CAPÍTULO 30 5/6

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Al parecer a Jennie de verdad...ya no le importo lo más mínimo, ¡Ni siquiera me miró cuando coqueteaba descaradamente delante de ella con Ariana!.
Llegué a mi casa y me tiré exhausta en mi lindo sillón, había ido a la oficina de Marco y se me había hecho tarde allí. Tomé el control y prendí la TV.
-- Maldita Jennie -- murmuré. Encontré una película interesante antes de que comenzaran los comerciales, así que la dejé en ese canal.
-- "Si quieres conquistar a esa chica especial ¡Llévale música! ¿Qué mejor que una serenata romántica en la puerta de su casa? Estamos seguros de que te ayudará. ¡Llámanos! --...¿acaso el televisor me acaba de dar una sugerencia?...
De la nada Rosé se sentó a mi lado.
-- ¿Qué te pasa? -- me preguntó.
-- No te incumbe, ocultadora de información -- le dije resentida.
-- Si lo dices por lo de Jen, de verdad no sé que le pasa. Hoy le pregunté y me dijo que en serio ya no quería tener nada que ver contigo, y si para lograrlo tenía que hacer que no existes, pues estaba dispuesta a hacerlo.
-- ¿Hablas en serio?
-- Eso fue lo que me dijo ella.
-- Tengo que irme -- me puse de pie rápidamente -- No me esperes despierta.
Corrí hasta el baño, me duché, me cambié y salí de mi departamento lo más rápido posible, no sin antes despedirme de Rosie. Ya eran las doce de la noche y no podía seguir perdiendo tiempo.

-- ¿Están listos? -- les pregunté y ellos asintieron. Había contactado a la página del comercial y tuve que ofrecerles el doble para que vinieran, ya que trabajan hasta las once de la noche -- cuando escuchen un regaño, luego de eso...comienzan a tocar.
Todos volvieron a asentir y fui a conversar con el conserje del edificio para que me dejara pasar sin avisarle a Jennie. Luego de prácticamente dar pena, lo logré. Subímos hasta el sexto piso y les indiqué que se escondieran en los costados del ascensor.
Me paré bien y respiré profundamente, mi plan de arrepentimiento y conquista comenzaba ahora. Toqué el timbre y luego miré mi reloj, maldije por lo bajo al ver que ya iban a ser las dos de la madrugada, pero ya estaba aquí y no me iría hasta que me atendiera. Volví a tocar el timbre dos veces más, ya que nadie abría.
-- ¡Ya voy, maldita sea! -- la escuché gritar del interior. Eso para nada, pero para nada fue un buen comienzo.
La puerta se abrió y su pequeña figura estaba bajo un lindo y sexy camisón que le llegaba un poco más arriba de las rodillas, tenía todo el pelo desordenado y una cara de dormida. Al verme, sus ojos se abrieron como platos.
-- ¡Gritame, odiame, aviéntame lo que quieras, golpéame tú misma si quieres pero ya no me ignores! Acabas conmigo...-- le dije antes de que pudiera decir algo.
-- No puedo creerlo -- habló -- ¡son las dos de la madrugada Manoban! ¡Estaba durmiendo! ¿No podías decirme esto en la universidad?
La música comenzó a sonar y ella frunció el ceño. Yo solo le sonreí cuando posó su mirada en mí.
-- Te traje música -- me miró frustrada.
-- A veces de verdad me parece que te esfuerzas en ser intolerable ¿acaso lo quieres volver un deporte? -- me preguntó -- Tengo vecinos...
-- Lo siento, no lo hice con mala intención -- me disculpé poniéndo mi mejor cara de niña buena. Ella soltó un suspiro.
-- Dile a los músicos que se vayan, luego entra y así terminamos con esto de una vez -- me dijo y volvió a entrar. Me giré e hice un gesto de victoria.

Despaché lo más rápido que pude a los chicos y luego volví a subir. La puerta estaba abierta, entré y ella estaba haciendo algo en su cocina. Me acerqué llamando su atención.
-- Eres tremenda ¿lo sabes? -- me dijo y sonreí levemente.
-- Algo tenía que hacer para que me hablaras, ya no...ya no podía aguantar tu...soberbia.
-- ¿Mi soberbia? ¿Me estás diciendo soberbia? -- clavó su chocolate mirada en mí.
-- Si cariño, eres muy pero muy soberbia.
-- Lo soy solo con la gente que lo merece, y creo que tú si te lo mereces -- dijo dándome un vaso con jugo. La miré y luego al vaso.
-- ¿No tienes algo más...fuerte?
-- ¿Alcohol?
-- Podría ser...
-- No, no te daré alcohol.
-- Vamos no seas miedosa, bebamos un poco...así tal vez entramos en confianza.
-- Yo no quiero estar en confianza contigo -- me aseguró.
-- ¿Qué pasó? ¿Qué hice tan mal para que ni siquiera quieras compartir un rato conmigo? -- me miró fijo y se acercó a una de las mesadas para luego agacharse a buscar algo. Me quedó una grata vista de su trasero y tragué saliva sonoramente...hace tanto, para mi gusto, que no estoy con una mujer y mucho menos con una mujer como ella.
-- Sí, aquí hay algo -- dijo y se incorporó.
-- ¿Qué es?.
-- Vodka.
-- Mmmh, amo el vodka.
-- Eres una asquerosa y repugnante alcohólica.
-- Y con orgullo.
Negó con la cabeza y se acercó a mi para rellenar el vaso con el líquido transparente. Cuando lo llenó, la miré y me lo tomé de un sorbo.
-- Por Dios, eres una loca -- reí por lo bajo y volví a servirme otro.
-- Deberías probarlo -- le dije.
-- No, ni loca -- alcé el vaso hasta la altura de su boca y se lo acerqué -- No, no voy a tomar eso...
-- Vamos vegetarianita, nada te pasará con un poco. Además esto no proviene de ningún animalito...
Mordió su labio mirando el vaso para luego mirarme a mí. Podía ver a través de sus ojos el debate en su cabeza. Probablemente se preguntaba por qué me dejó entrar y por qué estaba planteándose beber. Levantó su mano y tomó el vaso.
Reí divertida al ver su expresión al saborear el líquido que entraba en su boca. Lo alejó y un poquito de líquido se escurrió por sus labios. Cerró los ojos con fuerza y respiró profundamente.
-- Esto...es un asco -- dijo cuando por fin pudo hablar
-- Claro, como si nunca hubieras tomado alcohol antes -- dije sonriendo.
-- He tomado alcohol pero no...esto -- dijo -- es horrible.
-- Si lo mezclas bien con algo, puede ser delicioso, pero ahora es más vodka que jugo -- dije divertida.
Nos sentamos en el sillón frente a la Tv y ella la prendió, tal vez para tener ruido de fondo en vez de un silencio conmigo. La miré y tomé un poco más directo de la botella.
-- ¿Acaso quieres embriagarte? -- me preguntó.
-- ¿Por qué no? -- le respondí. Ella me quitó la botella y bebió un largo sorbo. Reí cuando se alejó la botella u volvió a fruncir el ceño -- Ya te vas acostumbrando ¿Verdad?
-- Sigue siendo horrible -- dijo y rió -- pero...si, se vuelve como...adictivo.
-- Como todas las cosas que dan un tipo de placer -- acoté y miré sus ojos.
Ella apartó su mirada y dirigió su vista al frente.
-- ¿Sabes? Nunca te pregunté sobre tu color favorito -- me dijo. La miré extrañada.
-- ¿Quieres saberlo?
-- Si, ¿por qué no?
-- Cuando pequeña me gustaba el amarillo pero con el tiempo el rojo fue llamando mucho mi atención...no solo es un color lindo, es fuerte...
-- Apasionado -- agregó y tomó un poco más de vodka. Sonreí sin que me viera.
-- Exacto...¿Y el tuyo?
-- No tengo...me gustan todos los colores.
-- ¡Oh! Una chica multicolor.
Ella rió divertida, al igual que yo.
-- Que palabra más tonta...
-- Demasiado diría yo -- dije sin dejar de reír.
-- ¿Celtics o Lakers? -- preguntó y la miré como si fuera obvia mi respuesta.
-- Lakers, eso no se pregunta.
-- Tenía mis dudas, eres medio extraña...
-- ¿Eso crees? -- ella negó divertida y mordió su labio.
-- Mmmm ¿Qué más puedo preguntarte?...tus defectos, dime tus defectos... ¡No! esos ya los sé, mejor tus virtudes...¡No! esas también ya me las sé -- dijo divertida.
-- Ya sé, ¿Qué tal si digo tus defectos y virtudes y tú dices las mías? -- le propuse.
-- De acuerdo -- asintió. Era mejor que ella empezara.
-- Comienza tú.
-- Bueno, primero diré tus defectos. Eres impulsiva, cínica, irrespetuosa algunas veces, mujeriega, egocéntrica, narcisista, viciosa, ninfómana -- dijo todo de corrido. La miré riendo.
-- Ahora es mi turno -- dije calmando mi risa -- Tú eres soberbia, testaruda, terca, mal pensada, irracional y muy, muy vengativa.
-- ¿Yo soy mal pensada? -- dijo sin poder creerlo.
-- Muy mal pensada -- le respondí divertida -- Ahora, mis virtudes por favor...
Se quedó callada mirándome fijo. Tal vez no quería decirlas.
-- Bueno, no tienes muchas virtudes...bueno sí, tienes varias -- dijo bajando la mirada.
-- Vamos, quiero escucharlas -- la incentivé.
-- Tú eres...eres sincera, directa, apasionada, tierna, divertida, inteligente...y eres una chica bastante guapa -- dijo despacio, sin mirarme.
-- ¿Bastante guapa? Yo diría que soy malditamente hermosa -- le dije y ella rió por lo bajo -- Ahora me toca a mí. En resumen...tú eres un amor, te podría comer a mordiscos -- sonreí -- pero si de verdad quieres saberlo...eres muy hermosa, dulce, inteligente, muy inteligente, centrada, con convicciones inamovibles, simpática, divertida, pero sobre todo, eres la persona más sexy que haya visto en mi vida...
-- Me faltó decir que eres muuuuuy versera (chamullenta) -- agregó.
-- Y tú muy desconfiada.
-- Y tú muy tonta.
-- Y tú muy loca.
-- ¿Quieres pelear?
-- Inténtalo -- la desafíé.
-- Tú inténtalo -- me dijo mirándome fijamente a los ojos.
-- No, yo te reté primero...
-- Cobarde...me tienes miedo.
-- La cobarde eres tú, tú eres la que siempre está huyendo de mí -- negó con la cabeza -- Si, no te hagas la tonta. Sabes de qué hablo.
-- Yo huyo de tu intento de abuso.
-- ¿Yo quiero abusar de ti?
-- Si, si quieres.
-- ¿Y si quiero hacerlo, qué?
-- Ya basta -- dijo -- creo que si seguimos así vamos a terminar por agarrarnos a golpes.
-- ¿Para luego reconciliarnos? La verdad no tendría ningún problema...
-- Lisa -- dijo con tono de advertencia.
-- ¿Qué? Es la verdad. Como tú misma dijiste, soy muy directa.
-- Creo que tuve que ponerlo de defecto en vez de virtud.
-- Te gusta que sea así, admítelo.
Seguimos hablando, mientras sin darnos cuenta nos bebíamos todo el vodka como si fuera agua. Con Jennie podía hablar de lo que sea, es una mujer inteligente con criterio y decisión. Hasta hablamos de fútbol.
Agarré la botella y volví a tomar un largo trago, ya no quemaba como al inicio y podría decirse que según la cantidad de alcohol en mi sangre, ya estaba ebria. Jennie no dejaba de reír, hasta en los pequeños silencios lo hacía.
-- Dame eso -- me dijo quitándome la botella y bebió haciendo que otra vez se le derramara en los labios. Rió y se limpió -- Tengo un secreto para contarte -- habló en voz baja como si alguien aparte de mí, pudiera escucharla. Me acerqué un poco más -- pero no se lo digas a nadie.
-- No lo haré -- le aseguré y bebí un poco más.
-- ¿Me lo juras?.
-- Te lo juro, cariño -- levanté mi mano derecha como juramento.
-- Es sobre Kai -- susurró. Reí por lo bajo.
-- ¿Jong-in?.
-- Ajá -- asintió.
-- ¿Qué pasa con él?
-- No era nada bueno en la cama.

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Mi Pequeña Obsesión~[JENLISA] [G!P] (ADAPTACIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora