Felicidad

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Estaba solo en la sala principal del palacio, Suki se había ido a buscar agua para que bebieran mientras que Aang y Katara salieron a ver a Appa para poder dejarlos solos. 

Ya habían conversado, o algo así, Katara estaba molesta ya que Zuko usó Fuego Control contra Sokka, pero también tanto ella como Aang trataban de comprender la situación a su mayor medida. Aún así, intentaban no tomar bandos y les daban su espacio. 

Se encontraba sentado en uno de los sillones dobles, apretaba el puente de su nariz mientras mantenía los ojos cerrados tratando de relajarse y pensar con calma. 

No quería que las cosas hubiesen resultado así pero debido a lo ocurrido su mente no dejaba de pensar en alguna solución a sus problemas. Lo más que se le ocurría, viera como lo viera, era acabar con todo como debía, amaba a Suki y deseaba estar con ella, pero tampoco quería perder su amistad con Sokka y alterar el grupo; terminar parecía su única opción. 

Al escuchar pasos abrió los ojos creyendo que se trataba de Suki, para su sorpresa se trataba de Sokka, la última persona que creía que llegaría a ver. Se levantó de golpe mantenido su mirada sobre él, pero antes de decir nada este le ganó. 

-Zuko, hey ¿Cómo estás? Ja, supongo que no bien... Mira decidí- antes de seguir fue interrumpido por el contrario. 

-Sokka, no digas nada- hizo una pausa mirando hacia el suelo, al terminar reincorporó su mirada y siguió- Sé que hicimos, que hice mal, pero quiero que sepas que lo último que pretendía era dañarte a ti o nuestra amistad. No quiero que el grupo se vea alterado por esto, así que si es necesario Suki y yo podemos-

-Zuko espera, no quiero que digas más- exclamó el joven interponiendo su mano en señal de detenerse e interrumpiéndolo, al captar su atención suspiró y continuó- He sido un tonto y ustedes dos no deben de pagar por ello. 

El Maestro se veía algo confundido, pero sabía que su amigo tenía que decir así que decidió mantener silencio y dejar a este hablar. 

-No estoy enojado porque tu y Suki estén juntos o saliendo- se explicó- Realmente no sé que sucedió, pero fue algo impulsivo y muy tonto, me arrepiento de ello y tampoco quiero que pienses en terminar con ella por este alboroto. Quiero mantener la amistad entre todos nosotros, pero por eso debo quitarles su felicidad que tiene juntos.- hubo un leve silencio.

-Entonces, ¿de verdad no estás molesto?- preguntaba dudoso. 

-No, no lo estoy. Perdón por actuar como tal y atacarte- se disculpó. 

-No te preocupes. Perdón por atacarte con Fuego Control- dijo apenado.

-No hay problema, no es la primera vez que lo haces y déjame decirte que comparado con antes eso no fue nada- ante ese comentario ambos se rieron. 

-Es bueno tenerte de vuelta amigo- dijo sincero el Maestro acercándose a este. 

-Hey ¿de qué hablas? Nunca me perdiste- se burló mientras también se acercaba a este. 

Finalmente se dieron un abrazo amistoso dando a cuentas así que su amistad era la misma de siempre. 

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Sokka, Aang, Katara y Toph estaban sentados en el comedor con el desayuno ya servido, sin embargo solo faltaban ese par para que así pudiesen comenzar a comer. 

De un momento a otro visualizaron como Suki y Zuko entraron a la habitación tomados de la mano y caminaron en dirección a la mesa. 

Aang y Katara se voltearon a ver para después dirigir su mirada a Sokka, Toph por su parte solo estaba expectante de oír que pasaba; esperaban una respuesta, todos. 

El guerrero analizó como todos lo veían y esperaban que dijera algo ante la situación así que decidió romper el hielo. 

-Suki, Zuko si esperan que vamos a quedar satisfechos de solo verlos tomados de la mano teniendo toda esta comida enfrente están muy equivocados, siéntense y comamos de una vez. 

Ante ese comentario todos soltaron una pequeña risa y supieron que todo estaba bien. Tomaron sus asientos y comenzaron a devorar. 

-Es bueno tenerte de regreso hermano mayor- dijo Katara con ese característico tono suyo. 

-Tiene razón, que bueno tenerte Sokka- la complementó Aang. 

-Chicos, ¿de qué hablan? Si nunca me fui. 

Suki y Zuko ante la situación se vieron a los ojos una última vez y ahora sabían que todo iba a estar bien. 

Y entre risas, bromas y comentarios graciosos, todos lograron experimentar esa felicidad  una vez más. 



Quédate conmigo [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora