Mi Pequeña Obsesión~[JENLISA] [G!P] (ADAPTACIÓN)

CAPÍTULO 59 (6/7)

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Una semana pasó más que volando para mí. Pude notar el cambio que se estaba dando en mi vida y aún estoy sin poder creerlo.

Encontré a madre, tengo una hermana, descubrí cosas sobre mi padre, al cual ni siquiera lo considero como tal porque hay otro hombre que considero como mi papá. Acepté que amo a alguien y ella me corresponde. Me presenté ante mis suegros y ellos terminaron volviendo a su amor.
Jisoo y Rosé son oficialmente novias. Momo y Dahyun tuvieron su primera pelea y estuvieron distanciadas unos días, pero luego se reconciliaron.
Y para que hablar de Jennie y yo. Nunca pensé que podría llegar a tener una relación tan bonita, liberal y tan placentera. Ella es simplemente fantástica, una compañera ideal, una amiga, me escucha, me entiende y está ahí sin dejarme sola.
Marco no ha vuelto a aparecer por el momento, no he sabido nada de él desde la última vez que lo vi en mi apartamento y tampoco es como que me interese saberlo.

-- ¿En qué piensas? -- me preguntó sentándose en mi regazo.
-- Estaba pensando en ti -- le respondí mientras rodeaba su cintura con mis brazos.
Sonrió y se acercó para acariciar su nariz con la mía.
-- Te extrañé en historia universal -- habló.
-- ¿A sí? -- le pregunté mientras cerraba mis ojos disfrutando su cercanía.
-- Sí y mucho -- susurró.

Estábamos en la hora de almuerzo y hace dos clases que no nos veíamos, debido a los horarios diferentes.

-- ¿Puede ser que haya un momento del día en el que no las encontremos juntas? -- escuchamos que Jisoo hablaba. Jennie sonrió y me beso cortamente, para luego mirarla.
-- ¿Qué pasa, Chu? ¿Estás celosa de que ahora Manoban sólo piensa en mí? -- le preguntó ella.
-- ¿Ahora eres chistosita como tu novia? -- le dijo Momo mientras se sentaba.
-- Un poco -- le respondió.
-- ¿Te has dado cuenta que Lisa ya ni nos da la hora por su culpa? Antes nosotras éramos las mujeres de su vida -- Jisoo le decía Momo mientras se sentaba a su lado.
-- Pues a mí me da mucho más que solo la hora -- le dijo Jennie y reí por lo bajo al ver sus rostros.
-- Y ya las has pervertido completamente -- dijo Momo.
-- ¿Qué te ha pasado Jennie? -- exclamó la otra.
-- Ya, ya -- les dije a ambas -- ella solo bromea. Y saben que las sigo amando.
-- Eres una mala novia, mira como las has cambiado -- me acusó Hirai.
-- Jennie ya no es la misma de antes tampoco y es por tu culpa, Lisa -- comentó la coreana.

Rosé y Dahyun llegaron a la mesa. Cada una se sentó al lado de su respectiva pareja.

-- ¿Qué hacían? -- preguntó Dahyun.
-- Escuchábamos las barbaridades que Jennie aprendió de Lisa -- le dijo Momo.
-- ¿Acaso ustedes piensan que Jennie lo aprendió de Lisa? Están equivocadas. Ella siempre ha sido así, lo que pasa es que ahora tiene a alguien que la estimula un poco más -- dijo Rosé.
-- ¡Oye! -- se quejó Jennie.

Todas reímos y el almuerzo pasó entre risas y anécdotas. Sentí la mirada de alguien sobre mí. Volteé un poco y era Sana las que nos miraba.

Sonrió y le habló a sus amigas, haciéndolas reír.
Negué levemente y dejé de mirarla.

-- Amor, ¿vamos a caminar un poco? -- le dije y ella se puso de pie.
-- Vamos -- dijo y me dió la mano, haciendo que me parara.
-- Luego nos vemos, chicas -- les dije a todas. Ellas asintieron y salimos de ahí.
Entrelacé mi mano con la de Jennie y caminamos em silencio hasta el jardín de la universidad. Nos sentamos bajo el viejo árbol. Ella se sentó entre mis piernas y apoyó su espalda contra mi pecho, comenzando a jugar con una hoja que estaba en el pasto.

-- ¿Qué pasa, bebé? -- me preguntó.
-- Nada, solo quería estar a solas contigo -- le dije y besé su cabeza.

Respiré la mezcla del olor de su perfume y su cabello, grabándolo en mi memoria.
Ella se alejó y se acomodó para poder verme.

-- Te conozco, Lili. Algo te preocupa.

Sonreí y me acerqué a besarla suavemente.

-- Te aseguro que no es nada -- le dije.

Ella asintió y me miró fijamente.

-- ¿Estás segura?.
-- Completamente.
-- Bueno, voy a creerte -- dijo y me volvió a besar -- ¿Has llamado a Sorn?.
-- Sí, ayer hablé con ella -- le conté.
-- ¿Y cómo está? -- me preguntó con una leve sonrisa.
-- No dejó de hablarme de ese tal Bambam -- dije recelosa.
-- Es normal que tu hermana hable de eso -- me aseguró -- es una niña pequeña y tal vez, ese tal Bambam sea su primer amor.
-- ¿De que amor me hablas, cariño? -- dije sin poder creerlo -- apenas tiene 5 años, no sabe nada del amor.
-- No subestimes a los niños pequeños, te aseguro que saben más del amor que los mayores.
-- Pues no tiene mi permiso para andar aprendiendo del amor, ni nada de eso. Es una niña pequeña, primero que viva su infancia y luego que tenga novio...o mejor un amigo con derecho a solo besos.
-- Eres tan celosa -- dijo divertida.
-- Hablé con mi madre y dice que quiere que este fin de semana lo pasemos allí con ellos. Tienen algunas habitaciones de sobra -- le conté.
-- Eso sería genial -- dijo asintiendo levemente.

Estuvimos en silencio unos cuantos segundos y la miré. Ahora era ella la que parecía estar extraña.

-- ¿Pasa algo? -- le pregunté.
-- ¿Eh? -- dijo saliendo de sus pensamientos.
-- ¿Qué te pasa?.
-- Nada...¿por qué?.
-- Estás algo pensativa, desde ayer te noto rara, Jen -- le dije al recordar aquello.

Ayer estábamos viendo una película, todo iba bien hasta que me preguntó la fecha. Se puso de pie y se fue a la habitación, pero cuando volvió a sentarse a mi lado, la notaba ida. Lo dejé pasar porque no pensé que fuera algo...malo y que se le pasaría.

-- No, no pasa nada.
-- Bueno mi amor, ahora es mi turno para decir que te conozco. Algo te pasa, Nini.

Me miró fijamente y mordió su labio.

-- Hay algo que tengo que decirte...

La miré extrañada y pude notar el nerviosismo en su voz. Me acomodé mejor y la miré.

-- Dime ¿Qué pasó?.
-- Prométeme que no te pondrás paranoica, ni como loca, ni nada de eso -- me dijo.
-- Si no me dices lo que pasa, no sabré como reaccionar -- le dije ya algo nerviosa.
-- No es para alarmarnos, Lisa. Bueno, quizás si pero no...no lo sé --dijo nerviosa.
-- Dime -- le pedí.
-- E-es que no es fácil de decirlo -- aseguró mientras respiraba profundamente.
-- Mi amor, me estás asustando. Por favor ¿puedes decírmelo de una vez?.
Ella asintió y me miró a los ojos. Estos se volvieron cristalinos por las lágrimas que se juntaron y pude sentir como mi pulso se aceleraba.
-- Bueno, tú sabes que a veces tengo mis días...
-- Si...-- dije algo confundida.
-- Hay veces que esos días, por problemas o algo así...se demoran un poco más en...en llegar.
-- No sé muy bien a dónde quieres llegar, mi amor. Me estás poniendo nerviosa, ve al grano por el amor de...
-- Tengo un atraso -- dijo interrumpiéndome.
La miré fijamente, intentando procesar lo que acababa de decirme. Sentí que mi garganta se secaba, me comencé a agitar levemente. Ella no parecía bromear o algo así...
-- ¿Q-qué? -- musité.

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