Cartas de aceptación

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Mansión McDuck

—¿Hay algo interesante en la tele?— Louie desvío la mirada de su celular y espero una respuesta de parte de sus hermanos, quienes buscaban algo que les llame la atención en la televisión.

—Mmm, por ahora no— comentó Huey mientras seguía presionando el botón que cambiaba canales.

—Oh, oh ¡Espera!— Dewey colocó su mano en el control remoto, deteniendo a Huey. —¡Está dando un maratón de Imperio Otomano!— señaló.

—Oh, ese programa es tan aburrido— Louie rodó los ojos. —Miremos eso.

—Okey, por suerte está temporada es muy llamativa— Huey dejó a un costado el control y se acomodó en el sofa.

—¡Chicos!— Webby aparece de repente, interponiendose delante del televisor. —¿Qué hacen... —voltea y ve la pantalla. —¿En serio? Está es la onceava vez que miran esto— se quejó con los brazos cruzados.

—Eso es lo que lo hace más interesante— Huey se inclinó para poder tener una mejor visión de la pantalla.

—Exactamente, ahora haste a un lado Web— Dewey mueve sus manos en el aire, indicándole que se aparte.

—Agh— hizó un puchero y procedió a obedecer de mala gana.

Los chicos prestaron toda su atención a la serie, mientras que Webby se sentó en un sofa. Manteniendo una expresión seria y aburrida.

—Huey, Dewey y Louie— nombró Beackly al entrar a la habitación con algunos sobres en manos. —Recibieron correo, y es algo muy importante.

—¡Oh. Por. Dios!— Huey saltó y agarró los sobres. —¡Al fin!— abrazó los sobres con mucho afecto, hasta casi estaba apunto de llorar de la emoción.

—¿Por qué tanta alegría?— Louie se colocó a su lado, con una mirada serena y sus manos en sus bolsillos.

—¡Son las cartas de respuesta!— soltó Dewey y acto seguido le arrebató las cartas a su hermano. —¡Mi futuro depende de esto!

—Bueno, mejor los dejo — Beackly salió del lugar con una sonrisa formada en su rosotro.

—Wow, son muchas cartas— Webby dió un reojo. —¿Qué esperan? Abranlas— alentó con emoción. Ella se puso en el lugar de los chicos y sintió por un momento lo que deben estar sintiendo ahora.

—Esperen, primero hay que ponernos...— miró a sus hermanos, quienes lloraban como niños. —Serios— recalco y tomó las cartas para observar de dónde provenía cada una.

—Él tiene razón— Huey se puso corde. —Debemos ver cual es la de cada uno.

—Yo me encargo— Webby se ofreció y tomó las cartas. Comenzó a ver la información del remitente -universidad- que poseía cada sobre. Intentó con todas sus fuerzas no fruncir el ceño, luchó para evitarlo. El ver a las universidades a las que se postularon, universidades que estaban a miles de kilómetros de distancia, la afligieron internamente. Pero no lo demostró ya que pudo emitir una sonrisa forzada.

—¿Y bien?— preguntó ansioso Dewey.

Webby separó los sobres. Ahora sólo tenía que repartirlas.

—Universidad de Harvard, Universidad de Stanford y Universidad de Oxford— Webby extendió los tres sobres hacía Huey, quién las recibió con nervios evidentes.

—Harvard ¿eh?— Louie se acercó a Huey para ver de cerca la carta de la universidad nombrada. —Mi hermano nerd en la gran Harvard— sonríe de lado. —Seguro te aceptaron hermano— le da un leve golpe en el brazo con el afan de hacer volverlo a la tierra, ya que se veía impactado.

La adolescencia [Ducktales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora