CAPÍTULO 32

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La miré a los ojos y me detuve. No podía responder a eso...ya que ni yo misma sabía porque vine a buscarla. Me incliné y la besé acaloradamente.
Comencé a moverme más rápido, haciendo que fuertes gemidos salieran repetidamente de su boca y cayeran sobre la mía. Ella intentaba hablar pero el aire apenas le alcanzaba para respirar. Gruñí profundamente cuando ella se abrazó más a mí y sentía como su cuerpo se consumía en un mar de placer, mientras se corría por mí. Un gemido estremecedor abarcó cada rincón del loft y llenó de un agudo placer cada parte de mí. Me quedé quieta esperando a que su respiración se calmara y su cuerpo se relajara. Rocé suavemente sus labios con los míos.
-- Quiero...más -- dijo entrecortada. Sonreí levemente.
-- Cariño, recién estoy comenzando contigo.
Me alejé de la pared con ella y la dejé caer sobre la cama, terminé de quitarme lo que me quedaba de ropa y me acosté sobre ella, sintiendo cada centímetro de su fina y suave piel contra la mía. Un suave suspiro salió de sus labios y su cuerpo se amoldó al mío.
Antes de volver a enterrarme en ella quería disfrutar de ese cuerpo que me traía loca hace semanas. Besé sus labios y con cuidado bajé mi boca a su mentón. Sentí una de sus manos sobre mi tatuaje, sus dedos lo acariciaron suavemente y lo recorrieron. Sonreí al recordar sus palabras aquella noche, después de llevarla dónde Somi.
-- Oye -- le susurré y comencé a bajar por su cuello, dándole un delicado mordisco haciendo que su respiración comenzara a agitarse.
-- ¿Si? -- susurró.
-- Sé que no lo recuerdas, pero la noche en la que te emborracharste en el bar de Somi, al llegar a mi departamento te llevé a la habitación y me dijiste algunas cosas...
-- Si las recuerdo -- musitó y me alejé para mirarla. Una sonrisa perversa se asomó en su rostro -- Lo recordé después de irme -- sonreí y volví a su cuello, su mano aún seguía en mi tatuaje. Acercó su boca a mi oreja y luego de morder mi lóbulo susurró -- quiero lamer tu tatuaje, Lisa...
La piel se me erizó y saboreé sus palabras casi tanto como lo hacía con ella.
-- Lamento decirte que tendrás que quedarte con las ganas, porque esta noche yo seré la única que va a saborear aquí...-- ella rió por lo bajo -- eres tan suave, Jen -- le dije mientras seguía mordisqueando la piel de su cuello.
-- Y tú eres tan...
-- ¿Tan qué?
-- Eres tan fuerte...y tan salvaje...me tientas demasiado -- respondió.
Seguí bajando hasta encontrarme con sus hinchados pezones. Abrí mi boca y con cuidado tomé uno de ellos, ella se arqueó y su mano derecha se enterró en mi pelo. Suspiré al sentir su pezón en mi lengua.
-- Dios, Manoban -- gimió mientras yo seguía en lo mío.
-- No sabes como me pone que me llames así, cariño -- le dije mientras me dirigía al otro pezón.
-- Manoban -- gimió acariciando mi cabello. Sonreí divertida.
Seguí bajando suave por su vientre, ganándome caricias y palabras perversas de su parte. Con su mano me subió hasta su boca y me besó apasionada, ambas lenguas jugando, provocándome un gemido sobre sus labios y que la besara aún más.
Rocé mi mano con la curva de su cintura, para seguir por su muslo hasta llegar a la parte que más ardientemente deseaba de ella. Gimió y tembló cuando lentamente separaba sus piernas y acariciaba su hendidura.
Quería verla agarrarse de las sábanas y que gritara mi nombre mientras se corría nuevamente por mí.
Sus manos se afirmaron en mis espalda y apretó con fuerza mientras mis dedos la estimulaban. Me separé sin detener mis dedos, para mirarla nuevamente a esos felinos ojos, cautivantes, que con solo una mirada te sacan todo el aire. Ella alzó la cabeza y mordisqueó mi mentón. Necesitaba decirle algo pero no sabía qué.
-- ¿Qué quieres decirme, Lisa? -- preguntó entre gemidos leyendo mis pensamientos. Siguió besando mi mentón y cuello. Subí mi mano por su cintura acariciándola como si fuera romperse. Tragué saliva...no puedo decir aquello, no sé que pasa conmigo.
-- Te deseo demasiado -- dije lo primero que se me vino a la cabeza. Se alejó y me miró, como si estuviera tratando de leer mi mente.
-- Bésame -- me ordenó.
Lo hice, pero esta vez su beso no fue apasionado, fue suave y lento...fue dulce. Confundió aún más mi mente y me hizo reprocharme el estar aquí, pero no, no puedo arrepentirme de esto, esto es lo que quiero, lo que deseaba desde que posé mis ojos en ella por primera vez y al fin lo estoy teniendo.
Incapaz de esperar un segundo más, me acomodé entre sus piernas y me volví a hundir en ella. Jennie arqueó su espalda y gimió llenándome de más placer. No puedo entender como lo hace, pero con cada segundo me enloquece aún más. Me senté sobre mis piernas y empujé más mis caderas, era un ritmo arrollador que la hizo estremecerse ante el intenso placer que le otorgaba. Me miró fijamente mientras gemía y respiraba trabajosamente por la boca.
-- Eres tan hermosa -- murmuré mientras me mecía contra sus caderas y empujaba duro y profundo. La agarré de la cintura para que se acercara.
-- Tú también -- dijo cuando rodeó mi cuello con sus brazos.
Acaricié con una mano su espalda baja y con la otra su muslo.
¡Dios! Ella me daba tanto placer. Juro que he tenido sexo más veces de las que puedo contar, pero esta sensación era nueva, era fresca y distinta.
Cuando la volví a apoyar en la cama, bajé una mano y acompañé mis embestidas estimulando su centro, agarró con fuerza las sábanas y mordió su labio al sentir como otro orgasmo la invadía. Sonreí agitadamente y aceleré mis movimientos. Gruñí ante el sonido de su éxtasis y como se aferraba a la cama. Gimiendo mi nombre, estiró sus brazos y me arrastró encima de su cuerpo. Luego hizo la cosa más extraña de todas...acarició con su nariz mi cuello y mi cara, dejando caer suaves besos por cada lugar que recorría. Me congelé.
-- Nunca había sentido nada mejor que tú llenándome -- me confesó débil.
-- Yo nunca había sentido nada mejor que estar dentro de ti -- me forcé a decirle. Aunque la verdad no debí decirle eso...a pesar de lo real que era.
Sus brazos me mantuvieron apretada contra ella, mientras envolvía sus piernas a mi alrededor.
La ternura de su toque y acciones me hicieron tensarme aún más. Lentamente mis caderas comenzaron a empujar de nuevo, mientras acariciaba mi piel, era como si yo realmente le importara, como si significara algo para ella, como si...me quisiera...Apenas podía respirar.
Por primera vez en mi vida sentía que estaba teniendo más que solo sexo...mierda no, no era así. Yo estaba teniendo sexo, sexo increíblemente genial, pero solo sexo.
Sexo.

Mi Pequeña Obsesión~[JENLISA] [G!P] (ADAPTACIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora