CAPÍTULO 28 3/6

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Miré como terminaba de hablar por teléfono y luego colgaba. Me miró.
-- ¿Por qué me quitaste el celular? -- le pregunté.
-- Porque creo que ya te estabas pasando -- me respondió.
-- Tenía que decirle lo que pensaba -- me defendí -- Ahora dame un poco más de vodka.
-- No -- sentenció.
-- ¿Por qué?
-- Porque ya viene por ti y será mejor que no te de más alcohol.
-- Bueno, como quieras. ¿Cuánto es? -- pregunte mientras media confusa sacaba mi billetera.
-- Tampoco -- me dijo.
-- ¿Tampoco? ¿Por qué nadie hace lo que yo quiero?
-- No voy a cobrarte porque sé que estás mal y viniste con el objetivo de olvidar pero no has podido, así que esto...va por mi cuenta.
-- Eres lo más cercano a una hermana mayor que he tenido en toda mi maldita vida -- dije melancólica.
-- No te pongas sentimental conmigo, por favor -- dijo divertida. Asentí con la cabeza.
-- ¡No puedo creer que hayas llegado a estar así! -- me regañó una voz nerviosa. Me volteé.
-- Hola cariño -- le dije divertida. Revoleó los ojos y miró a Somi.
-- Muchas gracias Somi -- le dijo.
-- No es nada linda, llévatela y...cuidala. Está un poco sensible.
Sentí como una de sus manos rodeaba mi brazo y la miré. Me hizo pararme y al hacerlo sentí que me caería de cara al piso. Ella colocó mi brazo alrededor de su cuello y me sujetó por la cintura.
-- Jen, ¿Quieres que le diga a uno de los chicos que la lleve hasta afuera? -- le ofreció Somi.
-- No Somi, estoy bien así. Gracias -- le dijo ella y comenzó a caminar -- por favor has el esfuerzo de caminar y no aplastarme.
-- Lo estoy haciendo -- dije. Salimos y el frío viento de la noche erizó mi piel. ¿En qué momento se había hecho de noche? Divisé a Emma estacionada y dirigí mis pasos hacia ella pero Jennie me empujaba hacia un auto. Su auto.
-- No -- dije y me solté de ella. Me tambaleé un poco pero logré mantenerme en pie -- Yo tengo que irme en Emma.
-- Estás completamente loca si piensas que te dejaré subir a esa cosa en este estado.
-- ¡Emma no es una cosa!
-- Lo que sea, ahora mueve tu trasero al auto.
-- ¿Qué pasará con Emma? -- dije mirando mi moto.
-- Somi la cuidará, y mañana mandaremos a Momo o Chu por ella ¿si? -- me dijo. La miré fijamente a los ojos por unos cuantos segundos.
-- Te odio por ser así de hermosa -- le dije.
-- Luego discutimos tu odio hacia mí, ¿vamos? -- preguntó. Asentí con la cabeza y caminamos hacia su elegante auto. Me abrió la puerta y me senté pesadamente en el asiento trasero, la cerró y entonces me acosté. Ella subió al asiento del conductor y arrancó. Abrí un ojo y miré a su asiento. No podía ver su silueta ya que ninguna parte de su cuerpo sobresalía del asiento, así que con esfuerzo, me senté y ella me miró por el espejo retrovisor.
-- ¿Cuál es tu problema? ¿Cuál era la necesidad de terminar ebria? -- me preguntó.
-- Mi problema eres tú, así que si alguien tiene la culpa de mi estado en este momento, esa eres tú -- le dije. Rápidamente el auto se estacionó a un costado. La miré extrañada, se giró a verme y se quitó el cinturón de seguridad. Sin ningún problema se pasó a la parte de atrás. La miré más extrañada aún.
-- ¿Así que yo soy tu problema? -- me dijo.
-- Si -- asentí con la cabeza.
-- ¿Y para que eso cambie, yo tendría que acostarme contigo?
-- Podría ser.
-- Entonces lo haré.
-- ¿Qué?.
-- Eso, me acostaré contigo como tanto deseas.
Se inclinó hacia mí y tomó mis labios en un acalorado beso. Mis ojos estaban abiertos por la sorpresa de su comportamiento, pero no tardaron en cerrarse y en responder a ella. Gruñí mientras sentía como se subía a horcajadas sobre mí y su lengua bailaba caliente junto a la mía. Sus manos se enterraron en mi pelo y con cada movimiento me acercaba más a ella.
-- Jennie -- dije agitada cuando ella comenzó a mordisquear mi mandíbula y luego llegaba a mi oreja.
-- ¿Qué? -- susurró y un escalofrío recorrió mi espalda.
-- Estamos en un auto -- le dije sobreexcitada. Ella se alejó un poco de mí y sin decir nada comenzó a quitarme la remera. Al lograrlo, comenzó a besar mi cuello y comenzó a bajar su lengua por mi pecho.
-- ¿Y desde cuándo te importa el lugar? -- preguntó y volvió a besarme en la boca.
-- No, no es que me importe pero...a la mierda -- dije y la tomé de la nuca para acercarla y besarla desaforada.
Con ingenio logré cambiar las posiciones y apresarla debajo de mí. La miré fijamente, respiraba agitada y sus labios estaban de un color rojo intenso debido a los besos.
-- No te detengas ahora, sigue -- me habló.
Volví a capturar su boca y soltó un leve gemido que me encendió aún más. Bajé de sus labios a su cuello. Comencé a desabrochar los botones de su camisa, mientras dejaba pequeños besos en la piel que iba quedando visible. Una de sus manos bajó por mi espalda, quemándome.
Sí, iba a ser mía, ahora iba a ser solo mía...
-- Lisa...¡Lisa! -- abrí mis ojos algo sobresaltada. Miré a mi alrededor y aún estaba acostada en la parte trasera del auto. Miré al frente y Jennie estaba parada con la puerta del auto abierta -- Llegamos a tu casa, sal del auto.
Había sido un sueño, solo un maldito sueño.
-- ¿Por qué me despertaste? -- le pregunté mientras lograba sentarme -- estaba por hacerte mía en mi sueño -- entrecerró los ojos y me miró mal.
-- Eres una sucia -- me acusó.
Jennie me ayudó a salir del auto, a caminar al edificio y subir a mi departamento. El sabor de sus labios había sido tan real que no parecía haber sido un sueño. Al llegar, ella abrió la puerta principal y al parecer no había nadie.
-- ¿Dónde esta Rosie? -- Le pregunté.
-- Debe estar por ahí...no lo sé -- me dijo con dificultad, ya que se podría decir que me estaba arrastrando hacia el interior -- ¿Podrías ayudarme un poco? Si no te has dado cuenta eres mucho más alta que yo y no puedo cargarte...
Me incorporé bien y ella suspiró. Caminamos hasta el cuarto. Al fin iba a dormir en mi cama. Al entrar, ella me ayudó a acostarme. Suspiré aliviada.
-- Bueno, ya estás sana y salva en casa. Yo me voy.
-- No te vayas -- le pedí.
-- Tengo que irme, Lisa...
-- Por lo menos quédate hasta que me duerma, por favor -- le rogué.
-- Está bien -- accedió soltando un suspiro. Se sentó en el suelo, justo a mi lado. La observé e intenté entender la necesidad de que se quedara.
-- ¿Puedes darme la mano?
Despacio levantó su mano y tomó la mía. Sus fríos dedos se entrelazaron recibiendo el calor de los míos. Su mano era más pequeña que la mía, era el doble de suave y el doble de frágil...
Cerré los ojos y acerqué nuestras manos a mi pecho, tal vez así no se pueda ir cuando me duerma, o tal vez si.

Comencé a despertarme porque mis ganas de ir al baño me estaban llamando. Cuando sentí que mi cabeza despertaba, un horrible dolor comenzaba a aparecer, cerré los ojos con fuerza para apaciguar un poco el dolor y entonces sentí un contacto en mi mano, era otra mano. Levanté la cabeza rápidamente, arrepintiéndome por el dolor que me provoqué, y la vi allí. Sentí como mi corazón se aceleraba al verla ahí, con la cabeza apoyada sobre el borde del colchón y sus ojos cerrados. Se quedó. Me puse a observar las delicadas líneas de su rostro, a pesar de todas la veces que lo intento, aún no logro encontrar un imperfección en el. Es simplemente perfecta. Levanté mi otra mano y con cuidado acaricié su mejilla, se movió un poco y arrugó la nariz pero no despertó.
-- ¡Arriba Lisa! Ya traje a Emma y...
-- Shhhhh -- le dije cuando la vi entrar. Jisoo me miró bien -- cállate o despertarás a la bella durmiente.
-- ¿Qué hace Jennie ahí? -- preguntó en voz baja.
-- Me cuida -- le dije con una pequeña sonrisa. Soltando su mano con cuidado, me levanté de la cama y la alcé en brazos para acostarla en la misma y así siguiera durmiendo, pero un poco más cómoda. Salí de la habitación con Jisoo y fuimos a la cocina. Fruncí el ceño extrañada al no ver a Jane por el departamento.
-- ¿No viste a Jane? -- le pregunté.
-- ¿Sabes qué hora es? -- me preguntó y negué con la cabeza -- Lisa, ya van a ser casi las cinco de la tarde, Jane se fue hace como una hora.
-- ¿¡Qué!? ¿Las cinco?
-- Si, dormiste como nunca -- dijo divertida.
Nos acercamos a la mesa y nos servimos un café, tal vez con eso el dolor de cabeza se me vaya. Estuvimos hablando un poco más, hasta que sentimos los pasos de alguien. Miramos al pasillo y venía Jennie caminado hacia el living. Sonreí.
-- Adiós -- dijo y siguió caminando hasta la puerta y salir, dejándome totalmente desconcertada. Me puse de pie dispuesta a salir pero Jisoo me detuvo.
-- Tranquila, si se fue así es por algo...déjala.
-- Pero...no puedo dejarla -- intenté caminar de nuevo pero me volvió a frenar.
-- Déjala, se fue...ya está, ella necesita pensar.
Volví a sentarme para terminar mi café. Después de unas dos horas, Chu se fue y en esas dos horas, Jennie no había salido de mi mente. La forma en la que se fue me dejó confundida. Tomé mi celular y le marqué.
-- "Soy Jennie y ahora mismo no puedo atenderte. Deja un mensaje y luego te devuelvo el llamado..."
Colgué y maldije por lo bajo. Le marqué a mi prima.
-- ¿Hola? -- dijo al atender.
-- Rosie.
-- ¡Al fin tienes la consideración de llamame! -- me dijo elevando un poco la voz -- ¿Por qué demonios haces esas cosas Lalisa? ¿Cuántas veces te he dicho que embriagarse por ahí no es la solución a ningún problema?
-- ¿Acaso ya no puedo tener una borrachera? -- le dije. Me siguió hablando unas cosas más pero las pasé por alto, solo quería saber de ella -- ¿Sabes dónde está Jennie?
-- ¿Jennie?
-- Si.
-- Se fue a un spa con Chaerin, estaba bastante estresada.
-- Pero ella...¿ella está bien, verdad?
-- Si, estaba algo adolorida del cuello pero está bien -- por supuesto, si durmió sentada -- Mañana llegará tarde ya que se quedarán toda la noche allá.
-- Bueno prima, gracias por la información.
-- De nada primita, dentro de un rato voy al departamento. Estoy con Dubu haciendo unas cosas, ¿sabías que tu amiguita Momo le pidió ser su novia? -- sentí mi corazón detenerse.
-- ¿¡QUÉ!?

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Mi Pequeña Obsesión~[JENLISA] [G!P] (ADAPTACIÓN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora