Despertando

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Se despertó de golpe en la madrugada, el ambiente era fresco y con estragos de frío al estar en el mar y en un habitación de metal. Al mismo tiempo que abrió sus ojos se levantó quedando sentada sobre la cama, lo primero que divisó fue la puerta de la entrada, una mesa con velas y sobre esta colgado en la pared un emblema de la Nación del Fuego. 

Sintió el frío golpear su piel y al mirar hacia abajo se dio cuenta que se encontraba completamente desnuda, automáticamente se cubrió con las sábanas que tenía a su alcance. Al jalarlas un poco para poder cubrir su cuerpo sintió un peso del otro lado del colchón, dirigió su mirada y fue entonces que cayó en cuenta. 

Yacía junto a ella no solo el gobernante de la Nación del Fuego, sino también su amigo y protegido. En sus ojos se plasmó la sorpresa y por más que lo veía con sus propios ojos y o estaba viviendo en carne y hueso aún era incrédula. 

Zuko, en el mismo estado que ella, careciente de ropas, se encontraba dormido a su lado. Se acercó un poco a este sin intentar despertarlo para poder verlo con más detalle, su cabello desarreglado, marcas de uñas y mordidas en algunos lugares de su cuerpo, además de una que otra mancha de maquillaje blanco y rojo en su rostro y cuello, delataban los acontecimientos de la noche anterior. 

Tras admirar de cerca la condición de su acompañante se alejó. Perdió la mirada en un punto de la habitación y todos los recuerdos de la noche anterior fueron mostrándose en su cabeza invadiendo su mente, su piel se erizó al recordar el calor del chico y la forma en la que la tocaba. Estaba atónita, pero antes de poder seguir sumiéndose en sus pensamientos Zuko la alertó haciendo un pequeño sonido y cambiando de posición para seguir durmiendo. 

La guerrera mantuvo silencio y decidió que si quería pensar en paz no podría hacerlo ahí así que se levantó de la cama siendo lo más sigilosa posible, después de todo era su especialidad; recogió sus ropas que yacían regadas por todo el suelo, se vistió con lo menos complicado en lo que llegaba a su habitación o aunque fuese al baño más cercano, y abandonó la habitación en silencio. 
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Entre pasos sigilosos logró llegar a su habitación, dejó caer el resto de sus ropas que venía cargando y se dirigió al baño.
Para su suerte este tenía un espejo de cuerpo completo y otro bastante amplio sobre el lavabo. Con la poca ropa que llevaba encima comenzó a analizar su cuerpo y viendo las marcas que fueron dejadas sobre este.

Alzó la mirada un momento y vi su rostro en el espejo y pensó en todo lo acontecido. Su mente no paraba de pensar y repetir las preguntas "¿Cómo?" "¿Por qué?" "¿Qué sucederá?". Se sentía algo abrumada, pero después de todo, ¿cómo no estarlo?

Conforme más recordaba más se sorprendía a sí misma, y aunque pareciese un sueño toda la evidencia de que fue real estaba sobre ella. Su maquillaje el cual siempre permanecía casi impecable ahora estaba corrido y mezclado, su cuello con marcas de besos causados por placer así como su torso y sus labios, los cuales denotaba que habían sido intensamente besados más de una vez.

Suspiró ligeramente, y decidió calmarse. Se le hacía complicado pensar en aquella noche, después de todo no le desagradaba sino todo lo contrario. 

Comenzó a vestirse como debía, limpió toda su cara para poder volver a maquillarse y así salir a hacer guardia como debía.

Quédate conmigo [SIN TERMINAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora