Mejor

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Había desembarcado hace unos minutos y estaba esperando el carruaje que la llevaría al palacio. 

Llevaba consigo un abrigo ligero, un bolso pequeño, después de todo no pensaba quedarse mucho tiempo; y su típica cantimplora de piel en la que siempre llevaba sus reservas de agua por cualquier emergencia. 

Estaba oscureciendo, ya debía de estar camino al palacio. Se comenzó a preguntar porque tardaba tanto el carruaje hasta que lo divisó a unos metros de ella. Luego de excusarse y agradecer se subió a este para poder llegar a su actual destino. 

Tras unos minutos de camino se bajó frente al palacio, al momento vio a Ty Lee y otra Guerrera Kyoshi de la cual no conocía su nombre; la primera la saludó con mucho fervor y entusiasmo mientras la otra solo observaba de pie, tras los saludos la acompañaron al interior del palacio y la guiaron por los diversos pasillos hasta la habitación que buscaban. 

Las tres se plantaron de pie frente a la puerta de madera barnizada y Ty Lee siendo la más cercana la abrió. La luz exterior iluminó un poco la habitación acompañando a las velas dentro de esta, el blanco rostro de una joven de ojos azules se dejó ver tras la puerta. 

-Katara- se escuchó una voz masculina, la morena le dirigió su atención- Me alegra que finalmente hayas llegado, ¿Qué tal el viaje?

-Zuko- pronunció la ojiazul mientras veía como su amigo se le acercaba- Bien, algo apurado pero bien. Y yo también me alegro por haber llegado. 

-¿Quién es ella?- antes de poder intercambiar más palabras otra voz los interrumpió, se trataba de Kiyi quien le hablaba a nadie más que a Suki. Tanto Zuko como Katara dirigieron su mirada hacia ellas, la morena no se pudo evitar sentir mal al ver la escena. 

-Ella es Katara, nuestra amiga del Polo Sur, vino aquí a ayudar- le contestó la guerrera con voz suave mientras la veía a los ojos- Es una gran maestra agua y sabe curar por eso le pedimos que viniera. 

Suki se encontraba en una cama, estaba arropada y recostada, Kiyi se encontraba sentada al borde a su lado mientras la acompañaba. A juego había una mesilla de noche la cual estaba cubierta por botellas pequeñas de cristal, una tetera con una taza y diversas hierbas y algún ungüento de plantas que Katara conocía. 

-Me alegra verte de nuevo Katara- pronunció la guerrera volteando a verla y captando su atención, la morena al verla se quedó sin habla, se veía tan distinta desde la última vez que la había visto más pálida, con leves ojeras, los labios secos y el cabello más opaco. 

-Igual me alegra verte Suki- finalmente alcanzó a hablar viendo a su amiga directamente. 

Hubieron un par de segundos en silencio que inundaron la habitación hasta que la pequeña lo rompió de nuevo. 

-¿Entonces ella te ayudará a estar mejor?- preguntó con encogimiento Kiyi llamando la atención de quien consideraba su hermana mayor. 

-Claro que si, así será Kiyi- le contestó con dulzor- ¿Por qué no acompañas a Ty Lee y a Lian para que te lleven con tu madre?- sugirió mientras le acariciaba el cabello levemente. La pequeña hizo un pequeño puchero, después e todo no quería irse- Prometo que nos veremos luego, ¿si? Pero ahora necesito de la ayuda de Katara y descansar un poco. 

Esas últimas palabras cambiaron todo en la pequeña, asintió sin decir nada y antes de levantarse abrazó a Suki para despedirse de ella, seguidamente fue con su hermano y también se despidió. Caminó hacia la entrada donde se encontraban ambas guerreras en servicio pero antes de despedirse se acercó a la maestro agua. 

-Por favor ayuda a Suki- pidió con voz suave y con ojos brillantes, Katara se sintió conmovida por sus palabras así como su comportamiento. Asintió suavemente en respuesta con una ligera sonrisa en los labios. 

Quédate conmigo [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora