Mi Pequeña Obsesión~[JENLISA] [G!P] (ADAPTACIÓN)

CAPÍTULO 47

°~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~°

La miré fijo y pensé un poco en eso. Ya no más salidas nocturnas a cada rato, ya no más coqueteos con alguna chica, ya no más libertad de mirar y opinar sobre un algún trasero...

Pero la verdad...ya no me interesaba hacer esas cosas, solo quería estar con ella, dormir con ella, estar a su lado, opinar sobre su trasero y coquetear solo con ella...

-- Solo quiero estar contigo... -- le dije sincera.
Ella sonrió y se acercó para besarme impulsivamente, luego se alejó y comenzó a subir las escaleras hacia su cuarto.
-- Apúrate, tenemos que irnos -- me dijo.
-- Tú eres la que se tiene que apurar -- dije y me acerqué a la cocina para comer un poco de la fruta que había cortado.
Luego de unos cuantos minutos bajó las escaleras y se acercó a la cocina, estaba cambiada y con el pelo tomado. Quedé embobada.
-- ¿Qué sucede? -- me preguntó.
-- Eres demasiado hermosa -- le dije aún embobada. Se sonrojó levemente y tomó una frutilla.
-- ¿Vamos?
-- Vamos, cariño -- dije y tomé mi polerón para salir con ella de su apartamento.
Llegamos hasta el estacionamiento y nos subimos a su auto. Apenas nos colocamos los cinturones de seguridad, Jennie arrancó marcha a no sé dónde.
-- ¿Estás nerviosa? -- me preguntó y me volteé a verla.
-- Un poco -- dije con una media sonrisa -- No sé que voy a decirle...
-- Solo tienes que decirle lo que sientes en tu corazón -- dijo sin quitar la vista de al frente.
Estiré mi mano y acaricié su mejilla. Me miró de reojo y sonrió.
-- ¿Sabes bien dónde es? -- le pregunté.
-- Sí, queda cerca del campo de mi abuelo -- contestó.
-- ¡Oh! No te conté, tengo una hermana -- se giró a verme, sorprendida.
-- ¿¡En serio!? -- preguntó.
-- Sí, en la carta que me mandó mi madre, me contó que tengo una hermana...tiene 5 años y se llama Sorn, ¿Puedes creerlo? -- le conté emocionada.
-- Es maravilloso...yo siempre quise tener hermanos, pero mis padres no rehicieron sus vidas luego de separarse.
-- ¿Crees que aún...se amen? -- le pregunté y sonrió levemente.
-- Si -- dijo asintiendo -- solo que son tan orgullosos que ninguno lo va a admitir, pero no lo sé, no descarto que tal vez algún día lleguen y me digan que están juntos nuevamente.

Seguimos conversando y pusimos algo de música, mientras que de a poco íbamos saliendo de la ciudad. A medida que avanzábamos, mis nervios aumentaban un poco más.
¿Qué tengo que decirle? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo va a reaccionar? ¿Mi hermana me querrá?
Mi mente estaba invadida de preguntas.
Jennie dobló para entrar en una cerca y comenzar a andar por un camino de tierra. Luego de unos cinco minutos divisamos desde lo lejos una casa. Se detuvo justo al frente y afuera de esta estaban estacionados dos autos y una camioneta. La casa era grande y a lo lejos tenía una pequeña caballeriza. Jennie se giró a verme y tomó mi mano.
La miré a los ojos.
-- Todo va a estar bien...y yo voy a estar contigo -- me dijo.
Me incliné hacia ella y la besé fugazmente. Me alejé y quedé cerca de su rostro.
-- Muchas gracias cariño, de verdad muchas gracias -- le susurré.
-- No tonta, no me agradezcas -- me dijo y tomó mi rostro para depositar un pequeño beso en mis la
labios -- Ahora vamos.

Nos bajamos y el aire limpio y puro del campo invadió mis pulmones. El lugar era increíble, los árboles eran enormes y el pasto era tan verde, que al mirarlo te molestaba a los ojos.
Me acerqué a Jennie y tomé su mano, para comenzar a caminar hacia la puerta principal de aquella gran casa de color blanco y azul.
Nos detuvimos frente a la puerta y Jennie apoyó su dedo en el botón del timbre. Al sonar, esperamos a que alguien nos abriera. Mi corazón latía desesperado, sentía que en cualquier momento se saldría de mi pecho. Apreté ligeramente su mano, provocando que sonriera por lo bajo.
-- No le traje un regalo y es su cumpleaños -- recordé algo nerviosa.
-- Lisa, no creo que tu madre tenga mejor regalo que verte a ti de nuevo -- me dijo.
Escuchamos como alguien se acercaba a la puerta y a los segundos se abrió.
La miré fijo y ella se quedó estática, mirándome como si fuera irreal.
-- ¿Lili? -- pronunció mi apodo.
-- Hola...mamá -- dije apenas audible.
Inmediatamente llevó una de sus manos a su boca y la tapó para luego soltar un sollozo. Se acercó rápidamente a abrazame...pensé que nunca más iba a volver a sentir un abrazo de ella.
Desde que se había ido, algunas veces por las noches recordaba la cómoda sensación de sus abrazos.
Me sentía como cuando era una niña y ella me abrazaba para reconfortarme o simplemente porque quería hacerlo. Aunque ahora yo era más alta...la sensación era exactamente la misma.
Se alejó de mí y tomó mi rostro con sus manos. Su cara estaba empapada de lágrimas, la analicé, buscando alguna diferencia, pero ella estaba exactamente igual que siempre, aunque su cabello estaba más corto y se veía pequeña.
-- N-no...no puedo creer que seas tú...-- me habló al fin -- estás tan grande, hija...mírate.
Se alejó y me miró de pies a cabeza, riendo entre lágrimas.
-- Yo no puedo creer que te tengo al frente de nuevo -- le dije.
Se acercó de nuevo para abrazarme otra vez y al alejarse miró a Jennie, que se había quedado completamente quieta y callada. Mirando hacia otro lado, la castaña secó una pequeña lágrima que se le había escapado.
-- Tú debes ser Jennie -- le habló mi madre y la morena le sonrió.
-- Sí, señora -- le respondió.
-- Pero ya no se queden ahí paradas, entren -- nos dijo entusiasmada y nos dio paso a la casa.
Tomé la mano de Jennie y entramos. Miramos sorprendidas el lugar, la casa era aún más hermosa por dentro. Mi madre nos adelantó y al darse la vuelta, miró con una sonrisa la unión de nuestras manos.
-- ¡Ryan, llegaron! -- exclamó asomándose por una puerta que daba a la parte trasera de la casa.
Al instante un hombre alto, de ojos color miel, entró junto con una niña que iba de su mano. Ambos me observaron bien, en especial ella.
-- No puedo creer que seas tú -- habló él, asombrado.
-- Y yo no puedo creer que ya tengas algunas canas, Ryan -- dije algo divertida. Él sonrío y se acercó para abrazarme. Se alejó de mí y sin quitar su sonrisa, miró a Jennie -- ella es Jennie...-- la presenté.
-- Mucho gusto -- le dijo la morena extendiendo su mano.
-- El gusto es mío, Jennie -- le respondió junto con el gesto.
-- Papi ¿quiénes son ellas? -- preguntó la pequeña.
Los tres enfocamos nuestra mirada en ella. Mi madre se acercó a ella y la tomó de su mano. La observé bien... Dios mío, era tan parecida a mí, como mi versión pequeña, aunque más frágil y delicada. Dos largas trenzas caían por su hombros y tenía leves pecas en su rostro. Sus ojos eran exactamente iguales a los míos.
Con cuidado me acerqué hasta ella y me agaché hasta quedar a su altura.
-- Soy Lalisa -- me presenté y extendí mi mano, para que la tomara. Miró mi mano y luego mi rostro -- Pero si quieres puedes decirme Lisa o Lili...
-- ¿Lisa? ¿Mi hermana Lisa? -- dijo con algo de sorpresa.
-- Así es Sorn, soy tu hermana -- le sonreí.
Esperé a que me dijera algo, pero solo me miraba fijamente. Mierda, tal vez...no le caiga bien la idea de que yo sea su hermana...tal vez no me quiera. Miró mi mano nuevamente y se acercó despacho para abrazarme. Sus pequeños brazos rodearon mi cuello y su cabeza se apoyó en mi hombro. Algo confundida, le respondí el gesto.
Era una extraña sensación. Mi hermana. Jamás pensé que podría querer a alguien sin haber tenido algún tipo de contacto antes. Juro que comencé a quererla en el momento que me enteré de su existencia en la carta de mi madre.
-- Mamá siempre me habló de ti, pero estás diferente a las fotos -- me dijo y se alejó para mirarme.
-- Sorn, yo te dije que esa era tu hermana de niña, ahora ella es una mujer -- le aclaró mamá.
Mi pequeña hermana miró a Jennie y luego a mí. Sonrió, mostrándome que le faltaba un de sus paletas.
-- ¿Ella es tu novia? Mamá dijo que tal vez ya tenías novia -- me preguntó.
-- Mmmh no, pequeña. Soy su amiga -- le contestó la morena rápidamente.
La miré y sonreí por lo bajo.
Si cariño, eres mi amiga pero con derecho a todo...
-- Lili, Jennie, ¿quieren jugar conmigo a las barbies? -- preguntó.
-- Sorn, no creo que...
-- Tranquila, señora Bruschweiler (apellido original de Cara) encantada juego con ella. Además creo que usted y Lisa tienen mucho de que hablar -- le respondió Jennie.
-- Jennie tiene razón, vamos afuera -- dijo Ryan y vimos como los tres salían al jardín.
Con madre nos sentamos en el sillón del living y al instante tomó mis manos. Sus manos...siempre me arropaban en la noche, antes de dormir. Luego, cuando ella ya no estaba, nadie lo hacía, solo Rosé cuando venía los fines de semana...
-- Eres tan hermosa...y no lo digo por ser tu madre.
-- ¿Dónde has estado todo este tiempo? -- le pregunté.
-- En Londres -- contestó y suspiró -- tu padre prácticamente me obligó a dejar el país...tuve que hacerlo, hija, sino el iba a hacerte daño.
-- Es una mierda de persona -- aseguré.
-- Tranquila mi vida, con odio hacia él no ganas nada.
-- ¿Cómo puedes pedirme que no lo odie? Mamá él...él simplemente es completo extraño para mí, nunca se ha comportado como un padre. Siempre fue manipulador y frío conmigo. Podría asegurarte que él me odia.
-- Voy a contarte una cosa, hija -- se acercó más a mí -- Tu padre siempre fue así...alguien posesivo, celoso y manipulador, pero yo me enamoré de él, lo amé más que a nada en este mundo. Todo era perfecto hasta el día en el que le dije de mi embarazo.
-- ¿Por qué? -- pregunté algo confundida.
-- Lili, cuando le conté que íbamos a ser papás, él cambió drásticamente. Nunca me acompañó a las ecografías, no estaba pendiente de mí...y ahí fue cuando conocí a Ryan. Él trabajaba en el hospital al que iba a atenderme y un día yo estaba realmente mal porque tu padre parecía no importarle nada de ti o de mí. Ryan se ofreció a acompañarme aquel día y es día supe que serías una niña -- me dijo con una pequeña sonrisa -- cuando salí, fui a contarle la noticia...y la cosa empeoró, él simplemente no era el mismo. Estaba violento, no le importaba mi salud...entonces entendí lo que pasaba. Él sentía celos de ti, Lisa.
-- No...no creo que haya sido eso -- dije mientras intentaba comprender todo lo que me contó. Mis ojos estaban algo llorosos.
-- Si hija, estaba celoso de ti. No aceptaba la idea de otra persona en mi vida además de él. Cuando naciste, él...no quiso entrar al pabellón...¿Sabes quién estaba ahí conmigo? -- la miré a los ojos.
-- ¿Ryan?.
-- Sí -- susurró y unas cuantas lágrimas cayeron por sus mejillas -- Ryan era...o mejor dicho aún lo es, partero. Fue quien te trajo al mundo. Eras tan pequeña y rubia, parecías de mentira. Te pusieron en mi pecho y dejaste de llorar. Cuando abriste tus ojitos y parecías mirarme...nunca pensé que podía amarte tanto.
-- ¿Luego que pasó? -- pregunté con un nudo en la garganta.
-- Tu padre decidió entrar y se acercó para mirarte. Pensé que cuando te viera, algo despertaría en él, pero no fue así. Te miró por unos cuantos segundos y luego...se fue.
-- ¿Y aún sigues pensando que no debo odiarlo? -- le dije mirándola fijamente.
-- Lo único que puedo decirte es que eres el regalo más hermoso que me ha dado la vida y tu padre también fue participe en ello.
-- Ya no quiero hablar de él...¿Sabes cómo logré contactarte? -- ella negó con la cabeza -- Jennie consiguió tu número...por cierto, feliz cumpleaños Mamá.
Ella me sonrió y me abrazó, para luego de unos segundos alejarse y tomar mi rostro.
-- Tenerte aquí hoy, es definitivamente el mejor regalo que podría recibir -- me dijo contenta -- creo que tendré que darle las gracias a Jennie -- sonreí -- ¿De dónde se conocen?.
-- Vamos juntas a la universidad...ella ha llegado a mi vida hace un mes y puedo asegurarte que me la ha cambiado completamente -- le comenté sin quitar mi sonrisa.
-- ¿Son novias?
-- No precisamente...estamos en algo, comenzando recién.
-- Eso es maravilloso, pensé que nunca viviría el momento en el cual trajeras a tu pareja a casa...¿Estás enamorada?

°~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~°

Creo que fueron dos días sin actualizar(?) Lo siento hehe😅💜
Muchas gracias por leer y lamento si hay errores entre medio💜

Siento que no puedo con tantas emociones que me provoca cada teaser de las negro rosa 😭😭