía quedarme?

¿Seguiríamos juntos?

¿Habría cumplido mi sueño de todas maneras?

¿Sería yo quién estaría mostrando su anillo de compromiso?

¿Sería yo quién tendría a su hijo en mi vientre?

Pero nunca tendría las respuestas, él era feliz. Tiene todo lo que alguna vez deseó. Su familia, sus amigos, su carrera, un hijo con una hermosa mujer que ama.

Yo solo había vuelto para interrumpir y hacerme falsas ilusiones.

Yo era solo parte de su pasado.

Y debía aceptarlo, porque así eran los cuento de hadas modernos.

Sin finales felices.

.

.

Quizás ver viejas películas mientras comía helado de chocolate, acostada en mí cama con las sabanas tapando todo mi cuerpo, un montón de almohadas y la luz apagada, no era la mejor manera de subirme el ánimo.

Pero, es que no tenía ánimos de al menos intentarlo.

Mis ojos estaban hinchados y mi cabeza dolía. Ese era el resultado de pasar casi toda la tarde llorando. Estaba agotada, quería dormir pero simplemente no podía, cada vez que lo intentaba comenzaba a pensar en lo que fue y en lo que pudo ser, y comenzaba a llorar otra vez.

Es un asco sentirse de esta manera.

El teléfono de mi habitación sonó y casi lo mire con odio, no quería responder, hace más de una hora que el de la sala y la cocina estaban sonando y solo había subido el volumen del televisor. Aunque en realidad pocas personas tienen el número y nadie sabe que volví, así que decidí responder.

-¿Hola? -Ugh, mi voz se escuchaba horrible.

-¿Annette? Joder, me tenías preocupada. -Reconocí la voz de Ann al otro lado.- Te he estado llamando a tu teléfono y nada, tuve que llamar a tu madre.

-Lo lamento, es solo que necesito tiempo para pensar, ya sabes.

-Annette, tengo que decirte algo. Marco..-Interrumpí.

-No quiero saber nada de él. -Si tan solo yo pudiera creerme eso.- Sé que tengo que superarlo, pero ahora solo duele.

-Lo sé, pero él...

-No quiero escucharlo Ann. Entiéndeme.

-Anne, sé que no quieres hacerlo. Pero esto es importante.

-No me importa. No me importa nada que esté relacionado con él.

Había hablado con tanta rabia, que hasta yo estaba sorprendida. Escuché una queja de Ann y luego la voz de Mario.

-Annette, no sé qué pasó entre ustedes. Ni siquiera sé dónde rayos estás. Pero estamos preocupados, cuando se enteró que te habías ido se volvió como loco, no sabemos dónde está.

-¿Por qué no le preguntas a su futura esposa, eh? -El dolor que sentía superaba cualquier otra emoción, había escuchado lo que dijo, pero no dejaría que me afectara, ya no más.

Agradecía el hecho de que Ann no fuera dicho nada sobre mi paradero, que fuera cumplido su promesa significaba más de lo que pueda imaginarse.

-Anne, él no... -Su voz era calmada y quise gritarle que ya lo sabía todo.

Ni siquiera sé por qué aún hablaba con Mario, él también había ocultado todo lo de Marco y Elissa. Él también se había burlado de mí, fingió ser mi amigo cuando solo ayudaba su mejor amigo, a su hermano.

Que idiota había sido.

Él siguió hablando, pero no lo estaba escuchando. No quería, no podía.

Así que colgué.

¿Cuándo dejaría de llorar? ¿Cuándo dejaría de doler?

Escuché mi teléfono sonar esta vez y sentí la necesidad de lanzarlo lejos, pero fue interrumpido por el insistente sonido del timbre. Me levanté, tome mi teléfono y salí de la habitación limpiando mis mejillas. Rechacé la llamada al ver que era Mario, pero al ver una nueva llamada de él, decidí que lo mejor era responder y dejarle claro que no quería saber nada de Marco, ni de él.

Estaba a punto de abrir la puerta cuando respondí la llamada, al sonido del timbre se le había unido el sonido de la puerta y quién sea que estaba del otro lado había decidido molestar en un mal momento.

-Anne, solo quiero encontrar a Marco. -Eso fue lo único que escuche de Mario cuando abrí la puerta.

-Annette.

-Creo que no será necesario seguir buscando. -Susurré.

Long Way Home - Marco Reus. {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora