Me Importas

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El día de partida de Yu Dao había llegado, era pasado el medio día y la embarcación de la Nación del Fuego estaba casi lista para irse, después de todo no había mucho que preparar al ser poco gente.

Suki se encontraba en el muelle siendo despedida por Sokka antes se irse ya que no se sabía cuando se verían de nuevo.
Aang y Katara también estaban por su lado para despedir a sus amigos.

Zuko llegó unos minutos antes de partir y tras despedirse como usualmente subió al barco.
Suki sabía que era hora de irse, se despidió de todos y Sokka le dio un beso antes de irse, le sonrió comp últimamente y subió a la nave.

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La noche había caído, y según el capitán gracias al tiempo y marea favorable llegarían mañana temprano a la Nación del Fuego.

Mientras caminaba haciendo guardia por el barco Suki decide salir a la parte superior y descubierta de la nave.
Apenas subió divisó a Zuko viendo la luna, la cual se encontraba muy bella esa noche.

Este llevábamos ropas delgadas que usaba para dormir y lo cubría una bata negra para no recibir el viento frío de la noche tan intenso.
Se veía tan concentrado admirando la noche, le hacía preguntarse que cruzaba por su mente y le generaba ganas de averiguarlo.

Se acercó a paso tranquilo para acompañarlo y tal vez con suerte averiguar esta vez que pasaba.

-La luna está hermosa está noche, ¿no es así?- dice la guerrera para llamar la atención del maestro en lo que se posaba a su lado y volteada a ver al cielo.

-Si, así es, se ve hermosa- corroboró Zuko mientras veía a Suki para después regresar su mirada al cielo.

Suki lo vio de reojo esperando alguna reacción, pero de veían tan pacífico y pensante que entonces decidió volver a hablar.

-Zuko, ¿por qué no me dices que sucede?- arrojó sin rodeos mientras veía al maestro.

-Ya he dicho que estoy bien, no tienes porque preocuparte- responde frio bajando un poco la mirada pero sin quitarla del cielo.

Suki decide acercarse un poco para quitarle un poco de su espacio y ver si así hablaba, pero en lo que se movía junto sus manos poniendo la suya casi encima de la de Zuko.
Ambos dirigieron sus miradas a sus manos y tras unos segundos de silencio Zuko decidió apartarla y apartarse un poco de Suki para después desviar su mirada hacia el lqdo contrario a ella.

Por su parte, Suki se quedó viendo su mano y la acción de Zuko, sin embargo no se iba a rendir tan fácil con él.

-Zuko- dijo con voz dulce mientras extendía su brazo alcanzando a tocar el rostro ajeno con su mano. El aludido se sorprendió de aquella acción y volteó a verla por inercia, permitiéndole a la guerrera posicionar mejor su mano sobre su mejilla.- Me importas Zuko- dijo- Por eso me preocupo por ti y quiero hacerlo. Eres importante para mi.

Mientras acariciaba el rostro de su señor ambos quedaron hipnotizados por los ojos del contrario.
Suki se sentía intimidada y atrapada por los ojos de Zuko, esos orbes dorados que la atraían e inconscientemente le encantaban.

Su mirar se rompe cuando Zuko dirige su mirada a los labios pintados de Suki para después levantar la mirada y ver sus ojos.
Con esa acción, esa simple acción lo decía todo. Suki se fue acercando de a poco a la par que Zuko.
Ella sentía como su corazón le latía a mil por hora y su cara ardía, mientras que él se sentía inquieto con el corazón acelerado, pero deseoso que ese momento pasara.

Cerrando cada vez más la distancia entre sus rostros por inercia Suki cierra los ojos a lo que Zuko la sigue y sintiendo sus respiraciones sobre el otro sellaron ese momento con un beso.

Su beso bajo la luz de la luna.

Quédate conmigo [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora